sábado, 30 de julio de 2011

ORACION POR LOS TONTOS

En España no cabe un tonto más. Lo ha dicho Salomé P. Villaverde, secretaria de Educación de Nuevas Generaciones del PP de Asturias. Cristiana. Seguramente cristiana. Santina por Covadonga. Pequeñita, pero recia. Como Don Pelayo, allá por la reconquista. Cristiana. Seguramente cristiana. Misa de doce a las doce. ¡Señor, yo no soy digna! Te doy gracias por Mariano-Presidente, por Cospedal-Presidenta, por Pons-sargento-furriel. Te agradezco me hayas llamado a las filas del Partito Popular, del centro-centro y salvador de España. Te pido, Señor, por los tontos españoles. Ni uno más cabe hasta el punto que sobran unos cuantos. Pronto se irá Zapatero y estaremos más holgados. Podríamos ensanchar la tontería, pero sería una labor del impensable Rubalcaba, desterrado por Montoro, Oreja y Aguirre revestida de esperanza.

Te ruego, Señor por el hambre de Somalia. Tú eres capaz de hacer el milagro. Se debe evaporar sola, sin ayuda de nadie. Zapatero ha arrimado 25 millones de euros. Zapatero es tonto. Mandar dinero contra el hambre, cuando lo que hace falta es pedirte a ti que los estómagos se llenen solitos, sin ayuda, sin solidaridad alguna. Zapatero es tonto. No cree en ti y por eso no espera el milagro. Es el anticristo. Dinero. Los tontos lo arreglan todo con dinero. No como yo. Vengo a misa de doce a las doce. Te lo pido a ti y aunque mueran unos miles no hay que preocuparse. Si no desaparece el hambre es porque en tus designios así debe ser. El mundo está superpoblado y a lo mejor la gente se muere de hambre por decisión tuya. ¿Quién es Zapatero para oponerse a tu voluntad? A nosotros no nos regala nada Somalia para cubrir nuestras carencias. “Las necesidades de los 3,7 millones de somalíes, casi la mitad de la población del país, no se pueden comparar con las necesidades que acucian a los españoles” No hay más que ver los sueldos de miseria de nuestros políticos del PP. Esperanza no llega a fin de mes. Lo ha dicho ella y hay que creerla. Camps, después de pagar sus trajes, se ha quedado con dos cientos euros en la cuenta corriente. Cospedal tiene que acudir al pluriempleo para tener un mendrugo que llevarse a la boca. Suerte que Rajoy es Registrador, porque de lo contrario sería un simple fontanero de Génova como Pons. Y Arenas no hace pública su declaración de la renta porque le da vergüenza enseñar tanta miseria. Y Zapatero, el tonto que ya no cabe en España, le da 25 millones a la desesperación hambrienta de Somalia.

Yo, Señor, como Secretaria de Educación de la Nuevas Generaciones de Asturias, haré todo lo posible para frenar esa tonta sangría de dinero. Inculcaré a nuestros jóvenes del PP que con dinero sólo se arreglan los despachos, las operaciones de estética y los bronceados rayos UVA. El hambre se arregla con la muerte. Es un derecho adquirido por los pobres y a los pobres no hay que privarlos de sus derechos.

¿Cuándo comprenderán esta lección tan sencilla los tontos del Gobierno? Se irán pronto porque tus milagros consiguen hasta la victoria de Rajoy.


miércoles, 27 de julio de 2011

¿ESTO ES POLITICA?

La política ha sido definida siempre como un quehacer noble. El político se entrega al pueblo que lo ha elegido, se sacrifica por él, lucha por su bien y se convierte por propia decisión en un servidor de la gente. La ciudadanía estima a sus políticos cuando detecta esta vocación de servicio, de entrega y le está agradecido por la dedicación que le presta. Por el contrario, el egoísmo, la corrupción, las promesas incumplidas crean una desafección del pueblo con respecto a sus políticos. Es entonces cuando el pueblo los iguala en la miseria y llega a la conclusión de que sólo buscan su propio bienestar, aunque esta actitud conlleve una traición a lo prometido. Ejemplos todavía calientes nos evitan demostrar la verdad de lo escrito líneas atrás.

