sábado, 31 de mayo de 2014

EL SILENCIO DE LOS BESOS





El silencio a veces
perfora los besos
y los rompe por dentro.
Piso un suelo con trozos oscuros,
sin luz interior,
sin huellas de labios,
pronunciando sílabas incoherentes,
sin destino concreto.
Ignoro cómo se rehace
el sonido de un beso,
ni el color de una boca
para ensayar el aliento
y llenar de piel el gemido
que nace dentro del dentro.
Pero el silencio a veces
se hace olvido
y cruje la médula
y la tetraplejia impide
que llegue a la altura del alma.
Un beso que no es beso
explota y destruye
y quedan los restos secos de un naufragio
sin mar, sin arena, sin espuma,
soledad absurda, abandonada,
sin memoria


viernes, 30 de mayo de 2014

CUMPLEAÑOS


No sé quién decidió que dos y dos son cuatro.
Ignoro la importancia de los números
si no consiguen ser un resumen de los sueños.
No logro conjugar  corazón e hipotenusa,
el amor con el cuadrado de los lados del triángulo.
No encuentro la armonía entre tus pechos
y el teorema de Pitágoras.
Nada es infinito.
Sólo tú no terminas nunca,
eres inabarcable
para una ciencia que define lo que puede romperse
si el tiempo se propone encontrar sus entrañas.
Sólo tú indescifrable,
misterio insostenible entre las coordenadas
del cerebro empeñado en comprenderte.
Eres tiempo.
Tiempo que va de primavera a primavera.
Y llenas vida,
cumples vida,
la haces plenitud
en el continente de una belleza indescriptible,
en un cuerpo desafiante
con la gravedad de Newton.
Renuncio a comprenderte
porque no quiero que seas comprensible,
porque incógnita te prefiero,
como oscuridad brillante te amo,
como esfera impenetrable te deseo,
como planeta independiente,
luz autónoma,
sin dependencia del ojo que te admira,
de las manos que buscan tu piel irrenunciable,
de los labios que recuerdan
la mariposa de tu vientre intemporal.
Así te amo.
Te respiro así,
envuelta en tiempo
para amarte sin tiempo,
tiempo cumpliendo,
siendo el siempre,
el nunca,
el hoy del mañana,
del ayer,
intemporal tú

eternizándote.
AQUELLA ARENA


Aquella arena tenía nombre, pero me resultaba innombrable aquella tarde. ¿Te acuerdas cómo se llama esta arena?, le pregunté. Necesito la memoria para  poner en ordenar ciertos besos, ciertas caricias, el tacto de algunas noches. También tenían nombre y tampoco los recuerdo. ¿Nos habremos quedado sin memoria?

Fue entonces el silencio. Espeso como una primavera. Duro como una cordillera de plomo. Aspero como esos peces negros sin destino, que no serán nunca peces de colores. Arena sin nombre. Sin nombre el silencio. Y nosotros, desnudos de recuerdos, sin memoria para saber quiénes somos.

Puse en sus labios mis labios pronunciando los besos despacio, para que los entendiera. Apreté sus pechos hasta sentir sus pezones como una arboleda. Resbalé por su vientre camino del infinito, hasta la humedad de aquella luna donde crecían  las magnolias con un extraño perfume a jazmines.

¿Recuerdas ahora cómo se llama la arena? ¿Recuerdas el nombre de mi boca, de mis manos?  ¿Recuerdas cómo se llama mi piel?

Sólo recuerdo un llanto antiguo, el primer llanto, el llanto original. Aquel que me brotó cuando tomé conciencia de que…Lloraba despacio, pensando cada lágrima, creándola, haciendo un arte de su llanto. A sal me sabía, como sus muslos, como su espalda, como su sexo.  Logré recordar, porque yo sólo vivía cuando estaba a su lado, porque ella conseguía que tuviera relieve  como ahora conseguía sus lágrimas. Era la madre que nunca tuve, la que sufre cada día los dolores de parto para lograr que yo exista

Me estoy acordando de mí mismo, le dije. Estoy naciendo de tu sangre y tengo nombre, como lo tiene la arena, aunque no lo recuerdes.

