jueves, 30 de julio de 2009

DEMOCRACIA Y DIGNIDAD

Los dictadores siempre apelan al bien del pueblo para justificar su implantación, su permanencia en el poder y el expolio de los derechos más fundamentales y humanos. Por eso las dictaduras se sitúan fuera de la política, porque arrancan el poder de las manos del pueblo que debe ejercerlo convirtiendo en súbditos a los ciudadanos. Están pues viciadas en su propio nacimiento y su duración significa la antipolítica por antonomasia. Es imposible dignificar la tiranía.

La democracia por el contrario se sitúa dentro del campo específicamente político. Cada ciudadano ejerce el derecho irrenunciable a construirla día a día y acepta sobre sus espaldas el peso de su dignidad. Cada uno es responsable de su fortalecimiento, de su blancura, de su transparencia. La democracia es el resultado de la postura vital de cada ciudadano.

Carlos Fabra, un hombre digno y honorable en palabras de Mariano Rajoy, se ha permitido afirmar que a los votantes no les preocupa ni les importa si Camps y él mismo son inocentes o culpables de ciertos hechos. Que ambos siguen teniendo indefectiblemente el voto favorable de sus electores. ¿Qué concepto tiene Fabra de la democracia? ¿Responde a alguna escala de valores? ¿Hasta tal punto desprecia la dignidad de los ciudadanos?

Con ocasión del Caso Gürtel, todos hemos sido testigos de las adhesiones inquebrantables hacia ciertos mandatarios posiblemente inmersos en la corrupción. Sin prejuzgar la inocencia de los imputados, hemos visto a Rajoy proclamando, no sólo su respeto por el posible éxito judicial del Presidente valenciano, de Fabra o del tesorero de su partido, sino que hemos contemplado su implicación política y hasta vital junto a ellos. Hasta tal punto llega este apoyo que si los tribunales encuentran culpables de algún delito a uno o a otro, es el propio Presidente del PP. el democráticamente corresponsable y condenable políticamente en consecuencia.

La última encuesta del CIS deja patente el crecimiento mínimo, pero crecimiento al fin y al cabo, del PP. pese a estar pasando por el momento más oscuro de su historia. No cabe duda que la explosión de la burbuja inmobiliaria, el creciente número de parados, la crisis económica que aplasta a familias enteras hace crujir los sótanos del gobierno socialista. Pero debería ser más soportable el sufrimiento de una democracia dignamente vigente que la dudosa mejoría de unos representantes corruptos.

Los que sufrimos la corrupción esencial de una dictadura, y fuimos muchos de los que aún vivimos, no deberíamos exponernos a la posibilidad de una corrupción democrática. El Partido Popular puede y es deseable que algún día gane las elecciones. Pero debe antes limpiarse del magma que le impregna. No vale hablar de los GAL, de Filesa, de Mariano Rubio o de Urralburu (se acuerda alguien de Urralburu?). Aznar, Rajoy, Cascos, Soraya, Cospedal, Ponds y muchos otros están superados por ellos mismos. Mirar sólo al pasado negando el presente implica carecer de futuro.

A Algunos votantes, como a ciertos dirigentes, no les importa la suciedad de ciertos cargos públicos. Si Fabra tiene razón, no sé qué hacer con la dignidad que me queda.

domingo, 26 de julio de 2009

EL SALVADOR ESTA CERCA

Es urgente una regeneración de la democracia. Los ciudadanos deben forzar la conversión del PSOE (nada hay que exigirle al PP.) para que la ética política no siga deteriorándose. De lo contrario, es inevitable la vuelta de quien siente el deber, con el sufrimiento que eso conlleva, de ponerse al mando. “Todos los días siento la tentación de regresar a la política” y si la calidad democrática sigue deteriorándose, podría volver. Lo ha dicho Alvarez Cascos. “Zapatero es el responsable máximo del clima de deterioro democrático que pasa por la utilización de los medios del Estado para organizar una limpieza, no étnica, pero sí política” Y agrega: “estamos en una fase muy avanzada de un estado policial, en la que participan determinados policías, algunos de ellos, muy conocidos que trabajan al servicio del Gobierno y del poder político”. Es por tanto el gobierno y el partido que lo apoya quienes han enfangado el camino democrático haciéndolo impracticable. El PSOE, los jueces capitaneados por Garzón, la Policía que diseñó los GAL, están empeñados en aniquilar al Partido Popular. Correa, el Bigotes, Bárcenas, Camps, Barberá son meras excusas para realizar esa limpieza política emprendida por el Presidente del Gobierno. Nada han hecho para pervertir la imagen del PP.. Muy al contrario, son sus mártires. Baltasar Garzón es el Dr. Menguele, artífice mayor de los hornos creamatorios, perseguidor de falsos delitos mientras desayuna pan con aceite en la cafetería Riofrío.

