domingo, 30 de octubre de 2011

PEDAGOGIA Y DEMOCRACIA

Es preocupante la desafección que los ciudadanos pregonan hacia los políticos. Hasta desprecio sienten. Se tiene el concepto de que están en política sólo para llenar la cartera, para aprovechar la oportunidad de robar, de vivir bien sin trabajar. De ahí la abstención ante las urnas. Todos son iguales. En el mejor de los casos se acude a votar para desentenderse a continuación de la marcha del país y dedicar los siguientes cuatro años a descuartizar a los elegidos. El voto no significa tristemente la asunción compartida de una responsabilidad con los elegidos, sino una delegación expectante, una entrega desvinculada de todo compromiso. Ellos son los exclusivos responsables de la solución de los problemas sin que el votante se sienta implicado en las decisiones gubernamentales. El votante se convierte en espectador, cómodamente instalado en la crítica, libre de toda responsabilidad constructiva.

Los políticos pierden el contacto con la calle. Es verdad. Pero a lo mejor esa distancia la marcan también los ciudadanos cuando asumen un papel meramente contemplativo, despojados de toda implicación garante de un sano desarrollo democrático. Los demócratas que se desprenden de su papel controlador del poder dejan de serlo por omisión corresponsable de la construcción de un mañana fecundo.

Esa pérdida de contacto con la calle debe también culpabilizar a los gobernantes que se desentienden del poder residenciado en el pueblo. Se sienten entonces con la potestad de tomar decisiones diametralmente opuestas a sus programas e incluso a su filosofía como partido. Véanse por ejemplo las medidas tomadas por el actual gobierno contra los funcionarios, pensionistas y estado del bienestar en general.

Se enfrentan así a los ciudadanos y se quejan amargamente de incomprensión. Se refugian en un papel de martirio, en la soledad del gobernante y en el sufrimiento del desamor. Simples subterfugios de quien alberga un complejo de superioridad. Y tiempo después achacan el fracaso de sus medidas a una inculpación venial: ha fallado la pedagogía. Es verdad esta falta de pedagogía. Los ciudadanos exigimos, y los políticos tienen la obligación, de explicar el por qué y el para qué. Y el pueblo, inteligente, maduro y capaz, sabrá asumir esas decisiones amargas pero que incuban un futuro. Pedagogía e imposición son términos incompatibles con una visión moderna de la vida. Pero demasiado frecuentes.

¿Pero la sola pedagogía es suficiente para una vivencia fecunda de la democracia? Rotundamente, no. No puede tratarse sólo de una explicación para que el pueblo “comprenda y acepte” la dureza de las decisiones. Se trata más bien de un ejercicio democrático que comparte con los ciudadanos. Y lo comparte para que haga suyas la responsabilidad compartida que es la democracia. Ciertos políticos tienden a despreciar la voz del pueblo. Tenemos el ejemplo del 15-M. Esperanza Aguirre ve en ellos el embrión de un golpe de estado. Aznar los descalifica como radicales izquierdistas de nula representación, antisistema (¿Se puede ser hoy otra cosa más digna que antisistema?). El decaimiento de los derechos humanos, cinco millones de parados, el hambre en el mundo, la especulación criminal de unos cuantos, el desahucio de miles de viviendas, el derrocamientos de dictadores adorados hasta hace poco y ahora ejecutados ¿para dar oportunidades democráticas a los pueblos o para conseguir rebajas en el precio del petróleo?

Los gobiernos no pueden aspirar a ser simplemente pedagogos. Hay que exigirles capacidad de escucha y conciencia clara de que no gobiernan aisladamente de las aspiraciones de los pueblos. Hay que obligarles a que hagan realidad una democracia que tenga continuamente en cuenta a la ciudadanía democrática a la que tienen al lado y con la que conjuntamente marchan hacia un mañana, responsabilidad de todos y fruto de todos.

Me preocupa esta falta de vivencia democrática de los gobernantes. Me duele la apatía y desafección del pueblo hacia los políticos. Ambas actitudes encierran el peligro de alimentar dictaduras infames o aristocracias hedonistas que desprecian las decisiones del pueblo.

Debemos exigir cada día una democracia activa sin escatimar la responsabilidad de cada cual en su plenitud. Apostatar de ese derecho es entregar en bandeja nuestro futuro a poderes fácticos sucios, opresores y oligárquicos.


miércoles, 26 de octubre de 2011

YO TAMBIEN MEREZCO RESPETO

ETA, como un toro amorcillado, se está tragando su propia sangre. Entre todos la hemos acorralado. Y ahí está, escondida en un disfraz grotesco, distorsionando su cobardía, ahogando la víbora de las pistolas bajo la un rostro de careta sin rostro.

España acordándose del dolor, de los muertos, de los mutilados por la agresión cobarde de un terrorismo sin sentido. ETA vencida por las fuerzas de seguridad, por los jueces, por la decisión de la democracia y el coraje de los ministros del interior. España preocupada por el olvido. “Seremos una democracia sin terror, pero no sin memoria” dijo el presidente. Y en esa memoria, como en un vientre caliente de esperanza, las víctimas. Los muertos de todos, como un derecho de cariño con el que sufrimos sus muertes, el de sus viudas con una bandera de herencia y unos hijos sin padres. Los hemos querido. Los seguimos queriendo. Siempre andarán por los jardines del recuerdo.