Necesito tiempo para poder llorar, me dijo. Te busqué como amante y resulta que eres sólo un hijo. No quiero hijos. Amo la esterilidad que me prohíbe la fecundación. Abro mi sexo para que te adentres no para parirte. Mis pechos no tienen leche. Son sangre limpia para que te la bebas si los muerdes. No quiero mis caderas para guardar un niño, sino para que las aprietes cada noche. Mis espaldas no son el descanso de nadie, sino el camino que recorres hasta llegar a mis planetas redondos, hasta los mundos que giran alrededor de tu hombría.
No recuerdo el nombre de la arena. No recuerdo tu nombre. Sólo busco tiempo para llorar. Porque el llanto es la memoria más gozosa.

Me alejé. Sentí su llanto y su risa. Estaba haciendo el amor con su memoria y disfrutaba el orgasmo más hermoso.

Me desnudé lentamente. Comprobé mi carne de hombre recién hecho. Llamé a la arena por su nombre. Me llamé a mí mismo y por fin fui consciente de que amar es ser amante.


Estaba frente a ella. Desnudo. Me miró sin lágrimas. Me abrazó con fuerza. La arena –me dijo- se llama como tú: HOMBRE. 

jueves, 29 de mayo de 2014

¿SE PUEDE PERDER LA DEMOCRACIA?



La fe, como el amor, es siempre una relación interpersonal. Y su formulación suprema se configura entre mi yo y el tú. Yo creo en ti, es la traducción de la realidad interior. No se trata, dice Von Baltasar, de creer en dogmas si de temas religiosos se trata, ni de una adhesión a las cualidades de algo o alguien. La fe es la expresión suprema de la interpersonalidad de la vida. El yo creo en ti está por encima y al margen de todo aquello que no sea el tú del otro.

El voto democráticamente ejercido es también un acto de fe. En realidad votamos a este o aquel partido porque creemos en él, en su honestidad, su sinceridad, su propósito de trabajar para la ciudadanía, su capacidad de diálogo con la sociedad, su conciencia de que le entregamos el poder de decisión (siempre hasta cierto punto) pero que la democracia como tal sigue siendo propiedad del pueblo. Cuando pierdo la fe en el partido que he votado, tengo que rectificar mi toma de decisión e inclinarme por otro cuyas cualidades me merezcan formular mi fe democrática y expresarla como se expresa la fe: yo creo en ti.

¿Qué sucede cuando los ciudadanos pierden la fe en todos los partidos que se ofrecen para gobernar?  Sucede que la desorientación democrática conlleva a la duda, a la desconfianza y la abstención. Y cuando es la mayoría de los ciudadanos quien pierde la fe, se pierde también la democracia. Surgen entonces los salva patrias de galones, gorra de plato y sable.

Cuando llevamos poco años de democracia, constatamos el fenómeno de una pérdida de fe en los políticos, una desafección que nos aboca al desinterés por la cosa pública, a la abstención como protesta rotunda.

¿Y por qué esta desafección? El ciudadano se experimenta como sujeto de un auténtico desprecio en cuanto  elector que padece el incumplimiento del programa con el que llegó al poder y por la osadía de hacer exactamente lo contrario de lo prometido en campaña electoral. Se traiciona así la palabra empeñada como promesa y se rompe en pedazos una vez conseguido el poder político. Y eso encierra una corrupción de la palabra que es lo más dañino para la democracia porque es la palabra el vientre donde nace el quehacer político democrático. El fraude, la estafa, el abismo entre lo prometido y lo realizado arranca del ciudadano la responsabilidad de colaboración y siembra el desengaño que pudre la voluntad de elección y distancia la política del interés ciudadano. Los políticos deben saber que la democracia es el rostro del pueblo, no una posesión comprada en las urnas.

Esta corrupción de la palabra es fundamental, pero existe otra corrupción, la de la apropiación dineraria, que repugna igualmente porque desprende el olor putrefacto y certifica que alguien quiere llegar a ocupar un cargo político por la facilidad de enriquecimiento y la impunidad que conlleva. Y de eso sabemos muchos los españoles. Comprendemos hasta cierto punto la corrupción, pero no comprendemos ni su defensa ni el trabajo partidario para conseguir su impunidad.

