miércoles, 27 de mayo de 2009

TRINIDAD, CARME, BIBIANA

La historia tiene manchas de sangre de mujer. Desde Eva, vicaria satánica del mal, hasta la cintura rota de la última madre asesinada, ella ha sido tierra fecunda y fecundidad de la tierra. La hemos despreciado, minusvalorado, humillado y la hemos matado porque la ley del más fuerte siempre reduce azucenas a la nada. Que maldad achacar ese comportamiento a las clases menos pudientes o disminuidas de cultura. Desde los medios de comunicación modernos se las sigue pisoteando, aupados sobre facultades de periodismo, desde emisoras y pantallas bendecidas por mitras teocéntricas.

Usía, De Prada, Losantos, De Miguel, Cristina, Miguel Angel y muchos otros, nunca han llegado y me temo que nunca llegarán a sentir asombro ante la existencia fecunda de la mujer creadora de historia y de futuro. Constituyen la grasa sobrante de una falsa intelectualidad. Se impone una liposucción que elimine de las tertulias radiofónicas y televisivas tanta viscosidad acumulada. No se trata de desvirtuar a nadie por ser de derechas. Más bien de negarle visibilidad a quien no tiene un pensamiento creador que ofrecer. La derecha es esencial en una sociedad democrática. Pero como sentenció, según dicen, Juan XXIII, nadie tiene derecho a hablar si no tiene algo que decir.

No se es más varón por ser más macho. Las mujeres mueren a manos de machos irredentos que nunca interiorizaron el temblor del beso. Ellos aportan el músculo. Las navajas saben el camino. La muerte pone el luto en una parte de la sociedad. La otra parte, cada vez menos, aplaude la certeza de la herida, el desplome vertical de una existencia.

Hay micrófonos delincuentes. Miguel Angel Rodríguez afirma que en España hay un régimen nacional-socialista y llama nazi al Dr. Montes. La moderadora de Antena-3 le pide que retire esa afirmación. Se niega, y al día siguiente es nuevamente contertulio de la misma cadena.

Usía admite que Trinidad Jiménez y Bibiana Aído están muy bien para tomar una copa. Y una gran mayoría de oyentes siente cómo el asco les mancha la pechera.

De Prada, más etimólogo que Isidoro de Sevilla, analiza “la imbecilidad del pensamiento de la Ministra de Igualdad” y le atribuye un pensamiento reptante. “El pensamiento de Bibiana no se ha puesto todavía en pie, es un pensamiento abyecto (de iactus, participio pasado de iacere) que repta, que se arrastra por el suelo, ignorante de su condición humana”, asegura. Es el vómito caliente al que nos tiene acostumbrados.

Se pide la dimisión de Carme Chacón tal vez porque no tiene un Yak-42 que llevarse al escaño.

Y se les suman Benigno, Dagnino, Curri, Rouco, Martínez Camino y toda esa manada de machos-machos que nunca sentirán entre las manos del alma la ternura de una mujer.

Nunca crecen puñales entre las espigas de la palabra abierta. Algunos asesinan desde la prepotencia de una radio o una televisión. Sólo hay que tener en cuenta que el asesinato lleva a veces incluido el suicidio cobarde de quien no puede enfrentarse a la mirada limpia de una mujer erguida.

miércoles, 20 de mayo de 2009

SAN FEDERICO ESCRIVA

La muerte es siempre un golpe seco. En las sienes del alma retumba. También los montes turcos experimentaron el crujido del Yak-42. Y allí quedaron los muertos, asesinados uniformes, estrellas y galones, ansias de regresar al beso de esposas enamoradas, de hijos crecidos con la ausencia pegada a su niñez de colegio.

De llamar a cada muerto se trataba, de adjuntarle su nombre para que siempre fueran Antonio, Juan o Pepe. Nombres dispersos por los montes. Había que recogerlos en racimo para devolverlos a los corazones helados de nostalgia.