Simple ceguera ante el amor por las víctimas. Lo dijo Rajoy en la casa de la palabra: “Usted ha traicionado a los muertos” Y Miguel Angel Rodríguez, ese pordiosero de publicidad: “Algún día nos tendrá que explicar Zapatero qué grupo terrorista lo llevó a la Moncloa” Y Alcaraz traficando con la muerte para agrandar su peluquería. Aznar, Acebes, Estarloa, Botella, Paseo Castellana abajo, reclamando dignidad para los que indignamente se manifestaban. Para manchar de vómito un Recoletos de geranios. Mayor Oreja, el de los acercamientos de presos a los pocos meses de que Miguel Angel Blanco fuera vilmente asesinado. D. Jaime sabedor de la tranquilidad que aportaba Franco a la vida. El de no habrá vencedores ni vencidos, el que no pidió la entrega de las armas, el que no exigió ningún perdón. Descubridor desde hace tiempo de la empresa conjunta de Zapatero con el terrorismo, profeta de su unidad indisoluble para entregar España a las pistolas oscuras. Jaime, corrompiendo la palabra, la decencia, la honradez. A hombros de Mariano, de María San Gil, de Isabel san Sebastián, de Esperanza Aguirre, de Aznar, de FAES. Jaime paseando su pena porque se le acaba ETA y él no sabe hablar de economía, de infraestructuras, de educación, de España, de Europa, del mundo. ¿Qué va a hacer sin esa amante inseparable que daba sentido a su vida, sin su necrofagia dietética?

Se ha arrojado la sangre de las víctimas a la cara de un Presidente valiente, de un Gobierno empeñado en destruir al terrorismo, a unos votantes que según Pons somos idiotas, a un pueblo que ha llorado por las calles las muertes inocentes, que ha salido a enseñar sus manos blancas cada vez que una pistola nos rompía el corazón. Las víctimas exigen justicia, dignidad, memoria. Y con razón. Pero somos muchos los que nos hemos tragado las lágrimas, o hemos llorado (aunque le duela a Carlos Herrera, a Pio Moa). Todos hemos estado amenazados, porque la muerte andaba suelta por las calles, buscando esquinas, espiando en las plazas, apuntando en las aceras.

“Esto es la devolución de un favor de ETA al presidente del Gobierno después de una retahíla de favores. Lo ha dicho Inma García de Cortázar, presidenta del Foro de Ermua, en Telemadrid.

Señora García de Cortázar: Pídame usted cariño, solidaridad, compañía. Pero por favor, tome usted conciencia de que yo, y tantos como yo, también merecemos respeto.




martes, 25 de octubre de 2011

CUANDO SE ENSANCHA EL ALMA

Lo ha dicho ETA. Renuncia a su cosecha de nucas desnucadas. Debe causarle asco tanta sangre en las manos. Sangre con nombre, con amor de mujer, de hijos, con derecho a un amanecer diario. Sangre ahora bajo tierra, bajo tierra para siempre. Por juventud, por ideales, por gallardía. Sangre sin espaldas, con guarda espaldas sólo. Sangre grito para siempre.

Lo ha dicho ETA. Macabra trinidad del crimen. Muerte. Extorsión. Secuestro. Amenazados todos. Incluidos todos en una ruleta. España víctima. Manos blancas y corazón expuesto durante muchos años. Diana todos del odio. Se fueron unos. Otros quedamos. Víctimas todos. Dolor retorcido en los adentros amenazados. Adiós cada mañana con un beso. A lo mejor el último. Porque estaban las pistolas. Bombas por las esquinas. Balas empapadas de café con leche. La muerte enfrente. Truncando tricornios, togas supremas, charreteras condecoradas. Miedo al norte, al sur, al este, al oeste. Muerte crucificada en los puntos cardinales.

Se nos ha puesto alegre la alegría. Hermosa la esperanza. El amor no se siente encañonado. Ha retomado su noviazgo Miguel Angel. Está vivo el flequillo de Ernest Lluch. Tomás y Valiente estrena toga. Todo es recreación. Se inaugura España desde el gozo triunfante de la vida.

Hablando Zapatero. Con la serenidad que exige la historia. Es un triunfo de todos: fuerzas y cuerpos de seguridad, judicatura, políticos, estado de derecho, totalidad de los ciudadanos, dinámica democrática. Todos apretados en la gran plaza del triunfo.

Se nos ha puesto alegre la alegría. José Luis-presidente, Rubalcaba-exministro, Patxi-Lehendakari, Eguiguren-atrevido. Y tantos y tantos escondidos en el anonimato. Tanto empeño sin historia, tanto riesgo refugiado en su conciencia. ETA aplastada. Cúpulas descabezadas, zulos descubiertos, asesinos apresados. Diálogo truncado en la T-4. La oposición haciendo de Castellana un insulto. Rajoy acusando de traición a los muertos. Mayor Oreja denunciando el complot socialistas-terrorismo, el concubinato Zapatero-etarras para entregar España a la banda asesina. Carlos Herrera burlándose de lágrimas honestas. Pío Moa asegurando que si en este país hubiera una justicia independiente, todo el socialismo estaría condenado a muerte por contribuir a los asesinato de los criminales. Vidal Quadra afirmando que el comunicado no es para alegrarse porque es simplemente la revelación de la colaboración de los etarras con el gobierno. Y Esperanza, y Carmen Tomás y Abascal. Almas hechas de rincones oscuros, estrechos, sin ventanales de luz. Se han llenado las manos del dolor de las víctimas y lo han arrojado contra la cara del Presidente para empaparlo de sangre, de traición, de persecución, de hediondez putrefacta. Aznar anda por ahí, buscando puñales certeros, para suicidar su orgullo a lo mejor, para clavar espaldas ciertamente. Porque nadie es capaz de conseguir lo que no consiguió su gloriosa decisión de hablar con el ejército de liberación vasco.

José María Izquierdo ha publicado un libro bajo el título de “Las mil frases más feroces de la derecha de la caverna” Vaya aquí un solo ejemplo hablando de Rubalcaba: Es un hombre “represor, rastrero, renegado, rencoroso, ridículo, repulsivo, ruin, rufianesco, reptil, retorcido y repugnante” que se caracteriza por ser “viejo, calvo y con muy mala follá”.

