Lo dicen los entendidos: las hipotecas-basura están en el origen de la crisis que sufre el mundo. Los bancos concedieron créditos hipotecarios en exceso a gente que después no ha podido pagarlos. No se aseguraron del patrimonio, del trabajo o de la solvencia de los avales. Y de golpe se encontraron los misericordiosos banqueros con que les resultaba imposible rescatar las cantidades prestadas más los intereses de usura correspondientes. Habían concedido demasiado dinero a los pobres. Por eso, porque el dinero se entregaba a gente con trabajos inestables, carentes de respaldo patrimonial y avalados por otros insolventes, se llaman HIPOTECAS-BASURA.
Los ricos, los clientes preferentes, siempre cumplen con su palabra. Son formales, buenos pagadores y no les importa devolver el dinero recibido para ayudar a enriquecerse a sus colegas banqueros potentes y prepotentes. Con ellos la economía siempre está asegurada. Una cosa es prestar millón y medio de euros para que DON FULANO se compre un palacio y otra muy distinta entregar doscientos cincuenta mil a un barrendero del ayuntamiento para albergar a su familia en un pisito de treinta metros cuadrados. Está cantado que este pobre-hombre-hombre-pobre terminará en el paro y dejará de pagar. Y con ello será el responsable de la caída estrepitosa de los botines y los gonzález. Los pobres, siempre los pobres, son los culpables de la crisis económica.
Cuando hace tres años la limpiadora de oficinas, separada, dos hijos y una madre-gran-dependiente, pagó el primer recibo de su hipoteca, éste importaba seiscientos euros. Ahora, entre el mayor valor del euribor y la subida de intereses, el banco le reclama mil cien. Al Banco Central Europeo le salen las cuentas. Pero a la limpiadora de oficinas no. Y la limpiadora de oficinas pasa a engrosar el número de criminales que apuñala bancos un sábado al atardecer.
El piso tiene un costo de construcción cifrado en diez millones de pesetas. (al minero no le entran en la cabeza los euros), pero él ha tenido que pagar cuarenta al gran empresario de la construcción. El gran empresario, el señor importante, el presidente del consejo de administración, tiene tres hijos estudiando en EE.UU. Y tiene que dedicar muchas horas para sacar treinta millones de beneficio por piso. Y cuesta mucho el jet privado imprescindible para los desplazamientos, porque él no sólo no puede perder dinero, ni siquiera tiempo puede perder. El tiempo de los ricos es oro. El de los pobres trabajo y cansancio.
Crisis mundial. El mundo declara culpable a los pobres. Por eso se llaman HIPOTECAS-BASURA.
Los ricos, los clientes preferentes, siempre cumplen con su palabra. Son formales, buenos pagadores y no les importa devolver el dinero recibido para ayudar a enriquecerse a sus colegas banqueros potentes y prepotentes. Con ellos la economía siempre está asegurada. Una cosa es prestar millón y medio de euros para que DON FULANO se compre un palacio y otra muy distinta entregar doscientos cincuenta mil a un barrendero del ayuntamiento para albergar a su familia en un pisito de treinta metros cuadrados. Está cantado que este pobre-hombre-hombre-pobre terminará en el paro y dejará de pagar. Y con ello será el responsable de la caída estrepitosa de los botines y los gonzález. Los pobres, siempre los pobres, son los culpables de la crisis económica.
Cuando hace tres años la limpiadora de oficinas, separada, dos hijos y una madre-gran-dependiente, pagó el primer recibo de su hipoteca, éste importaba seiscientos euros. Ahora, entre el mayor valor del euribor y la subida de intereses, el banco le reclama mil cien. Al Banco Central Europeo le salen las cuentas. Pero a la limpiadora de oficinas no. Y la limpiadora de oficinas pasa a engrosar el número de criminales que apuñala bancos un sábado al atardecer.
El piso tiene un costo de construcción cifrado en diez millones de pesetas. (al minero no le entran en la cabeza los euros), pero él ha tenido que pagar cuarenta al gran empresario de la construcción. El gran empresario, el señor importante, el presidente del consejo de administración, tiene tres hijos estudiando en EE.UU. Y tiene que dedicar muchas horas para sacar treinta millones de beneficio por piso. Y cuesta mucho el jet privado imprescindible para los desplazamientos, porque él no sólo no puede perder dinero, ni siquiera tiempo puede perder. El tiempo de los ricos es oro. El de los pobres trabajo y cansancio.
Crisis mundial. El mundo declara culpable a los pobres. Por eso se llaman HIPOTECAS-BASURA.
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