Rodríguez Zapatero debería reflexionar porque el Sr. Cascos, hechura de arte conyugal, está dispuesto a volver para regenerar la ética democrática. No basta con Rajoy, Mayor Oreja, Cospedal, Soraya, ni ese aprendiz de abogado que es Federico Trillo. Hay que regenerar el presente llenándolo de pasado: de nuevo la calle para Fraga, albacea único del caudillo, cetro devuelto por usurpado a Aznar-Bush, regreso de los Ramallos, las Marías, los Iturgaitz. Destierro post mortem para Polanco y su prole. Reconstrucción de Carlos Dávila, Losantos, Pedro J. peones negros. Curri, Marhuenda, de Prada, costaleros de Esperanza entronizada. Acebes, Astarloa y Alcaraz, plenipotenciarios de Castellana, Recoletos, Puerta del Sol. Isabel san Sebastián, oráculo encumbrado en el kilómetro cero de la decencia con denominación de origen.

Cascos no propicia un golpe de estado (a lo mejor sí). Prefiere un golpe de fairy. Que los sastres regalen alpacas, los devotos aporten buitones, los correas sean correajes para desfilar elegancia por las piedras-testigos de bodas imperiales. Con Obispos que niegan la comunión a niños con síndrome de cariño, pero aprietan las manos de ministros adúlteros.

Si el Caudillo levantara la cabeza. Si Aznar cumpliera con su papel de salvador de la historia. Si Díaz Ferrán pusiera la entrepierna encima de la mesa. Si Zapatero rodara por una cuneta al alba. Si… Todo es posible. Nos queda Asturias, patria querida y D. Francisco-Pelayo reconquistando palmo a palmo la España limpia y honrada.

viernes, 24 de julio de 2009

¿EXISTE RAJOY?

Es capital esta interrogante. Debemos plantearla como punto de partida para comprender muchos de los conflictos que tiene hoy planteados la política española.

¿De dónde viene Rajoy? Nació de un dedo. Del índice de José María Aznar surge Rajoy, sin anunciaciones arcangélicas, concebido en la soledad del cuaderno azul, de Aznar virgen, producto de un acto onanístico del presidente del PP, aunque ahora el propio Aznar no admita realizarse las pruebas del A.D.N. Rajoy viene de la nada.

¿A dónde va Rajoy? ¿A la Moncloa? Pero no por el camino más recto. Primero hizo escala en Valencia, del brazo de Camps elegante, empujado por la estrambótica vitalidad de Rita inelegante y bajo la sonrisa ausente de D. José María. Fue la confirmación de su nacimiento sin padre reconocido, de su cuna dedocrática, de su origen sin raíces. Moncloa está tomada por Esperanza, heroicamente defendida por Esperanza, vigoroso Moscardó dispuesta a consentir víctimas propiciatorias para defender su propiedad. Entregar a Gallardón, por ejemplo. Rajoy permanece en Valencia para estar siempre con Camps. A su lado, delante, detrás. Porque es el más honorable de los españoles. Hay que construir un palacete junto a la Moncloa. Para hospedar a Correa, al Bigotes, resguardándolos de la intención socialista de destruir al partido de la oposición. Rajoy el silente, el ofendido sin defensa, evaporado detrás de Cospedal, de Soraya, no va a la Moncloa. Se ha quedado sin camino.

¿Dónde está Rajoy? En ningún sitio. Según él mismo dice, al Partido Popular lo están tratando de destruir los jueces, la policía judicial, los medios de comunicación. Rajoy-Quijote contra molinos de viento. Pero sin molinos no hay Quijote. Nadie tiene por qué atacar al PP. si ya se encargan de ello Camps, Rita Barberá, Bárcenas, Merino, Fábrega y esa jauría putrefacta que está en la cárcel o camino de ella. Contra toda esa mafia, Rajoy no habla. Guarda un silencio que remarca su inexistencia. Es incapaz de enfrentarse al desprecio manifiesto por parte de Aznar que le reprocha contínuamente su forma de actuar, que le recuerda de dónde viene y a dónde va. Esperanza clava los tacones en Génova contra la inoperancia y el vacío que muestra Rajoy. Siempre afirmé que D. Mariano era un jefe, nunca un líder. Y aquí están las pruebas.