Ahora, cuando ETA se desmorona, cuando se ahoga en tanta sangre derramada, Zapatero, Rubalcaba y tantos luchadores honestos que han sido decisivos para ese hundimiento, ensanchan el alma y aseguran que es un triunfo de todos. ETA tal vez no lo comprenda. Pero escuece que no lo comprendan ciertos “demócratas” ruines, esperpénticos y miserables.

Se nos ha puesto alegre la alegría. Otros van por los “tablaos” de la vergüenza llorando su pena, penita, pena.


domingo, 23 de octubre de 2011

EL VOTO CRUCIFICADO

La Jerarquía católica tiene el derecho a la libre expresión como cualquier colectivo amparado por la Constitucional. Pero no tiene derecho a la apropiación indebida d las conciencias para dirigir, en nombre de ningún poder sagrado, el voto de los electores. El portavoz de la Conferencia episcopal ha dicho que los cristianos no deben votar a partidos políticos que no defienden la vida, que admitan el matrimonio entre personas del mismo sexo o que permitan el divorcio. Descartan así la bondad y suprimen la libertad a quienes deseen lícita y constitucionalmente votar al partido que ha respondido a las exigencias sociales con estas leyes que vienen a dar respuesta a unos derechos humanos exigidos por distintos estamentos de la sociedad española.

Tanto la ley del divorcio como la minúscula ley del aborto son fruto del gobierno de Felipe González. Los Obispos pensaron que eligiendo a Aznar se verían derogadas estas leyes, los parques se llenarían de niños juguetones y el amor sería una constante floreciente incluso entre los matrimonios farisaicamente sostenidos por imperativo legal durante la dictadura. Pidieron el voto para Aznar y Aznar defraudó a la Jerarquía episcopal.

Durante el gobierno de Zapatero se promulgó una ley sobre salud sexual y reproductiva que conlleva otros contenidos que no pertenecen a la moral católica, pero sí a la demanda social de una sociedad civil, laica e independiente. De igual forma se vio la necesidad de regular el matrimonio homosexual y a esa regulación se le llamó matrimonio. El PP. quiere disimular su homofobia y ante el Tribunal Constitucional usa el subterfugio de atacar el término matrimonio, que debe seguir aplicándose según su doctrina a la unidad hombre-mujer.

Los Obispos también confunden maliciosamente la legislación sobre una muerte digna con la eutanasia. Reclaman que los sufrimientos últimos de la existencia deben ser una ofrecimiento a Dios para aplacar así su sed de sacrificio humano y canjearlo por un cielo que está próximo a la muerte. No admiten un dios cristiano amoroso y preocupado del ser humano para convertirlo en un ser que digiere el sufrimiento de sus criaturas con el placer de un monstruo.

El PP. predica una política mitrada. De hecho tienen recurridas ante el Tribunal Supremo algunas leyes aprobadas por l Parlamento Y en consecuencia, los Obispos se sienten en el derecho de proponerlo como modelo de gobierno y por tanto debe ser votado en las urnas. Nada dicen los Obispos de su concepción liberal, desreguladora, con absoluta libertad de mercado, sin injerencias legales, que ha llevado a la humanidad a una crisis inimaginable. Uno ha visto a los Obispos manifestándose contra el aborto, contra el matrimonio homosexual, contra la muerte digna, contra el divorcio. No los hemos visto tratando de impedir un desahucio, mezclados con los que exigen una política humana y humanizante, una condonación hipotecaria por la dación de la vivienda, una protesta contra la especulación, un grito contra jubilaciones bancarias mientras cinco millones de parados tienen que vivir con cuatrocientos euros. Han proclamado que el movimiento 15-M no es más que un grupo de jóvenes sin dios, sin espiritualidad, sin religión, sin valores. No han sido capaces de escuchar el grito de una humanidad frustrada por unos pocos ni la alegría de unos aupada sobre la miseria de la mayoría.

Los Obispos están instalados en un mundo sin mundo, en un tiempo sin tiempo. Obsesionados con el sexo como si lo tuvieran instalado entre las neuronas. Dueños absolutos de las conciencias, con poderío para manejarlas a su antojo y en nombre de Dios, con un jabón de manos que desinfecta de los problemas realmente preocupantes. Compañeros del poder financiero y político si los dejan. Condenando a Zapatero porque se ha tomado en serio a la sociedad civil, amparando a Rajoy como supuesto cómplice de sus aspiraciones purificadoras. Exigiendo una legislación que contemporice con su visión moral de la vida. No admitiendo, por incómoda, la postura laica de la vida. No respetando las decisiones vitales de cada cual si no se atienen a una conciencia dominada por el miedo y el más allá.

Las urnas se abren a una democracia que los Obispos nunca practicaron en sus esquemas jerarquizados.



viernes, 21 de octubre de 2011

ESCLAVITUD

Pequeña empresa. Quince trabajadores. Un dueño-dueño. Me lo decía con orgullo de traje gris marengo, chaleco y corbata a juego: Yo le doy de comer a quince familias. No, Paco, no. Quince familias te dan de comer a ti, y te permiten el Mercedes, y el abrigo de pieles de Rosa, y el colegio del Opus de tus hijos, y tus viajes acompañando al Madrid y tus cenas en los Borrachos de Velázquez.

Los empresarios han invertido el orden de la vida. También algunos tertulianos. Justino Sinova lo decía en televisión: “Estos señores son los que crean empleo” Parece que nadie se da cuenta de que son los empleados los que crean el dinero que disfruta el empresario.

Casi cinco millones de parados. Digamos que diez millones de unidades familiares con el estómago entre las manos. Con hipoteca impagada, digamos. Con niños sin cine, sin parque de atracciones, digamos. Con angustia chorreando las paredes del alma, digamos. Con sentencia de desahucio. Caldo avecrém de posguerra. Refugiados en la pensión-quinientos-euros de padres que viven en cuarenta metros cuadrados. Demasiada pena para tan poco espacio. Demasiado dolor para tanto colchón por los pasillos. Demasiado amor sin intimidad para el beso.