Los médicos militares no sintieron esa necesidad. No entendieron el misterio de la vida. No entendieron el misterio de la muerte. Sólo despojos fueron y serían para siempre. Féretros disfrazados, sin más. Bastaba la bandera española para arropar la eternidad equivocada, a propósito equivocada, intencionadamente equivocada. Todos los muertos son iguales. Recuerdos llorados por cualquiera. Esposas vivas adjuntadas a un muerto sin nombre. Orfandad de padres desconocidos. Uteros maternales sin descendencia concreta.

Trillo sacudiéndose la humedad de Tarbzon, bajo un paraguas subordinado. Trillo encomendando las almas de los muertos en funeral de Estado. Rey, Presidente, Obispo castrense. Engañados todos. Aviones baratos. Muertos aplastados por obediencia debida, por órdenes superiores. Trillo pidiendo perdón a Escrivá por mirar impuramente a una diputada guapa. Trillo arrodillado ante El Padre por distraerse en el rosario de la aurora, en la misa tempranera, en la comunión solitaria y egoísta. Federico costalero de Salcillo. Perdona a tu pueblo, señor. No estés eternamente enojado. El mundo es malo porque no es del Opus, porque no reconoce la gloria de Bernini para el fundador de apellidos engarzados al marquesado de no sé qué.

A Trillo no le persiguen los muertos. Le persiguen sólo las sentencias, la justicia injusta de los tribunales. Se puede escapar de las familias. Su conciencia está limpia. Escrivá pasó el plumero y le purificó la sangre. La muerte es una confusión despreciable. Mientras que él sigue vivo. Partido Popular. Aznar en la recámara, garantía de occidente. Portavoz de Justicia. No de agricultura, no de sanidad. De justicia. Se lo ha merecido como hombre de leyes, por su conducta intachable, por su capacidad de fulminar enemigos, por su agria palabra contra Pilar Miró, contra Narcís Serra. Ministro de Defensa para exonerar el pasado militar de muchos, para condecorar al General Navarro, para defender honores inquebrantables, equipos y yagües, francos generalísimos y moscardós con alcázares. Pero profanando los uniformes rotos de Turquía, las viudas, los huérfanos, los padres para siempre con una foto en la cartera.

Le piden que dimita, que se esconda, que se vaya. Perdónalos, San Escrivá porque no saben lo que hacen

Esta decisión no es un error político. Es una usurpación plena de mala voluntad. Un butrón inmenso en el corazón asaltado de treinta familias. Lo realizó un Ministro de Defensa apoyado en uniformes cómplices, amparado en un Presidente encubridor. Aznar ocultó en Moncloa la infamia. El Ministro Trillo silenció la nocturnidad deformante de los cadáveres. Y el Partido Popular nunca exigió transparencia sobre tanta muerte inventada.

Sólo nos queda la luz exhumada de un invierno que termina.

lunes, 18 de mayo de 2009

A ROUCO SE LE ACABA EL MUNDO

El anteproyecto de ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo le ha supuesto al Cardenal de Madrid una preocupación que él convierte en vaticinio angustioso: “Si seguimos eliminando comensales de la gran mesa del banquete, terminará por no haber comensales” Le resultan menos preocupantes los medios destructivos que tienen ciertos países ricos en odio y en dinero que el anteproyecto de ley sobre la interrupción del embarazo. La ministra Aído lleva en la sonrisa de mujer la aniquilación del mundo. ¡Quién lo iba a pensar!

Por su parte, Rajoy asegura que llevará esta ley al Constitucional cuando todavía aún está pendiente de los trámites parlamentarios. Los profetas de la oposición se han tomado muy a pecho su papel defensores de la monarquía, de la economía, de la libertad, de la vida, del antinacionalismo desde su cerrado nacionalismo y van por la política negando la bondad de medidas que incluso ellos han promovido con anterioridad.