He señalado en muchos artículos que la verdadera corrupción, la que coloca la democracia al borde de un precipicio, no es la apropiación de bienes o dinero, con ser esta una perversión imperdonable. Al fin y al cabo, con la devolución de lo sustraído y una inhabilitación del corrupto podría curarse la agresión sufrida por la democracia. Pero cuando se viola la palabra todo es distinto. La palabra es el elemento sustentador de la democracia. Sin ella se tambalea la convivencia y se empieza un camino desquiciado de balas perdidas. Las dictaduras asesinan la palabra. Tienen así el camino libre para pisotear los derechos ciudadanos, disparar contra el pensamiento y ejecutar cualquier iniciativa. Los tiranos lo saben y rapidamente convierte el diálogo en monólogo aplastante.

“El Gobierno le ha dado a ETA legitimación y legalidad después de sus asesinatos. Ya nos gustaría que Zapatero usara la misma vara de medir que usa con el asesino terrible de Noruega, que hay que condenar sin duda; con otra vara está legitimando a 900 asesinatos que se han producido a lo largo de estos años” por parte de la banda terrorista, ha afirmado Mayor Oreja en una entrevista en la COPE. El eurodiputado se pasa la vida retorciendo la palabra, los argumentos, el quehacer antiterrorista del gobierno. Es evidente que no lo hace ni por ignorancia ni por convicción. Lo hace por obscenidad, por perversión mental, por desprecio a las víctimas a las que tanto presume de honrar y por una maldita indiferencia hacia la sangre derramada. Ante una corrupción de la democracia como la que proclama Mayor Oreja, no merece más que el desprecio más absoluto. Este visionario catastrófico de la existencia española debería ser expulsado para siempre de su formación política por destructor de la paz y por corrupto irredento.

“El gobierno mantiene una comunidad de intereses con ETA para perpetuarse en el poder” Esta aseveración es una blasfemia contra la democracia. Y a Mariano Rajoy debería faltarle tiempo para expulsar a Mayor Oreja de las filas del Partido popular para librarse de la vergüenza y la humillación de tener entre sus filas a alguien que destroza la palabra hasta fusilar su grandeza, como elemento de convivencia. Rajoy no ha sabido definirse en el caso Camps o en la gürtel. Pero es aún más bochornoso que no se atreva a tomar una decisión purificadora con respecto a Mayor Oreja.

España está manchada de sangre. Todos llevamos reliquias de amargura en nuestras almas. Pero que un miserable como Mayor Oreja asegure que nuestro propio gobierno democráticamente elegido es cómplice de tanto dolor lo convierte en un ser digno de ser expulsado a las afueras de la plaza grande de la palabra donde tratamos de convivir como artífices de la libertad y la historia.

¿Esto es política? Más bien es la escoria última de una dictadura en la que se vivía en una gozosa placidez

martes, 26 de julio de 2011

POR UN BESO QUE YO DI EN LA BOCA

Para Arturo, al que le rompieron un beso

con una taza de odio.



El mundo se ha hecho pequeño. Besos de alta velocidad se cruzan con balas de de largo alcance. Anda Noruega por las calles de Madrid, fundamentalismo a cuestas, vómito de muerte caliente, el odio disparado a bocajarro, asesinando libertades, sembrando de muerte el verde de una isla y la mesa de mármol de un café.

Cristiano fundamentalista, de ultraderechas, matanza atroz pero necesaria. Para salvar a Noruega del multiculturalismo, de la invasión islámica, de la contaminación impura del otro. Balas que explotan por dentro, para interiorizar la muerte, para sentirla en las raíces de la sangre. Balas como toros galopando por femorales oscuras, mugiendo la nada, sembrando el silencio definitivo. Muchachos besándole los labios a la vida, acariciando caderas de existencia, esperanzas de futuro en cada abrazo. Para siempre partidos por el viento huracanado de un fascista, con uniforme asesino, salvador de Noruega estremecida.

Qué miedo me dan los salvadores. Los que se apropian derechos contra mis derechos. Los que pretenden abducirme de mi trayectoria existencial para que yo no sea yo, para aprovecharse de seres desguazados y construir un modelo a su imagen y semejanza. Plagio de dioses primitivos, artesanos de barro, hacedores de mundos, orgullo de todo lo bien hecho.

Por un beso que yo di en la boca. Estaba Arturo en cualquier bar de Madrid. Mimando la mirada de amor, sosteniendo el amor, bebiéndose el amor-cálido-café-con-leche. No entendemos el amor de un hombre a otro hombre, por la sencilla razón de que nadie comprende nunca el amor. Es una explosión de luz, pero ignoramos la luz, un temblor de vida, pero ignoramos la vida. ¿Sabemos qué es el amor hombre-mujer? Es un ángel interpuesto, pero ¿de dónde nace el ángel? Una alegría empujando el corazón. ¿Pero qué es el corazón y la alegría?