Otra característica que conduce a la desafección ciudadana con respecto a los partidos es el hermetismo en que se envuelven. Los partidos exigen una renuncia a la propia conciencia porque está implantada la uniformidad anquilosada del pensamiento único. Yo no puedo defender el aborto si mi partido en su conjunto se posiciona en su contra. Y la jerarquía del partido sanciona a quien no vote lo que está mandado por la dirección del mismo. Los partidos son bloques que aplastan la personalidad de cada votante. Y esto es absolutamente antidemocrático, porque si la democracia es pluralidad, la uniformidad es su polo opuesto. La dictadura partidaria es un elemento dictatorial incompatible con la democracia.

Los ciudadanos somos demócratas en la medida en que aceptamos gozosamente la pluralidad en todos los órdenes. El hermetismo nos aleja de los partidos. Esta lejanía hace que nos desentendamos de la política. Si un partido conceptúa a la mujer como alguien inferior al hombre, yo no podré pertenecer a él. Si su meta es privatizar la sanidad, la educación, las pensiones, la dependencia, etc. yo no podré estar de acuerdo. Si prefiere el hambre, la desesperanza, los desahucios, la banca, a la dignidad de lo humano, yo no podré afiliarme. Dicho con realismo, yo no podría pertenecer al Partido Popular ni estar de acuerdo con el gobierno al que sustenta.

Pero si los demás partidos caen en la misma concepción política, si defienden las mismas ideas aunque con un barniz de izquierdismo, tampoco puedo defender sus postulados.

Sólo seré capaz de adherirme a quien respete mi conciencia, se acerque a la realidad de lo humano, haga de los humano la meta y el centro de su quehacer político. Me interesa lo humano. Lo demás son suburbios políticos sin importancia.

Deberíamos ser muy conscientes de que la democracia es un tejido muy delicado que se nos puede romper entre las manos.



BRINDIS


Una luna en tu copa.
En mi copa un río.
El roce del cristal
cuando brindamos.
Hay dentro del amor olvido,
muy dentro.
Hay olvido en el amor incrustado,
muy dentro.
Brindamos
con una luna en tu copa
y en mi copa un río.
Somos lo que nunca quisimos,
cercanía y distancia,
lejanía y encuentro.
Piel y tacto somos.
Lo imposible somos.
Brindamos por la alegría
de mi cuerpo en tu cuerpo,
de tu carne de espuma
cabalgando mi desnudez entregada.
Y brindamos
cuando el amanecer se interpone
y nos rompe los sueños
y ata los besos,
tritura caricias
y nos arranca el sexo
y volvemos a ser
secretaria tú
y to administrativo.
Regálame tu luna.
Toma el río que soy.
Vamos a intercambiar
las sábanas por recuerdos.
Necesito un brindis
dos copas que se abrazan,
que culminan el tacto,
que guardan cada na noche
la alegría que nos sobra,
la piel que nos sobra,
el fuego que nos sobra
y lo derrama otra noche
cuando tu copa tiene otra luna
y un río me crece
en mi copa de entonces.


miércoles, 28 de mayo de 2014

SIN TU NOMBRE




A veces me quedo sin tu nombre
como quien deja una luna
olvidada en la playa.
Entonces me duele la memoria
porque sólo existes
si pronuncio tu cuerpo.
Soy lo que amas en mi.
Eres lo que amo en ti.
Nos creamos mutuamente
como dioses que entienden el barro original.
Existes porque te nombro.
Porque me nombras existo.
Tu palabra soy.
Tú, mi palabra.
Al decirnos somos
porque amor somos.
Te hago vida.
Vida me haces.
Aquí estamos
mientras nos amemos
y no nos olvidemos
como una luna en la playa