El PP. ha triunfado en Galicia, ha ganado (sólo un poquito) en el País vasco y ha ganado en la europeas (aunque el historial del candidato Oreja sonroje a los representados). Pero el balcón alegre de Génova parece proclamar que han ganado el gobierno del universo.

Es imprescindible la existencia de una oposición fuerte, musculada, racional y razonable para un desarrollo sano de la democracia. Cuando un gobierno sabe que no tiene enfrente una oposición seria, relaja su carrera hacia metas de construcción social y de desarrollo. Con un Rajoy inexistente, Zapatero corre el peligro de sentarse a ver pasar la historia.

viernes, 17 de julio de 2009

ESPAÑA ROTA

Nací en España. Cuando España era España-España. Morena de cara al sol, luminosa de montañas nevadas. Camisas azules pre Emidio Tucci. Boinas rojas. Pañuelos de mujer pobre. Mantillas de mujer rica. Yugos, muchos yugos, con juventudes uncidas. Anticomunistas todos, antieuropeos, antimundo. Eramos una soledad enamorada, practicando el onanismo orgulloso del desprecio. Pecadores contra el sexto. Soportando la muerte de balas bendecidas urbi et orbi.

España-España. Con su caudillo por la gracia de Dios. Obispos pluviales con mitras blancas. Cristiana, sobre todo cristiana. Primeros viernes, en ti confío. Murillos azules de inmaculadas. España virgen, muy virgen. Sin carne sueca de bikinis deslumbrantes. Sin más musulmanes que la guardia mora. Musulmanes de misa diaria y brazo de Teresa la grande. Caballos blancos de escolta para coches descubiertos y palios de Corpus Christi

España de Isabel y Fernando. Del espíritu impera. Una, grande y libre. Cataluña andaluza por andamios. Andalucía de olivareros altivos. Galicias de Meirás-Señora. Mares de Azor, con atunes firmes y collares cleptómanos.

España de chocolate-tierra los domingos. De avecrém caliente. Pan blanco y moreno como el azúcar. Pan de miga aceitosa por almazaras marrones.

España nazarena de macarenas y trianas, de Queipos y Yagües, de alcázares y carabancheles, de tapias y cunetas. Castillas de mieses muertas y madrugadas fusiladas. Extremadura de balas cómplices, tiros de gracia con Dios perdonando al fondo. España unida, prietas las filas, impasible el ademán. Si te dicen que caí me fui al puesto que tengo allí. Novios de la muerte que aguantan Cristos en alto por Larios malagueños. Borlas rojas de sudario y Millán Astray ortopédico.

Aquella sí que era España. Plaza de Oriente enlutada. Obispos con brazaletes negros. Llanto desfilando hasta los montes de Guadarrama. Tarancones en el paredón. España atada y bien atada. Ataúd blindado de caoba. Moriremos besando la sagrada bandera. España, la nación que jamás dejó de vencer.

Muchos nacimos en la España-España. Con los vencedores. Ahora vivimos de aquel recuerdo. Porque no sabemos dónde estamos. Sin la lengua de Berceo, sin Millán de la Cogolla. En Sevilla no hay Giralda. Granada sin Alhambra. Córdoba sin Mezquita. Barcelona extranjera sin Sagrada familia. País vasco vascongado y Extremadura pata negra. “España se resquebraja, se llena de grietas que socavan los cimientos sobre los que asienta su existencia milenaria, sucumbe a las goteras que han destrozado su techumbre, se desmorona poco a poco, sin estruendo, en un proceso letal e irreversible” Lo asegura Isabel San Sebastián, guardiana de las esencias patrias, pitonisa de un mañana desgarrado. "España se rompe (sin remedio)". Lo ha dicho Isabel-Mundo. Isabel católica y Durán. De Parte de Carmen Gurruchaga-Tomás-José Manuel Prada-Vidal-Losantos-Pedro J.-Aznar.