Y los que más tienen negándose a pagar impuesto de patrimonio sobre viviendas vistas al mar, sobre el yate varado como un columpio de lunas, sobre tierras y olivos con ayudas europeas, latifundistas de fresa y algodón. Cuidado. Son los creadores de empleo y hay cinco millones de parados.

Y quieren montar un mercado de trabajadores. En rebajas, siempre en rebajas. Para rotar mercancía. Con un despido barato. Pocos, muy pocos días por año. Que cueste apenas despedirlos. Para que tengan la amenaza del despido siempre delante de los ojos. Para que se vayan al INEM con lo que sobra de una comida de amigos. Y se admite a otro. Con un contrato “fijo” con fijeza clavada en el viento. Hasta cuando yo –traje gris marengo-corbata a juego- quiera y te pague el finiquito equivalente a una caja de habanos.

Capitalismo. Mercados. Liberalismo. No intervención. Desregulación. Reforma laboral. Resumen: despido libre. “Estos señores son los que crean empleo” Nadie se acuerda de que son también los que crean el hambre. Porque acaparan grandes monopolios que marcan los precios al consumo del mundo. Porque son los que nos regalaban un televisor con el préstamo vivienda y ahora nos arrojan de esa vivienda, se la quedan, la revenden y nos exigen que sigamos pagando el préstamo. Porque se asignan jubilaciones millonarias, le arrancan el techo a una familia que no puede hacer frente a una hipoteca de ochocientos euros porque sólo tiene cuatrocientos veinte de ayuda estatal. Porque Durán i Lleida echa en cara que unos jornaleros cobren quinientos euros que él les envía desde el Palace y que se pasen el día en el bar. Es más elegante el wisky en un hotel de lujo que un tinto en la tasca del barrio.

Estos señores son los que crean empleo. El trabajo es un derecho, no una graciosa donación de nadie. Al creador de empleo no se le otorga la facultad de disponer de la vida de nadie y debería ser consciente de que tiene unos deberes que cumplir y a los que hay que obligar con una legislación justa, proporcional e insoslayable. Lo que está pidiendo la CEOE es simplemente la implantación de un estado de esclavitud. Está exigiendo una flexibilización que pone en manos del dinero la vida de quien, por carecer de riqueza, debe estar sometido, ignominiosamente sometido, a la voluntad del poderoso.

A lo mejor tanta indignación planetaria no es el fruto de izquierdistas radicales que tanto molestan a Aznar. Tal vez sea un grito de dignidad de quienes están cansados de pagar las consecuencias de una especulación insaciable. Por simple cálculo egoísta deberían las grandes fortunas poner medios de vida satisfactorios al alcance de todos. De lo contrario es posible que un día cualquiera los pobres se cansen y llenen las plazas de los pueblos del mundo y griten sus derechos, y exijan que se cumplan sus demandas porque la justicia es un patrimonio demasiado serio como para dejarlo en manos de una élite estrávica y deforme.

Los pobres, sólo los pobres, pueden devolverle al mundo la alegría de girar cada mañana.

miércoles, 19 de octubre de 2011

AZNAR DESCATALOGADO

La humanidad, su entorno animal y cósmico evolucionan. La historia no es una repetición de sí misma. Lo humano no permanece envuelto en su propio quehacer, sino que avanza linealmente hacia una plenitud. Nadie se baña dos veces en el mismo río, decían los griegos. La finitud se va haciendo infinitud, desflorando la vida, engendrando horizontes para convertirlo en un amanecer de luces nuevas. El hombre no es un dato, es un proyecto y quien no hace de sí mismo una apertura se suicida ahorcado en su propia temporalidad.

Aznar simplemente fue y a su existencia le acompaña siempre la partícula ex. Se hundió en el barrizal de un pasado guerrero, se desgajó de sus amistades con Blair y Bush, se avergonzó de ciertas posturas con respecto al terrorismo y va por el mundo denigrando a su país, instalado en un ayer de despecho y una amargura de hiel hacia el presente. Quien sólo tiene pasado se priva del hoy preñado del mañana. La historia, en su devenir lineal, avanza deprisa y deja atrás a quienes son incapaces de seguir su ritmo. Aznar es un ser descatalogado.

Estamos cerca del final del terrorismo. Se han cansado las pistolas. Los muertos, nuestros muertos, dolor nuestro, sangre nuestra, han vencido al miedo, lo han arrinconado contra la pared, han derrotado a la pólvora asesina. Democracia, Cuerpos de seguridad, judicatura. Y ellos. Sobre todo ellos, tricornios brillantes como estrellas, Miguel Angel novio para siempre, Ordoñez. Aznar entonces hablando con el ejército de liberación. Mayor Oreja acercando presos. Diciendo ahora: "nunca hay que pagar ningún precio a ningún terrorista, ni por matar ni por dejar de matar” “No hay que hacer concesiones a ETA ni suplicar su final” Y Mayor Oreja: “Si ETA no mata es porque está ganando” Y se oye el crujir de neuronas dislocadas, de burkas de vergüenza tapando la desvergüenza.

Surge un grito planetario: el mundo debe sentir asco de sí mismo por el hambre de millones de seres humanos, por la riqueza injustamente acumulada, por miles de desahuciados, por carencia de una compasión fraternal, por unos políticos encerrados en su egolatría, por el reparto insultante de los bienes del mundo. Hombres y mujeres de todas las edades gritando en la cintura de la tierra. Y Aznar, resentido, como Esperanza, como la derecha disfrazada de centrismo, queriendo sofocar el dolor de quienes alzan la voz con el desprecio, la calumnia, el odio. Para el presidente de honor del PP, los indignados son “marginales, antisistemas”, están vinculados “a grupos de extrema izquierda” y no tienen “una representatividad importante en la vida española”. Y Esperanza escondida por miedo a un golpe de estado. Y cierta prensa vomitando su visión estrávica, su miopía hiriente. Y la Iglesia, aplazando la justicia para otra vida, la felicidad para un cielo lejano y ajeno a la urgencia de estómagos hambrientos.