En una mesa cercana, un fundamentalista. No sabemos su nombre. Bajito de estatura, muy bajito de coordenadas morales. Como todos los salvadores de la historia. Plena de odio la vasija mental en la mesa cercana. “Pago mis impuestos”, el argumento de todos los que pretenden vivir de la comunidad sin sentirse responsables de ella. “Y odio a los maricones” La vida no puede entenderse más que desde el amor. Le fallaba el corazón. Lo extravió entre las neuronas y no volvió a encontrarlo nunca más. Es difícil vivir sin corazón. Los muertos son muertos porque olvidaron su latido. Queda entonces la fuerza rígida de los cadáveres. Los cadáveres se vengan de los vivos. Huelen mal y chirrían en los féretros. Los cadáveres asustan, asustan siempre. Ese era el hombre de la mesa cercana: sólo pagaba impuestos y odiaba. Odiaba a los maricones, a la espuma del mar y a las rosas tan rosas de los jardines del sol. Sólo odiaba. Y estampó la taza caliente contra el beso de Arturo y su amigo. Cuatro puntos le dieron al beso en la frente. Esparadrapos pequeñitos para el amor grande del beso.

Arturo denunciando en comisaría. Este señor quería matar el amor. Es inmortal el amor, como la luna. Y el agresor: Ha sido una matanza atroz, pero necesaria.

Como Noruega. Madrid como Noruega. Está esposado el odio. Arturo va del brazo de la vida, porque la vida tiene corazón, porque el amor es vertical como una Giralda de luz y de alegría.



domingo, 24 de julio de 2011

LA MIRADA CIEGA

Estalló Noruega y el mundo se inundó de sangre. La muerte amontonada en una isla íntima. Juventud despeñada hacia la nada. Padres reventados de dolor. Novios y novias sin el primer beso para siempre. Embestida la chavalería en su centro vital como unas torres gemelas de ilusiones altas.

Europa lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Y todos damos la espalda como si nada pasara. Nos vamos escorando como sin darle importancia. Trepa el racimo, se intima con la xenofobia, se justifica el rechazo de quien viene con el hambre a cuestas porque nos roban el trabajo, obstruyen la sanidad, degradan la educación, se priorizan sus necesidades sobre las de los propios nacionales. Y entonces llega la derecha, la ultraderecha, y pone las cosas en su sitio. Primero nosotros, después, muy después, los mendigos que quieren sólo las migajas que se nos caen de la mesa, que piden pico y pala y un catón para sus hijos.

La matanza ha sido un acto atroz, pero necesario. Lo dice quien se confiesa autor de tanta muerte de una cosecha limpia que quería cambiar el mundo, igualar el pan para que todas las bocas mastiquen la alegría de vivir. Europa, España incluida, lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Hay que expulsar a los inmigrantes. Por lo visto se han ganado el hambre a pulso. No es producto de la explotación colonial. El hambre es un privilegio de los pobres, como el lujo lo es de los ricos. Y la ultraderecha europea, incluyendo a la española, firma esta evidencia de la vida porque la vida es así y tampoco estamos aquí para cambiar el mundo. Hasta la Iglesia acepta que los designios de Dios son inescrutables, que siempre habrá pobres entre los humanos y que ellos tienen reservado el cielo ya que nadie les dio una participación gozosa en la tierra. Algunas religiones son una fábrica de fundamentalistas que hacen saltar por los aires los trenes de Atocha, el metro de Londres, las torres gemelas o el paisaje juvenil y transformador de Utoya.

Hay que segar la vida de quienes quieres subvertir eso que llaman el orden natural. Matanza atroz, pero necesaria. ¿Necesaria para quién? Para quienes ven peligrar sus privilegios. La banca, las multinacionales, la bolsa, los mercados. Sería fácil eliminar la miseria del mundo, pero es más fácil eliminar a quienes quieren cambiarlo. Es más rápido matar que engendrar. A la banca se le ha llenado de dinero. Sus dirigentes eran antes los despreciables usureros. Hoy son respetables dirigentes y hay que tenerlos contentos. Pueden darse el lujo de colocar al mundo al borde de una crisis económica. Lo pueden hacer porque son ricos. Los pobres aguantarán las consecuencias. Serán desahuciados de sus casas, perderán el trabajo, la sonrisa de los hijos, se llenarán de angustia, de depresión, pensarán en el suicidio porque nada les queda, ni siquiera el domingo festivo de vivir.