Zapatero traidor. Nacionalistas de destrucción masiva. España balcanizada de José María redentor, ora pro nobis. “¿Qué unidad? ¿Qué Nación? Lo que queda de España es una raspa escuálida que se mueve al grito de ¡sálvese quien pueda!”

Nací en aquella España de la huída constante, de la político-social, del tribunal de orden público, del brazo en alto, de correajes negros, de señoritos de ala ancha, de Iglesia-amenaza-perdurable, de estómagos huecos, de leche en polvo americana, de queso-color-butano de lata.

Soñé con una España libre, abierta, acogedora. Fecunda ante el mundo y por el mundo fecundada. España sin yugos ni flechas. España de rosas laicas.

No me resigno a esta raspa escuálida. Nos salva Isabel San Sebastián. Todavía nos queda ella para empezar la reconquista por los bellos barandales asturianos. De Covadonga a Granada hay boabdiles llorando su cobardía.


martes, 14 de julio de 2009

HEMIPLEJIA PAPAL?

La última encíclica papal, “Caritas in veritate”, se inscribe en la llamada “doctrina social de la Iglesia” ¿Para quién escriben los Papas las encíclicas? Cuando hablan de la dignidad humana, de la función social de la riqueza, de la paz como bien supremo, ¿a quién están exigiendo que luchen por esa dignidad, por la repartición de las posesiones, por la construcción pacífica de la existencia? Porque uno tiene la impresión de que los Pontífices siempre se dirigen a “otros” De lo contrario no se explica que la Iglesia proclame la dignidad de la humanidad al mismo tiempo que desprecia, implícita y explícitamente, a la mujer. No se puede asociar a la riqueza una función social cuando se predica a los pobres una resignación denigrante y se marcan las terribles diferencias entre el boato trasnochado de los “príncipes de la Iglesia” y el misionero perdido en la amazonía. Se condena a los teólogos comprometidos con la pobreza del mundo y se ensalza a los que no admiten la educación para la ciudadanía. Y si la paz es el bien supremo, ¿cómo puede el cuerpo episcopal apoyar dictaduras sangrientas y aniquiladoras sin que el Papa de turno condene esas adhesiones?
Los exégetas papales han corrido demasiado al afirmar que la encíclica última encierra una condena del capitalismo y sitúa a Benedicto XVI en la izquierda. La reacción del episcopado español ha sido inmediata. Monseñor Martínez Camino, vigía de la ortodoxia de occidente, ha sido tajante: ni existe condena ni mucho menos el Papa es de izquierda. Hasta ahí podíamos llegar. Tomás Raga, catedrático de economía de la Universidad Complutense de Madrid, afirmó que para el Papa el capitalismo “es un instrumento útil aunque limitado”. Y para María Teresa Comte, profesora de doctrina social de la Iglesia en la Universidad Pontificia, el Papa propone un humanismo cuyo centro es Dios. Y este humanismo “teocéntrico” no puede condenar el mercado porque éste es un bien instrumental.
Queda claro por tanto que el capitalismo no puede ser condenado por la Iglesia. ¿O más bien ciertos eclesiásticos tienen prisa e interés sumo en demostrar su exaltación?
El Papa no es de izquierdas. No pude evitar la sonrisa cuando lo afirmó Martínez Camino. Después de condenar cualquier relación sexual fuera de unos cánones concretos, de demonizar la homosexualidad, de anatematizar el preservativo, de discriminar a la mujer como creadora de historia, de priorizar el pecado del sexto mandamiento sobre cualquier otro, de proscribir iniciativas teológicas actualizadoras del mensaje, de identificar el carisma del celibato con la imposición legalista de una concepción estrávica del sexo, etc. ¿podía alguien pensar que el Papa fuera de izquierdas? ¿Podrían mantenerse dentro de los organismos eclesiásticos diferencias aberrantes como las que se dan en instituciones religiosas y que distinguen entre la dignidad de los miembros sacerdotes y lo legos de segunda clase? ¿Sería soportable la visión clasista que el Opus Dei tiene de sus propios miembros?
Cuántas interrogantes. Pero queda claro que la doctrina papal decora el mundo señalando lo que otros deben hacer, aunque sigue admirando la hermosura de su ombligo.
El Papa no es de izquierdas ni el capitalismo debe ser condenado. El papado sufre numerosas patologías, pero desde sus comienzos ha firmado inquisitorialmente con la derecha y con la derecha bendice lo que le permite la anchura desbordada de su conciencia. Funciona a la perfección el hemisferio cerebral derecho. Es impensable la hemiplejia papal izquierda.