martes, 27 de mayo de 2014

HAN PUESTO UN NOMBRE




“En los carteles han puesto un nombre que no lo puedo mirar”  Lo van cantando Alfonso Rojo, Merlo, Tertsch, Isabel Durán, Isabel San Sebastián, Cuesta, Intereconomía en pleno y una cuadrilla de charlatanes baratos entre los que no podía faltar Marhuenda, el bedel de Rajoy y ordenanza mayor del reino. No falta en el coro una serie de medios de comunicación que no soportan que nadie mire a los ojos a Cospedal. Y a su lado, formando terna, Pons y Floriano. Floriano tiene más de medio cuerpo fuera de la ventana porque como director de campaña hay muchos aupándolo para defenestrarlo. Que si Cañete tiene una capacidad intelectual capaz de hacer temblar a las mujeres indefensas, que si mejor no pedir perdón porque eso es de cobardes, que si cómete un yoghourt pasado de fecha como si tuvieras que pedir en un comedor social, que si un poco de jamón con Fino La Ina en el banco de alimentos…Y ahora quieren echarlo después de hacer triunfar a Cañete (qué nombre torero para Europa) y haber perdido escaños y votantes a mansalva. Y además Floriano, visionario de futuro, se ha dado cuenta que los chavales de PODEMOS son unos populistas (su partido se llama Partido POPULAR), radicales de izquierda, a lo Chaves, a lo Maduro, a lo Castro y que él vio que rodeaban su casa. No se ha dado cuenta Floriano que ellos han rodeado la sanidad, la enseñanza, las pensiones, la dependencia, los úteros, las vaginas, las justicia…Pero que eso es normal porque Zapatero, Rubalcaba hicieron testamento y a Rajoy le tocó una herencia que ahora tiene que pagar porque dice Montoro que los actos jurídicos documentados, los regalos, las donaciones tienen que cotizar si  no es dinero negro ni se puede esconder en una caja B.

Y una cancioncilla. Se han colocado a puerta gayola para recibirlo de frente. Pero el bicho tiene mal mirar y ha embestidos con cinco cuernos simultáneos. En los carteles han puesto un nombre. Pablo Iglesias corneó las urnas y el PP y el PSOE se desangraron. Rubalcaba se escondió para siempre en un chiquero. Esperanza Aguirre se negó a tapar la femoral sangrante de Rajoy. Cospedal sonreía en diferido. Cañete mastica unas reformas caducadas, transgénicas y malolientes. A Soraya le gustaría ser modelo en el Mundo, pero no está Pedro J. El ministro del Interior, Jorge Fernández,  está convencido de que los resultados de la votación están manipulados por Satán y le ha pedido a Báñez que interceda ante la Blanca Paloma, que él promete condecorar al Gran Poder si hace falta, pero que entre todos fuercen el regreso de los valores cristianos, vírgenes ellas, de misa diaria  ellos, al infierno los pecadores de IU, de PODEMOS, los que rodean el Congreso, los que exigen dignidad y trabajo y los que impiden desahucios conculcando el supremo derecho de los bancos y que va a mandar a los Guardias Civiles a Lourdes porque eso ayuda a la paz del mundo, y empujará la carne desgarrada de los inmigrantes con cuchillas asesinas para que no nos invadan y siga reinando el sagrado corazón en vos confío.

“En los carteles han puesto un nombre que no lo puedo mirar”  Pablo no se ha cortado la coleta y está ahí, antisistema él, subversivo, radical, comiendo caviar iraní y bebiendo petróleo venezolano, extremista, populista, amenazado por Alfonso Rojo que puede revelar las miserias que entraña el coletero, que afirma que va a renunciar a una parte importante de su sueldo pero que seguramente es mentira, porque estos filoetarras, semiterroristas, que están fuera del sistema, que no concuerdan con Botín o Francisco González, que les duele la bota de Merkel, la deuda externa, el rescate bancario, el hambre, los niños que se desmayan por falta de un café, las colas del paro, las colas del hambre, las colas de la desesperanza, las colas de la angustia. Está evidentemente fuera del sistema que ha hecho del dinero el becerro ante el que hay que inmolar el trabajo, la vivienda, la dignidad, el chantaje, el miedo.