Guardados en un sótano, los anaqueles herrumbrosos de un pasado convertido en ombligo único de muchos, descoloridos ataúdes abrazando esqueletos desteñidos, sin posible resurrección porque se negaron el futuro a ellos mismos. Allí están, gritándole al vacío, sólo al vacío, sin el eco hermoso de los montes. Pasado, sólo pasado. Nadie encontrará a José María Aznar porque estuvo en el mundo pero se negó a ser futuro. Si por él preguntara la historia, alguien debería responderle que es imposible encontrarle. Está descatalogado.



martes, 11 de octubre de 2011

POBRES SIN DERECHOS

La conjunción vida-muerte tal vez sea el resultado de una selección natural. Muere irremediablemente el enfisematoso porque sus pulmones no aguantan el chorro de aire que exige el árbol rojo de sus venas. Vive el que alimenta su sangre con oxígeno suficiente para que le broten retoños como fresas colgantes. A lo mejor la vida es simplemente eso: se muere fácilmente si el aire se equivoca y olvida el corazón.

¿Y mientras tanto? De eso se trata, del tiempo de espera hasta que el ser humano llega a su plenitud y decide su felicidad en un metro y medio de tierra madre. Mientras tanto, la lucha sin sentido de ricos a costa de pobres. De acumular dinero en base a que otros acumulen hambre. Palacios calientes frente al frío de las estrellas. Cultura frente a trabajo desde muy joven. Si repartiéramos la misma cantidad de bienes entre diez seres humanos, al cabo de poco tiempo unos sería poderosos y los otros no tendrían nada. Dios nos ha hecho de esta forma. Así justificaban mis profesores nacionalcatólicos la injusticia evidente. Dios era el responsable de la opresión, de los tacones clavados en el costado de los sin techo. Y apelando a este divino designio se justificaba la conciencia de quienes medraban al lado de los hundidos. Otra selección natural.

Uno va acumulando una existencia cansada, harta de carencias, vacía de contenido. Para muchos la vida es una simple duración. “Aquí no vivimos, duramos” me dijo un día un indio calchaquí. “Se nace, se dura, se muere y no ha pasado nada” Visión profunda de quien sólo se abrigaba con el poncho hermoso del tiempo, de la luna, de un calor nacido de una conciencia telúrica.

¿Tiene preferencia el préstamo bancario al techo de un desahuciado por deudas? ¿Tiene más derecho a la salud un talonario que una tarjeta sanitaria? ¿Por qué se atiende la inquietud intelectual de un uniforme-corte-inglés antes que un vaquero de segunda mano heredado por simple cronología? Ejecutivos y jornaleros, jets urgentes y plateros entretenidos con las margaritas del camino. Ricos de urgencia y números de carnicería con un cáncer a cuestas. Pobres que imposibilitan la elegancia de un Madrid limpio como asegura Ana Botella. Pobres prohibidos, como en Valladolid, por orden de un alcalde. Sueldos disminuidos de las mujeres porque los patronos las consideran de segunda clase. Mujeres arrinconadas por la Iglesia del amor, reducidas, jibarizadas, despreciadas como inductoras irredentas del pecado, cargadas de manzanas sacrílegas.

¿Quiénes son los pobres? ¿Tienen derechos los pobres? ¿Los reducidos a una condición fruto de esa selección natural, a ese producto de la voluntad divina?

Aceituneros altivos” cuarenta euros por jornada, agraciados con una ayuda de quinientos durante seis meses, obligados a pagar ochenta de seguro agrario durante doce, calentando sus manos escarchadas por los bares calientes de los pueblos mientras el Palace le pone sábanas de Holanda a Duran y Lleida. Este es el resumen de la selección natural para unos, de la voluntad divina para otros. No hay derecho a derechos. Unos con su grandeza. Otros con su miseria. Prostitución visa-oro. Muslos morenos para un amor apresurado, que viene la madrugada y hay que irse a la aceituna, al algodón, cuarenta euros la jornada, al andamio tinto y tortilla, a mirar mujeres hermosas cuando el bocadillo y la tartera preparada con cariño de mujer limpiando escaleras para el churumbel de una año cuidado por una hermana de doce.

No sigo escribiendo porque escuece la realidad circundante, porque humillan las palabras contra andaluces que sostienen la Giralda, la Alambra, la Mezquita. Porque duelen las mujeres despreciadas, los niños callejeros, los bares subsidiados por subsidiados derrochones.

Pobres sin derechos que para eso son pobres.

sábado, 8 de octubre de 2011

OBAMA-AGUIRRE

El mundo gira últimamente alrededor de la crisis. La humanidad es dinero, deuda, calificaciones, mercados. Ya no somos amor, poesía, escalofrío enamorado, cuerpos traspasados por cuerpos. Somos lo que no sabemos, lo que no queremos, lo que no podemos. Convertidos en decisiones de otros, nos hemos quedado sin autonomía, sin libertad, sin iniciativa creadora. Nos han apartado de nuestro camino siempre recién hecho para colocar entre sus veredas sus bolsas bursátiles, su comercio, su petróleo. Desde sus tronos infames contemplan este hormiguero anónimo, multitudinario, caminantes del agujero al pan sin que encontremos el pan. Hormigas inútiles luchando instintivamente por una miga inexistente.

Pero un día fue el grito. Nos apropiamos las plazas del mundo. Sembramos la voz en las calles. Disconformes, rebelados, indignados. Le hicimos una tienda de campaña a la insumisión. Empujamos los tronos poderosos, los mercados, la especulación. Los pusimos casi monte abajo, precipicio abajo. Y en esa estamos en todas las plazas del mundo. Los hambrientos, los desahuciados, los arruinados, los suplantados. Exigiendo un derecho a la palabra, a la justicia distributiva, al reparto equitativo, en la salud y la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, desposándonos para siempre con el mundo, con el presente, con el futuro filial de la inocencia nacida de una noche de amor.