miércoles, 8 de julio de 2009

RINCONES Y CUNETAS

¿Podría España, Europa, el Mundo subsistir sin la luz que emana del discurso de Aznar? ¿Encontraría España, Europa y el Mundo su camino si suprimiéramos la orientadora clarividencia del ex-presidente? España, Europa y el Mundo se estremecen ante el posible silencio de este visionario capaz de atribuir la crisis económica por la que pasa el universo a la falta de libertad del mercado, a la intervención de los gobiernos, a la clase trabajadora, que no a las empresas, por cuanto los obreros quiere asimilarse con sus patronos con absurdas aspiraciones que destruyen el capitalismo. Es imprescindible reducir el gasto público (entiéndase reducir el gasto social), hacer una reforma fiscal y laboral (bajando impuestos, introduciendo el despido libre, aportando menos a la seguridad social, revisando las pensiones y desmontando el estado de bienestar)

Y puesto que los líderes mundiales no han llamado a Aznar para resucitar al universo de la crisis, él –patriota como pocos- proyecta soluciones para España. Denuncia al gobierno actual porque “ha acostado a España en la cuneta de la historia” Esta permanencia en la cuneta nos “ha llevado a un debilitamiento en la posición internacional” Durante su presidencia ejerció la lealtad más fiel a Buhs emperador. Por esa fidelidad nos enzarzó en una invasión ilegal y consiguió que las grandes potencias europeas le echaran en cara su postura de lacayo. Pero él supo mantener la cabeza alta en las Azores, disfrutar de la serenidad que da fumarse un puro y cumplir el sueño de poner los pies en la mesa oval. Nos sacó del rincón y Zapatero nos ha devuelto a la cuneta. Ha decaído el nivel político y faltan estadistas como lo eran sus contemporáneos: Reegan, Margaret, Buhs, Blair. Ni España ni Europa ni el Mundo pueden seguir adelante si no se restituyen aquellos estadistas que llevaron la historia a la cúspide.

Los sindicatos son “paniaguados gubernamentales que no asumen sus responsabilidades ni aportan recetas para crear empleo” Se supone que deberían someterse a las decisiones de la patronal y conseguir que el mundo laboral pague los desperfectos que ha causado el mundo empresarial. Y concluye que un gobernante “no puede condicionar el país a los consensos” La derecha, y especialmente Aznar, siempre han querido relegar el diálogo a las afueras de la democracia. ¿Pero qué es la democracia sin la palabra? Es preferible desentenderse de lo que piense la mayoría y ejercer el decretazo dictatorial pero iluminado del mandatario.

Este clarividente cirujano del acontecer humano “tiene un interés histórico, aunque sin prisas” por esclarecer el 11-M. “Aquello cambió dramáticamente el curso histórico de España y dejó una muy mala lección para el futuro. Cuando existe un atentado terrorista y hay gente dispuesta a culpar al Gobierno y no culpar a los terroristas algo serio se está torciendo” Ignora voluntariamente que nadie culpó al gobierno del atentado. Simplemente sintió en el alma el peso de los muertos y el dolor de las falsedades que el propio Aznar, Aceves, Estarloa, Jaime del Burgo y cierta prensa difundió ante las Naciones Unidas, embajadas y ciudadanía en general. Angel Aceves llamó miserables a todos los que no aceptamos la versión gubernamental. Y añade Aznar la última puñalada: “Es más interesante hacer un análisis tranquilo de lo que sucedió en el 11-M, que revolver las tumbas de la Guerra Civil”
Cunetas. Rincones. Tumbas. Palabras que suenan a épocas de las cuales sigue viviendo este profeta de la melancolía.

domingo, 5 de julio de 2009

BACULOS Y FUSILES

El capital y los militares siempre se han atribuido un mesianismo delirante para salvar a los pueblos de sus propias decisiones. Cuando a juicio de ambos poderes fácticos los electores toman un camino que va contra los propios intereses, ejercen su orgullo de salvadores de la historia para reconducir la economía y el orden. Y en nombre de la patria, de los valores de la tradición y de los intereses bancarios se colocan en sillones presidenciales. Los pobres, los ignorantes, los marginados deben confiar sus estómagos vacíos a la limosna siempre caritativa y piadosa de los bolsillos de los poderosos.