Jaime Mayor Oreja, ha acusado al Gobierno de "desarrollar los peores instrumentos para fomentar la destrucción de los prebebés" con el proyecto de reforma de la Ley del aborto, que considera “un escándalo que va contra la libertad de las personas” Produce una gran alegría que Mayor Oreja defienda la libertad junto a Ana Botella que exige libertad para que el Papa pueda anatematizar el preservativo. Y es una íntima alegría que Mayor luche por la libertad, él que confiesa abiertamente que con Franco vivimos un período de sosiego y bienestar.

¿Alguien de los que forman la misteriosa trinidad Rouco-Rajoy-Oreja ha preguntado a las mujeres o es que el desprecio que la derecha y la Iglesia han sentido siempre por la mujer les lleva a modelar las conciencia al margen de los hermosos vientres decisivos? Recuerden a Usía, Amando de Miguel, Cristina, César Vidal o Federico Losantos. El varón-rey-del-universo fue arrastrado al pecado por la mujer-compañera-de-la-serpiente. En esa estamos, deambulantes por los suburbios del paraíso.


Mayor Oreja opina que el PP debe situarse claramente "enfrente" del proyecto del Gobierno de Zapatero, pues "no es lógico, normal ni ético", además de pretender "una España irreconocible en el terreno de los valores”. El cabeza de la lista popular a la Eurocámara recordó que todas sus denuncias recientes sobre la "crisis de valores" se han corroborado en los últimos días, y una prueba de ello es la medida del Gobierno para reformar la ley del aborto. Así, ha pedido que "en el terreno de la ética y de la moral" su partido “no se puede dejar ganar ni sentirse arrinconado” Aquí radica la crisis de valores que padecemos.

A Rouco se le acaba el mundo. A Oreja se le acaba España. A Benedetti se le acaba la voz. A todos se nos acaba el llanto por la oscura, siempre oscura, muerte de un poeta. Se le marchó la luz por el río azul de la palabra.



viernes, 15 de mayo de 2009

PREVARICACION EPISCOPAL

El Papa, revestido de blanco fundamentalismo, visitó Africa y culpabilizó a millones de enfermos porque “el preservativo no ayuda al problema del sida, sino que lo agrava” Debe apostarse por la abstención sexual como si de una castración se tratara. Esa actitud-maría-goretti enaltece al hombre frente a un dios obsesionado con la entrepierna del mundo. El Papa, sin duda aconsejado por sesudos asesores, debe conocer con exactitud los que es un preservativo. Su afirmación por tanto encierra una prevaricación pontificia.

Como fidelidad inquebrantable a una recriminación insostenible, por más benedictina que sea, surgieron los científicos de solideo siempre arrodillados, de iniciativa amputada cuando de adhesiones inquebrantables se trata, asegurando que el preservativo posee una porosidad que deja camino libre al virus del sida porque éste lo atraviesa aprovechando su diminuto tamaño. Estos obispos, conscientes de su atrevimiento científico, defienden una prevaricación risible. Lo he dicho otras veces: no me preocupa que ciertos obispos sean de derechas o de izquierdas. Me preocupa sencillamente que sean obispos. Me preocupa la descerebración absoluta que sostiene mitras orgullosas de ostentar el monopolio de la verdad.

Y en estas aparece el arzobispo de Granada. Rodeado de alhambras bordadas, de generalifes nostálgicos, de darros asombrados, nos despierta con su grito redentor: el preservativo no sólo no evita el maldito virus, sino que ayuda a su propagación. Sepan los que lo sufren que son enfermos bajo su responsabilidad, que su muerte es un suicidio castigado por un dios enamorado de las cruces de mayo en los patios andaluces. Sea porque lo usan, sea porque no lo usan, están condenados por su propia actitud sexual.