Hay que refugiar los ojos en palacios y monarquías, en revistas de oropeles y princesas de tetas operadas y tabiques nasales corregidos. Porque de lo contrario te encuentras con un cartel con un nombre que la derecha no lo puede mirar.



lunes, 26 de mayo de 2014

BARQUITO




No sé si navego por tus labios,
barquito de ternura,
submarina  mi lengua
en la humedad de tu luna.
Oleaje de espuma tu piel
para mis manos náufragas.
Quiero hacer amistad
con los peces de colores,
que nadan tu sangre río arriba,
respirar por las branquias de mis ojos
las palmeras internas de tu vientre.
Desnudo dentro de tu desnudez de arena,
carne de helecho, algas azules,
arrayanes que empujan
contra tu cuerpo mi cuerpo.
Barquito cargado de mares
para los peces verdes de tus pechos.
Barquito de brújula orientada
a tu piel anochecida,
al crepúsculo que nace
en tus montes de espuma.
Barquito para el único puerto
que eres, que serás
cuando anochezca el siempre
y el nunca se diluya

como un olvido acuático.

sábado, 24 de mayo de 2014

MI ALMA TERMINA






Mi alma termina
donde termina tu nombre.
Termina mi piel
donde tu piel termina.
Mi noche, donde tus gemidos.
Donde tu luz, mis ojos.
Donde tu boca, mis besos.
Mi cuerpo al fin de tu cuerpo.
Mis manos, en tu espalda infinita.
Mis caricias si tus muslos
no prolongan tu vientre.
Se disuelven mis ríos
sin la humedad de tu lengua.
Me quedo sin tiempo
cuando no eres latido,
temblor tus pechos,
frontera tus labios
que prohíben la entrada
en el misterio azul de tu sexo.
Voy a  regresar a la nada
porque el mar es de noche,
porque ignoras la sed de la tierra
que quiere ser barro,
figura de arcilla
en el tacto artesano  de tus dedos.


¿ES ENTONCES?


Uno ya tiene venas de vinilo, surcos de vinilo en la sangre, arrugas de vinilo en la piel. Vivimos el entonces difícil, amargo, plomizo. Pasaban los años como cenizas sin densidad propia, sin peso, sin contenido. Teníamos cosida la boca un día como el día anterior, un año como el año anterior, clausurada la vida como la vida anterior. Cuarenta años son un montón de ruinas abandonado en el estercolero de la historia. Porque la historia se aburre de sí misma, se enrosca en su insensibilidad y se va pudriendo y contaminando de mal olor los alrededores de la existencia.

Un día el país sufrió un trombo. España no se movía y se le coaguló el asco de sí misma. La muerte hizo su trabajo definitivo y El Pardo fue sepultado por una losa de granito bajo una bóveda de orgullo, de fanatismo, de onanismo condenado al infierno católico del olvido y el vómito.

Comenzó entonces la libertad. Nos tuvimos que acostumbrar a la palabra como diálogo, como apertura, como trasmisora de opinión, de verdad, de contraste con la palabra del otro que entregaba su verdad como un pan amasado en la responsabilidad de cada uno. Y fue la palabra el pan bueno que daba a luz la democracia, la alimentaba, le inyectaba vida y dignidad al tiempo de vivencia ciudadana.

Aprendimos a elegir, a no condenar, a admitir al otro como una existencia positiva, amiga, compañía fecunda del caminar. Supimos rebelarnos contra la injustica. Tomamos conciencia de nuestros derechos tanto tiempo pisoteados. Una Constitución nos garantizaba el derecho a una vivienda digna, a un trabajo debidamente remunerado, a una huelga cuando los abusos pretendieran rebajar nuestra dignidad, a una sanidad universal sostenida por el esfuerzo de todos, a una educación igualitaria no dependiente de billeteras, a una vejez florecida en gozo, a una niñez cuajada de esperanza. Y asimilamos nuestras obligaciones. La democracia era una responsabilidad compartida, parida en cada momento por el esfuerzo común, disfrutada en la igualdad, en la libertad, la fraternidad. Y apostatar de esa responsabilidad era como añorar la opresión del ayer