Y acompañando a esos poderes, dándole la sombra refrescante del palio, la Iglesia. Una Jerarquía hipostáticamente pegada a la billetera y los fusiles.

En Honduras no ha habido una “sucesión constitucional” como denomina Micheletti a su propia entronización. Sólo las urnas son matriz de democracia. Los pueblos eligen a sus mandatarios y los reprueban cuando ejercen mal su cometido. Pero nadie tiene el privilegio de constituirse en salvador del orden que en el fondo significa salvaguardar los intereses económicos de una minoría.

Pues bien, la Iglesia, uniendo los báculos a los fusiles, perpetra conjuntamente ese golpe de estado y orgullosamente pontifica lo que es legal y lo que no. El Cardenal Rodríguez exige a la OEA que “preste atención a todo lo que venía ocurriendo fuera de la legalidad en Honduras” Le recuerda al Presidente que prometió en su toma de posesión no robar, no mentir, no matar. Debe meditar por tanto si su regreso no conllevará un derramamiento de sangre que no se ha dado hasta ahora. ¿Qué prometerían los Obispos el día de su consagración? ¿Cumplir con una vocación de servicio a los más pobres, a los desheredados de la tierra, luchar por la justicia, ser la voz de los que no la tienen? ¿Prometieron servicios distintos a los de Helder Cámara, Casaldáliga, Sobrino, Ellacuría, Martín Baró? ¿Les inspiró el Espíritu Santo otro mandato que a los teólogos de la liberación?

Los Obispos saben mucho de dictaduras. Estuvieron siempre unidos al poder desde Constantino, salvo raras excepciones. Impulsaron las cruzadas opresoras de Franco, Pinochet, Videla. Compartieron prostitución con Ströner, Somoza o Marcos en Filipinas. Los Papas excomulgan a los que incumplen el derecho canónico, pero bendicen, como a cruzados corresponde, a los que pisotean los derechos de los pueblos con una infecta bota militar. Absuelven a los ejecutados junto a tapias blancas para que alcancen el cielo mientras empujan con sus mitras a los ejecutores para que posean la tierra. El conjunto de naciones, comenzando por la ONU, pasando por la OEA, hasta el último mandatario demócrata, condena la actitud militar de Honduras. Ninguna Conferencia Episcopal anatematiza a los Obispos hondureños por apoyar, báculo en mano, el levantamiento soldadesco contra las urnas. Están obsesionados con la entrepierna del mundo, con el aborto, con la homosexualidad, con los “valores cristianos”, con la familia, con el latín, con la cruz gamada del IRPF. No les queda tiempo para defender una democracia en la que no creen ni practican. Están empeñados en canonizar a los muertos por las hordas marxistas. Los mártires laicos del franquismo, de Pinochet, de Videla, aunque sean curas vascos, chilenos o argentinos no tienen cabida. Mons. Romero es un marginado y no vale la pena tenerlo en cuenta. Vicente de la India es sólo un cura arrepentido que cometió el delito de casarse con una periodista. Lo demás no importa. Los dictadores los son por la gracia de Dios para promulgar leyes cristianas, para llevar a los súbditos por los caminos de la decencia y engrandecer a la Iglesia como co-gobernante e impositora de valores eternos.

Me encontré a Dios entre los pinos, haciendo cruces de mayo con lágrimas de resina.

sábado, 4 de julio de 2009

ADIOS, TAL VEZ

Me estoy yendo despacio, como una rosa de agua,
y quiero ser consciente de cada despedida.
Saber que sabe a tierra mojada mi esqueleto
igual que las raíces del trigo en primavera.
Necesito que sea sencillo como el pan.
Pero un adiós honrado como el sudor del tiempo.
Me he ganado la muerte a golpe de tristeza,
Y os dejo libre el aire
y el mar, y alguna fecha.

Algún día también de un mes cualquiera
seré un aniversario y un hueco en la memoria.

Quisiera ser consciente de cada despedida.
De ti, mujer, del hijo que tuvimos.
Cuídame los geranios, los potos y la luna
por si Dios siente alguna nostalgia de este mundo.