Y esta es una prevaricación manipuladora, usada como arma contra conciencias débiles, sometidas a golpe del báculo dorado. El arzobispo de Granada, al lanzar esta afirmación, no hace de su palabra una “polémica” afirmación. La convierte en una actitud miserable, antihumana, despreciable y en consecuencia anticristiana.

Frente a la OMS, a los científicos, a teólogos consecuentes, a cristianos que no confunden sexo y evangelio, los obispos se yerguen en salvadores del mundo en nombre de un dios no importa si prostituído, no importa si tergiversado, si traicionado no importa. Habrá que construir alguna vez un monumento con cúpula “preservativa” para honrar a tanto prevaricador ungido.

Cada mañana el cuerpo prepara hechuras para la aventura siempre limpia y oscura de vivir. Se pone en pie la esperanza por el horizonte, se ilumina el amor florecido entre las venas y hasta nos puede sorprender la muerte como encuentro supremo del hombre consigo mismo. Cada tarde se despiden millones de seres humanos. Los nardos morenos también mueren. Me lo dijo la otra tarde Antonio Vega amortajado de guitarras.





domingo, 10 de mayo de 2009

LA LIBERTAD DE ANA

Doña Ana Botella, tan esposa de, tan ayuntamiento ella, tan medio ambiente, tan aspirante al almirantazgo de Correos, tan sexadora de peras y manzanas, ha reclamado libertad para que el Papa pueda decir lo que crea conveniente acerca del uso del preservativo. Lo contrario, ha dicho esta gran adalid de la libertad, es obra de una izquierda sectaria empeñada en acabar con el cristianismo.

En primer lugar uno se felicita porque Doña Ana defienda la libertad. Que se enteren los catalanes, los vascos, los gallegos que cuentan con el apoyo incondicional de esta dama. No obstante tanta alegría, hay que advertirle que lo dicho por el Papa ha sido impugnado por la OMS, por científicos eminentes, por gobiernos europeos de derechas, por teólogos, por cristianos de base, por universitarios, por hombres y mujeres de bocadillo a las once y por los pobres que se sienten amenazados por el sida, por enfermedades de transmisión venérea, por huérfanos de lágrimas y recuerdos inundados, por mujeres sin un beso que llevarse a la boca.

En este país hay libertad, Doña Ana. Cristianos consecuentes con el evangelio y no cristianos tienen que aguantar los insultos de una jerarquía que proclama, por ejemplo, que ofender al Papa es ofender a España (Antonio Cañizares). Muchas mujeres, defensoras de su propia dignidad, tienen que soportar el apelativo de asesinas que les dispensa Martínez Camino. En base a fundamentalismos dogmáticos todos tenemos que sobrellevar anatemas, amenazas de fuego eterno y deslegitimación de las leyes que nos hemos dado con el sudor de nuestra frente.

En una sociedad secularizada, en un estado aconfesional como el nuestro, el Papa y los Obispos tienen derecho a decir lo que crean conveniente. Pero deben ser conscientes de que los demás reclamamos nuestro derecho a rebatir, en base a una libertad conseguida a golpe da sangre, exigencias y enunciados con los que no comulgamos. Existe tanta libertad en nuestro país que hasta su marido, visionario del futuro histórico, oráculo de Europa, campeador del cristianismo, vicario de santiago matamoros, puede decir las cosas que dice tristemente apoyado por el bufón Berlusconi, aupándolo al liderazgo del mundo.

Porque somos libres aguantamos que Vd. anatematice la homosexualidad, nos dé lecciones de economía, nos diga cómo hay que cuidar a las víctimas del terrorismo mientras se cuelga su bolso Vuitton camino de bodas y escoriales.

Estamos en primavera, Doña Ana. Se toca el amor en el Parque de María Luisa, en las Ramblas, en la Rosaleda. La gente se ama en Recoletos y el Retiro. Llevamos la brisa por la cintura. A lo mejor molesta al Papa. Pero entre el silencio de los pinos se escuchan los tacones de la luna.