Y uno, que tiene treinta y tres revoluciones de vinilo  en las sienes, ya escribía en algún periódico. Y recuerda al director llamando cuando iban a ponerse en marcha las linotipias. Que esto no es posible publicarlo, que mañana me han dicho que me presente en comisaría porque tu artículo parece judeomasónico, porque va contra el régimen. Y uno argumentaba. José María que sólo digo que una dictadura es un caldo de cultivo de exigencias de libertad. ¿Y te parece poco? Pues sí, me parece poco, me parece una verdad y quiero decirla. Y José María. ¿Desde cuándo se puede decir la verdad? Y yo. Pues pon que el atardecer es hermoso, que los pajarillos cantan, la nube se levanta. Que eres subversivo, me gritaba el director. Pues no me publiques el artículo si no tienes cojones. Y él. Tengo cojones, pero mañana lo primero que veré al despertar serán las cachas brillantes de una pistola en la mesa del comisario.

Hoy, treinta y tantos años después, uno tiene la impresión de que es otra vez entonces. Se empiezan a tipificar como delitos aquel florecer de libertad que estrenamos un veinte de noviembre. Delitos que son agrupados como entonces sin que sea necesaria la sentencia de un juez. Basta con que lo diga un ministro con las manos llenas de Opus, el alma repleta de Escrivá de Balaguer y que deposite en la policía el criterio que distingue una falta administrativa de un delito. Y los despidos no precisan del visto bueno de la judicatura. Y los convenios colectivos se arrinconan porque no convienen al empresariado, y el despido libre, y la mujer despojada de la grandeza de su cuerpo porque Gallardón es el administrador único de sus vaginas y sus úteros.

Ya no hay vinilo. Sólo está en los museos. Hay redes sociales, que es un hermoso nombre que encierra posibilidades inmensas. Y ahí florece el contacto, la compañía, la cercanía y hasta mucho cariño. Y ya no hay que ir en taxi a llevar el artículo antes del cierre del periódico. Hoy se le da a una tecla y Buenos Aires, Madrid o Coruña notan el tacto en la espalda inmediatamente. La libertad se ha hecho ancha, como un mar sin orillas, sin márgenes. Y uno siente la alegría de vivir una época que en nada se parece al ayer, al entonces, al pasado.

Hoy me confieso turbado. Siento como si hubiera regresado José María, aquel director que murió no hace mucho. Y vuelvo a sentir su voz a través de un móvil, de una table, de una pantalla con Skype. Hemos avanzado técnicamente. Pero José María vuelve a decirme casi las mismas palabras. Voy a suprimir este párrafo, esta frase, esta comparación. No pasarían la criba de la policía instruida por el ministro-opus-del-interior. Hay que decir que los manifestantes eran filo etarras, antisistema, radicales. En realidad no pedían dignidad. Sólo pretendía romper en pedazos la democracia.


Me confieso turbado. Me duele que hoy sea entonces.
EL VASO


Sólo eso,
un vaso transparente.
Cristal puro.
hecho a mano,
como quien hace un mundo.
Inyectando aire
para crearle espacio
a su conciencia.
Un puñado de noches dentro,
de lunas estremecidas de ternura,
de piel y besos,
de piernas confundidas
en el mar de espuma de tu sexo.
Y unos gramos de ceniza
que resumen mi existencia
junto a ti,
en ti
mi sentido último del tiempo,
porque tú me hacías,
moldeabas
con caricias de artesano
hasta lograr  un vaso,
un vaso simplemente,
una conciencia,
un amor,
una hechura de mundo,
de universo.
Me regalo a ti.
Te devuelvo
la piel que diseñaste,
mi espalda dibujada por tus manos,
mis labios perfilados a la medida de tu luna
para que me acostumbrara
a anochecer en ti,
a ser ocaso en ti,
ser lluvia en ti,
nieve en ti,
aire en ti.
Guarda el vaso
que me contiene
ocúltame en ti
como aquella noche cuando hice noche
en la noche iluminada de tu cuerpo.