Morir es derramarme, mujer, entre tus manos,
como en aquellas noches lejanas de la playa.
Marcharme de tus besos, llevándome tus labios
y el perfume redondo y caliente de tus senos.
Después de muerto quiero cogerte la cintura
y andar la eternidad buscándote los ojos.

Quisiera ser consciente de cada despedida
y explicarte la muerte como se explica el mar.
Olvidarme, hijo mío, por siempre entre tus manos,
cobijando la hombría en tu niñez exacta.

Se muere fácilmente. Basta un golpe de sangre
que descuida el trayecto y olvida el corazón.
Se muere fácilmente si el aire se entretiene
en las puertas del alma a coger mariposas.

Morir es convocar la ternura de la historia
y hacerla solidaria de la pena del mundo.
El hombre siempre muere por el hombre y se inmola
como un ramo de flores en el pecho del viento.

miércoles, 1 de julio de 2009

REDIMIENDO HISTORIA

Me dan miedo los que, aún reconociendo sombras en su pasado, no están dispuestos a arrepentirse de nada porque –afirman- forma parte de su historia. Todo hombre tiene un ayer luminoso sin duda, pero también turbio. Junto al sol de los amaneceres existen noches de luto. Asumirlo no significa necesariamente su negación. Es más bien sostener la vacilante humanidad presente sobre el claroscuro de las propias raíces. Amar nuestro pasado es también redimir sus errores, inyectarlos de luz. Existir en el tiempo significa ante todo dominarlo y no permanecer enraizados en su inmutabilidad, sin capacidad de transformación. No somos lo inevitable que fuimos. Somos siempre creadores incluso del pasado.

Así es también la existencia de los pueblos. Cada uno tiene su época de oro como creador de literatura, de filosofía, de cultura, de aportación a la humanidad desde el campo científico. Pero todo pueblo tiene también manchas de sangre, de esclavitud propiciada, de falta de solidaridad, de opresiones mantenidas. Todos debemos asumir nuestra historia y redimiéndola y purificándola. Cada hombre y cada pueblo, por su intrínseca finitud existencial, tiene rincones obscuros que deben ser sacados a la luz para que toda la existencia de convierta en ramos de claridad. La muerte será así el encuentro con la propia verdad de la existencia.

Son demasiados los que se niegan a condenar el golpe de estado del 36 y sus cuarenta años de dictadura. Argumentan muchos motivos para esta negativa: Por lo menos con Franco vivíamos en paz, decía María San Gil. La serenidad y el sosiego de aquella época son suficientes para que Mayor Oreja los añore. Y últimamente es Utrera Molina el que muestra su indignación: "Nunca creí que se vulneraran las leyes de la caballerosidad para lanzar un ataque a quien, ya muerto, respira aún junto al corazón de muchos españoles” "¿Cómo es posible, -se pregunta el suegro de Gallardón- que se pueda herir con tanta furia a quien nos gobernó durante un periodo de paz constructivo y eficiente y a quien se debe, queramos o no, la restauración de la monarquía actual, precisamente en la persona de Juan Carlos I?"

Estremece tanta incapacidad de reconocimiento, tanta ceguera. Sólo ven el paso alegre de la paz sin importarle que se abrían camino entre sangre, mordazas de silencio, mutilación de derechos, expulsión de miles y miles de españoles que necesitaron Pirineos de por medio, Atlántico de por medio para morir en el exilio o sobrevivir en la añoranza de una patria original.

El golpe militar del 36 pertenece a nuestra historia. Los cuarenta años empapados de hombres, mujeres y niños que nunca fuimos niños, pertenecen a nuestra historia. No debemos olvidarla. Pero la forma única de incorporarla a nuestra existencia lucidamente humana y actual es reconociendo su capacidad destructora. Tuvimos que inventar un futuro que el dictador quiso dejar atado y bien atado. Nuestros hijos nacieron bajo una Constitución abierta de par en par a la libertad que no fue consecuencia del franquismo ni herencia regalada, sino osadía y atrevimiento fundador de quienes decidimos un mañana en libertad.

Los que añoran, los que sienten nostalgia, los que todavía hoy estarían dispuestos a dar un golpe de estado a la alegría, a fusilar la esperanza creadora del mañana, deberían agradecer a la democracia la posibilidad de expresión que tienen y que ellos nos negaron.

Redimir la historia es adjuntarla al gozo de la resurrección de los pueblos.