Nos topamos contra el pecho del poder. Ahí estaba Esperanza Aguirre, llamándonos camorristas, pendencieros, incubadores de un golpe de estado. Nunca supo que lo nuestro era un golpe de alegría, de esperanza, de ilusión repartida como un pan bueno para que todos coman porque este es mi cuerpo repartido entre vosotros. Porque sólo aspiramos a ser una eucaristía de espigas blandas, alimentando el viento, los pájaros, la luna. Pero ella tiene miedo. Cisneros de rimel oscuro, nos mostró sus poderes. Antidisturbios de cascos, pistolas en la cintura, leche podrida entre las manos. Los políticos de hoy, no han de permitir que “la demagogia de resentidos y minorías organizadas cambie fatalmente el rumbo de la historia” Ha asegurado que cuando a la democracia se le añaden adjetivos como “orgánica, popular o directa, en realidad se está hablando de dictaduras” Aguirre –prefiero no llamarla Esperanza- va de la mano de Aznar: “Se trata de grupos marginales”, de “antisistemas” (Habrá algo más digno en este momento que ser antisistema). Aznar es un reducto maloliente del pasado. Se empeña en corromperse a sí mismo. Camina sobre sus propias neuronas destruyéndolas con los tacones. Va por el mundo impartiendo raciones de odio, de despecho, de rencor nunca contenido. Y cuando ya no sabe qué decir –casi siempre- habla del gobierno-ETA mintiendo, despreciando a su país, despeñándolo como si un irak ibérico se tratara.

Los indignados, esos capaces de dar un golpe de estado, los camorristas, los pendencieros, han brotado también en EE.UU. Y Obama, al que Aznar desprecia por su color, ha encajado la realidad, ha comprendido, ha asumido el reto: Los indignados son la voz del pueblo americano frustrado ante tanta miseria. El mundo dinero, deuda, calificaciones, mercado se rebela contra tanta castración. Reclamamos simplemente ser humanos, capaces de amar un vientre, de buscar en el abrazo el futuro de un grito pequeñito inaugurando el mundo con estrellas entre las manos. Estamos dispuestos a ser indignados para que vivan dignamente nuestros hijos.

El amor, escondido, va dejando miguitas de camino para andar el mañana.



martes, 4 de octubre de 2011

HUELGA POLITICA

“Haga como yo. No se meta usted en política” A Franco se le atribuye esta falta de visión. No es de extrañar. El dictador no era precisamente una lumbrera intelectual y sí un furriel cuartelero al que se le daba mejor firmar sentencias de muerte. Lo difícil de entender es que a algunos cargos de relevancia al frente de comunidades autónomas también les parezcan despreciable y perversa la política.

Con respecto a la educación, algunas de las recientes elegidas autoridades (y digo autoridades con toda la carga que a ese término se le pueda y quiera dar) han arremetido contra la educación pública suprimiendo miles de puestos de trabajos de profesores interinos. Han exigido dos horas lectivas más a los profesores restantes y han reducido a una cuestión de pura vagancia la respuesta del colectivo docente. Los profesores se rebelan porque no quieren trabajar más de lo poco que ya trabajan. Con esta falta de respeto han resumido Esperanza Aguirre y María Dolores Cospedal la postura de un profesorado que se ha sentido dolido por menoscabar su dignidad ante la sociedad y pisotear la importancia de su misión.

En el fondo subyace para cualquier mirada limpia un empeño en cambiar el sistema educativo. Se trata de reducir la enseñanza pública a la categoría de simple y miserable “auxilio social” para favorecer la enseñanza privada. De hecho se desgrava a las familias que gastan su dinero en la enseñanza privada y se dota a sus colegios de terrenos y dinero público para su implantación y desarrollo como ha declarado expresamente la Consejera de Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar.

Los docentes realizan huelgas en varias comunidades como protesta por la ofensa que se les ha inferido, por la visión clara de que se pretende desmantelar la escuela pública para implantar la privada y porque se despide a miles de profesores. Ante esta situación, Esperanza Aguirre, Maria Dolores Cospedal y el Partido Popular que las respalda niegan por una parte la realidad de los recortes y por otra, de forma despectiva como hacía el dictador, desprecian un derecho constitucional como es el derecho a la huelga tachándola de política. Los profesores se han metido en política y esto es un pecado de lesa patria. De hecho Franco nos mantuvo al margen de la “res-publica” como corresponde a un buen dictador. Y parece ser que el mismo desprecio sienten ciertos dirigentes del PP.

Evidentemente que es una huelga política. Porque la política es un parámetro de nobleza humana. Porque significa incardinarse en una lucha común para obtener el bien de la comunidad como conjunto. Porque es tomarse en serio la evolución de la propia sociedad y arrimar el hombro con conciencia de responsabilidad compartida. Por eso es noble. La hemos recuperado de debajo de las botas de un golpista y debemos defenderla como un derecho inalienable.

Me dan miedo los que hablan de huelga política en sentido despectivo. Me siento intranquilo porque ya vivimos muchos años sin libertad política. Me atemoriza el desprecio de algunos hacia lo que nos costó mucha muerte para conseguirla. Me da escalofríos intuir que tal vez algunos, desde su desprecio, siembren una incomprensión y una falsa visión en la ciudadanía e intenten mutilar una dimensión que la engrandece y dignifica.