viernes, 23 de mayo de 2014

PUERTAS



Puertas herméticamente cerradas.
A lo mejor dentro, tú.
Puertas de par en par abiertas.
Sin ti. Hueco infinito,
Giratorias las puertas,
juego perverso
que termina en ausencias.
Resuelves la soledad en soledad
porque no sabré si la oquedad
eres tú
o si la instituyes
para ocultar lo que busco en ti,
sin saber exactamente lo que busco.
Escarbo el vacío
queriendo encontrarte,
deseando no encontrarte
porque soy contradicción irredenta,
porque no logro definirme,
ni entenderme.
Sólo sabrá quién soy
quien me ame.
Por eso acudo a ti,
y te persigo
hasta alcanzar tu alma derramada
en tu piel de luz,
de encuentro,
de sudor,
de carne húmeda,
de luna abierta para albergar
lo que soy tal vez,
lo que tal vez no sea nunca.
Para archivar las ruinas
de esta ignorancia que me define.
La vida es una costumbre de puertas
que tapan sueños,
que producen lejanías,
que impiden que las lunas
digan su última palabra.
Seguiré llamando
por si tú,
por si yo,
por si el tiempo,
por si eso que llaman vida.
Tal vez la muerte sea un mar diáfano.
Bastará a lo mejor pronuncia el beso
Para inventar tus labios,
de la unidad tierna
en el definitivo cielo de tu boca.


jueves, 22 de mayo de 2014

CAMINANDO


Si pregunto por un camino,
por una calle,
por un río,
por el mar que olvidé aquella tarde.
¿Sabes? Se puede olvidar un mar
como quien pierde un paraguas
y sólo te das cuenta
cuando se deshidratan los labios
y duelen los besos.
Preguntas entonces
por el camino,
por la calle,
por el río,
por el mar sobre todo
porque viene a tu boca otra boca
y es urgente llamar a los besos por su nombre.
Por el camino,
por la calle,
por el río
vienes tú
buscando el mar
que olvidaste en el cielo de mi boca.
Vamos a recuperar la memoria de la espuma,
a mojar aquel último abrazo,
la ternura de los cuerpos,
la humedad que desliza la piel en la piel
y que sienta la arena la invasión de las olas.
Si pregunto,
por ti pregunto
y no acepto más respuestas que tú.
¿Sabes? No admito que seas el mar
que se olvida como quien pierde un paraguas.
Sólo por ti me afinco en la vida
como respuesta última
de un mar recuperado


miércoles, 21 de mayo de 2014

TU ERES RIO


Me hice amigo del río.
Tocaba la piel del agua,
y cada tarde
paseábamos
ciñendo las cinturas.
Nadie tiene las manos de un río,
los ojos de un río,
loa labios de un río,
la carne de un río.
De la alegría hablamos,
de  penas,
de  orillas que ejercen de jaula,
de orillas que oprimen
sus caderas soñadoras de caderas,
de cuerpos desnudos
penetrando su cuerpo azul.
Me fui enamorando despacio,
gota a gota,
como un adolescente se enamora
de una colegiala rubia,
con ojos de horizonte,
con pechos de amapola,
con un amanecer entre sus muslos.
Un día le pregunté su nombre.
-Me llamo como ella.
Soy ella.
Dije tu nombre.
Comprendí
que todos los ríos

se llaman como tú.

martes, 20 de mayo de 2014


INEXPLICABLE




El amor incluye una sombra deshuesada.
una sombra tierna, pero sombra,
hueca, pero sombra.
Pesada a veces porque la luz
está también sometida
a la ley de gravedad
y hay un centro que imanta,
que atrae y configura
lo inexplicable.
Dos labios encontrados
no suman un beso,
sino un racimo, una cosecha,
un campo que no termina nunca.
Inexplicable, pero cierto.
Nadie sabe explicarme
por qué mis manos se pierden en tus poros,
en las cavidades de tu carne
donde la oscuridad es la luz más absoluta,
donde todo termina en el vértice del misterio.
Te amo porque eres lo inexplicable,
lo inabarcable
lo no sujeto a leyes.
Eres la sorpresa, el vértigo,
el abismo,
acantilado incapaz
de una definición exacta.