Quien quiera que analice bien la doctrina Aguirre:"Me parece que las huelgas son un ataque enorme a la escuela pública. Ese creo yo que es el problema que tienen quienes dicen defender la enseñanza pública y hacen ataques a las familias y a los alumnos como privarles del derecho a la educación por unas instrucciones de principio de curso que están perfectamente dentro de la legalidad" Y prosigue: “Las huelgas convocadas por CC.OO., ANPE, CSI-F y FETE-UGT en la Educación Secundaria madrileña son "un ataque enorme a la escuela pública"

Las huelgas del profesorado, de los sanitarios, de los sindicatos son un derecho que hay que preservar y hay que estar prevenido contra la actitud de quienes incitan a una subestimación de la política en sí misma.



lunes, 3 de octubre de 2011

MITRAS PARABOLICAS

Hace un tiempo, la Iglesia se definía a sí misma como una “sociedad perfecta” Ello significaba que frente a la sociedad civil ella caminaba en paralelo con las mismas coordenadas. Frente al derecho civil, ella tenía su derecho canónico. A una autoridad correspondía otra eclesiástica. Incluso frente a las ejecuciones civiles por transgresiones o crímenes, la Iglesia tenía su propio brazo armado: la “santa” Inquisición.

Durante la dictadura franquista se produjo una simbiosis tal que casi se unificaron las autoridades de ambas sociedades. Quien pecaba contra el régimen estaba pecando contra la Iglesia, y quien se atrevía a transgredir la moral católica podía también ser castigado por la autoridad civil.

El Concilio Vaticano II echó por tierra la visión de una Iglesia sociedad paralela, perfecta y procuró implantar una inmersión de los cristianos en el mundo real como fermento y sal de la tierra. Por eso la definió como “pueblo de Dios” peregrino en unión fraternal con la historia y desde la historia Era una concepción más evangélica, más dinámica y más comprometida con el devenir de la humanidad.

Pero esa visión de sí misma, comprometida con la humanidad, y sobre todo con los más pobres, resulta incómoda. Asumida con todas sus consecuencias conlleva una desnudez urgida de exigencias de derechos, encarnada con la pobreza de los que nada tienen. Así lo entienden los teólogos de la liberación que ante una incomprensión obstinad y anticristiana, son condenados por una Jerarquía vertical que va desde el Papa-Rey, los Cardenales-Príncipes, los pastores-delegados y los fieles gregarios que deben obedecer ciegamente sus mandatos. Arrinconaron la doctrina del Vaticano II, congelaron su vocación profética y regresaron a su cómoda situación de apostasía del evangelio. Siguieron siendo un Estado independiente, con su parafernalia de banderas y cuerpo militar, sus embajadores ante todas las naciones, incluida la ONU. Un Estado como otro cualquiera olvidado de su misión específica, aunque tomando el evangelio como arma arrojadiza contra todo lo que cree va contra sus intereses espúreos.

No obstante, creo que hay que atribuir a una astucia secular ese mimetismo que perdura a lo lago de su historia. Se cree en la necesidad de disponer de los mismos medios que cualquier conjunto humano. Llegan entonces los medios de comunicación: periódicos, radios, televisión. Y según acabo de leer, la Jerarquía española pierde un millón de euros al mes en su empeño de tener una televisión de su propiedad. Hay que adaptarse, dicen los Obispos, al tiempo en que vivimos. Pero su adaptación no pasa de ser mero camuflaje. Mientras en Africa los pueblos se mueren de hambre, carecen de agua, de vacunas, de colegios, de los derechos más elementales, la Iglesia pierde un millón de euros mensuales en España. Mientras en nuestro país se desahucian a cientos de familias diariamente, la Jerarquía colabora en ese lanzamiento desposeyendo a una familia porque debe 5.000 euros a una diócesis. Que nadie me argumente que la Iglesia desarrolla una labor encomiable en comedores sociales, que abastece a muchas familias mediante Caritas porque no hace más que cumplir con la misión amorosa exigida por Jesús como mandamiento único. Nada me resulta válido mientras se pierde un millón mensual en un empeño que evangélicamente no le pertenece. Se trata de un derroche sacrílego que no puede ser solapado con ciertas obras de caridad. “Desprecio la caridad por la injusticia que encierra” cantaba como nadie Atahualpa Yupanqui.

Una diócesis americana tuvo que indemnizar con quinientos millones de dólares a víctimas de la pederastia. Y pudo hacerlo. Evidentemente hay que condenar a una Iglesia que tiene en su seno a pederastas. Pero hay que condenar también sin paliativos a una Iglesia que dispone de quinientos millones para purgar su pecado. Sin que quepa comparación alguna, hay que condenar a una Iglesia que se empeña en imitar groseramente a los medios de comunicación de una sociedad. Pero sobre todo hay que recriminarle que para esa imitación pueda derrochar un millón de euros mensuales.

Mitras de papel, de ondas hertzianas, parabólicas. Mitras que se clavan como lanzas en el pobre corazón del mundo.

domingo, 2 de octubre de 2011

SE BUSCA PRESIDENTE

Camino de las urnas vamos. En ellas, encerrados, Rubalcaba y Rajoy. Diminutos, empequeñecidos para cobijarse por esa ranura pequeñita. D. Alfredo con todas las soluciones para el porvenir. D. Mariano despojado de su título de prestidigitador. Perdió la varita mágica. Durante cuatro años ha prometido trabajo para los cuatro millones de parados, para remontar la economía, para crear empresarios, para una austeridad sin recortes. Pero ahora él mismo lo ha dejado claro: nadie tiene una varita mágica. Por eso aplaude a Cospedal y la pone como ejemplo (sin farmacias, sin dependencia, sin ancianos, sin magisterio), a Esperanza sin vergüenza (dos palabras) con sus recortes en lo público y su generosidad en lo privado. Por eso Galicia, Valencia. Sin varita. Solo, volviendo la espalda a la palabrería con cuatro años de antigüedad.

Camino de las urnas con muchos titubeos en el bolsillo. La democracia es elección precedida de dudas. Como la vida. Me preocupan los que siempre tienen claro el horizonte. Hacer camino significa inaugurar, pisar donde nadie antes ha dejado huella. La vida humana no es instinto, predeterminación. Es elección, riesgo, libertad como vértigo, postura como inquietud. El feto va llegando a ser humano, desplegándose hasta alcanzar la plenitud en una muerte asumida como coordenada temporal.

El veinte de noviembre no es un día cualquiera. Según el alcalde de Algemesí (qué hermoso nombre), ese día murieron personas muy importantes. (Franco y José Antonio dejaron libre la historia para que entre todos la hiciéramos un poco mejor) Ese día –dice el alcalde- también morirán Zapatero y Rubalcaba. A algunos por lo visto no se les ha olvidado la costumbre de matar y llevan siempre la faca preparada con el aplauso vergonzante de los oyentes. El veinte de noviembre –puñales aparte- sacaremos de las urnas a Rubalcaba o a Rajoy y tendremos un presidente elegido desde la democracia y el orgullo de una libertad política.

Fue en Sanlúcar de Barrameda. En el restaurante entraron Aznar y su esposa. Antes de sentarse en una mesa cercana, el Presidente me alargó la mano y nos saludamos cortésmente. Alguien me echó en cara que saludara a alguien con el que no estaba políticamente de acuerdo y al que por supuesto no había votado. “No lo he votado, pero es mi presidente porque así lo ha querido una mayoría” Y me sentí orgulloso, aunque detestaba al emperador de Irak, al amigo de Bush, a aquel guerrero del antifaz disfrazado de Carlos V y Pedrín.

No se trata de pedir el voto para la izquierda, despreciando la legitimidad de la derecha. Pero las elecciones de mayo nos pueden iluminar. En ningún programa electoral figuraban las tropelías que se han llevado a cabo inmediatamente después. Los más elementales derechos de un estado del bienestar se han desguazado en nombre del déficit, de la crisis, de la necesidad de satisfacer los mercados. Y se ha cortado por la parte más débil: la enseñanza pública, la sanidad, el abandono de los parados. Y se ha abusado de la mala situación económica para poner en vigencia lo que es toda una forma de pensar y de entender la vida: el neoliberalismo que ahoga a los más débiles para entregar la riqueza a los ya poseedores de los bienes de la tierra.

Se trata de que cada uno reflexione su voto seriamente para no tener que arrepentirse inmediatamente después de las elecciones de lo sembrado en las urnas. La duda pertenece a una existencia que humaniza la democracia y la convierte en una responsabilidad asumida en cuanto compartida con los demás.






sábado, 1 de octubre de 2011

¿YO SOY YO?

Verán Ustedes. Hasta hace poco yo era yo empaquetado en mis circunstancias. Ni siquiera aspiraba a tener en plenitud aquellas atribuciones originales que enunciaba Rhaner: cada ser humano es uno, único, irrepetible, histórico. Me refugiaba en la españolidad de Ortega, aunque quedaba estrepitosamente disminuido con respecto al pensador alemán.

Pero resulta que de un tiempo a esta parte se han empeñado en arrancarme mis circunstancias, con lo cual soy sólo la mitad de mí mismo. Me han prohibido una educación personalizada y me han masificado al suprimir profesores. Me prohiben ser enfermo y debo renunciar a la angustia de mis pulmones asfaltados de tabaco porque no tengo neumólogos que me traten. No puedo ser viejo porque no pagan a los trabajadores de las residencias. Se me obliga a no ser dependiente porque no se abona el trabajo de quien empuja mi silla. No puedo ser un parado que busca trabajo porque necesito desplazarme para solicitar un empleo y Ana Botella está muy triste porque no puede darme un bono transporte gratuito, porque se lo tendrían que restar a los 5 millones de euros de mantenimiento del bello edificio del Ayuntamiento. Además se gastaron mucho dinero en abaratar los transportes para los peregrinos que acudieron a aplaudir al Papa blanco. No puedo ser pobre porque los pobres son la causa de la suciedad de Madrid, según argumenta la alcaldesa in pectore.

Sin circunstancias me siento terriblemente mutilado. Alguien me las ha amputado para entregárselas a un banco y que recomponga sus cuentas con una circunstancialidad miserable. Ser enfermo, viejo, dependiente no creo que mejores la cuenta de resultados presidida por Rato o Botín. Recuerdo cuando me propusieron un posible trasplante de pulmones. Me negué en redondo ante aquel médico que creía ver la solución a una disnea pertinaz. No permitiré ningún trasplante. Llevo toda una vida con estos pulmones y les tengo cariño. Me daría pena renunciar conscientemente a ellos y que usted los tirara a la basura. Cuando me muera nos iremos juntos a la madre tierra y seremos semilla de margaritas pitonisas de jóvenes enamorados.

Me gustaría encontrarme con D. José Ortega y preguntarle si es posible que yo sea yo sin mis circunstancias. Me han recortado como aquellos soldaditos de cartón de mi niñez. Me mantienen de pie por una inercia vital incomprensible, consciente de que cualquier aire puede tirarme al suelo. Son los mercados, los bancos siempre con las garras abiertas por si cae algún pobre al que subirle los intereses, las comisiones. Cientos de desahucios al día. Vi a aquel hombre: 83 años, esposa con alzheimer, hijo de cuarenta con síndrome de down. Ochenta y tres años que necesariamente debían ser fuertes para sostener el cuerpo de su mujer, para duchar a aquel hombre que vino al mundo con unos cromosomas equivocados. Y en la puerta los enviados por el juzgado reforzados de antidisturbios, porra en mano, pistola en la cintura y casco para defenderse de la resistencia que podía ejercer aquel viejo enterrado bajo los escombros de la vida. A la calle con su equipaje humano de pena, de tristeza, de fracaso.

No recuerdo mi nombre. No sé ya quién soy. Tal vez nada. Sólo un adelanto de la muerte, un presagio, una entrega funeraria sin tierra porque la embargó el señorito. Soy una pena aplastada contra la pena de unos hermanos aniquilados por el sueño ambicioso de unos pocos.