Ahí está la rebelión del 15-M. Sembrando el mundo de despertares de alefría, de esperanza, de cambio. Enfrentados a un sistema político, económico que se sostiene sobre las espaldas de la miseria. Con las manos en alto para que nadie piense en el miedo. Tachados de secundar a ETA, de estar dirigidos por fuerzas radicales, subversivas, destructores del “orden establecido”, de totalitarios. Así comenzaron los Hitler, los Lenin, los Mussolini. Lo dijo Esperaza. Y la aplaudieron. Mientras, los que pueden dan órdenes de desalojar. Huele mal el ambiente. Hay suciedad. Les han cortado el agua. Los han dejado sin letrinas. Podrán después criticarlos con razón. Es otra manera de destruir, de matar ilusiones, de enterrar utopías.

Europa lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Alguien nos está advirtiendo que es una matanza atroz, pero necesaria.

A lo mejor nadie nos llora, nadie entierra nuestros cadáveres porque fuimos cómplices de tanta tierra ensangrentada.

jueves, 21 de julio de 2011

BONO NUNCA FUE BONO

Bono va por la vida de socialista. Bono va por la vida de cristiano. Bono va por la vida de Bono y nadie sabe quién es José Bono. Parece el misterio trinitario en el que hay que creer porque su explicación vivencial resulta imposible.

¿Bono es socialista? ¿De izquierdas Bono? Habla a quien le quiere oir lo que el oyente quiere escuchar. Pero es incapaz de dar una conferencia ante un público que conozca la materia que trata. Tiene palabras, pero carece de ideas. Por eso va sembrando refranes por las televisiones, las tiendas, los cortijos, las panaderías calientes de pan bueno.

¿Bono cristiano? Anda vanagloriándose de su cristianismo. Pero el cristianismo no es una jactancia, sino un testimonio doloroso a veces. Cita a Jesús como podría citar a Angela Merkel. Como de oídas. Como algo leído de paso en el expositor de un kiosco de barrio. Político tibio, disfrazado de sí mismo, mimetizado de un cristianismo refranero que tanto gusta a la Jerarquía, con una sentencia aplicable a cada problema, sin núcleo central, sin cruz amarga en el centro. La Biblia es dura: “porque eres tibio, porque no eres frío ni caliente, siento ganas de vomitarte de mi boca”

Bono se confecciona sus trajes políticos y cristianos a medida, como Camps. Es otra forma más sutil de corrupción. Lleva corbata, siempre corbata. No como algunos ministros que se desabrochan el cuello. Alguien –no recuerdo quien- se preguntaba para qué sirve la apertura de la camisa. Para ponerse la corbata, se respondía. ¿Y para qué sirve la corbata? Para tapar el vacío del cuello. Bono sin corbata no es Bono. Como no lo es sin ese floreado socialismo y ese cristianismo de solapa del que no se desprende.

Hablar d ETA sin abrazar a sus víctimas resulta casi imposible. Bono puede hablar del golpe militar del 36 y no acordarse de sus muertos, de la sangre vertida, de tanto dolor cosechado a lo largo de una dictadura de cuarenta años. Bono tiene la desvergüenza (las cosas por su nombre) de hablar de nuestra historia más cruel sin condenar a un dictador, sus métodos terroristas y su memoria de botas negras. Para algunos ser de izquierdas significa sólo padecer una hemiplejia mental.

Ser de izquierdas es vivir comprometido con los más pobre de la sociedad. Por encima de los sin pan, sin casa, sin cultura, están los sin vida. Los muertos son la pobreza evidente del mundo Hubo un General que firmó penas de muerte, que fusiló sin misericordia, que ordenaba matar mientras aprovechaba la sombra eclesiástica del palio. Un caudillo por la gracia de Dios con la complicidad de una Jerarquía sacrílega que hacía creer que los ejecutados accedían a la muerte por ser enemigos de Dios y que en consecuencia lo tenían merecido.

Bono no ha sido capaz de condenar en su discurso conmemorativo del 18 de Julio ni al militar asesino, cruzado por los designios de Dios, ni a una Iglesia cómplice que prefirió los beneficios económicos a la denuncia profética del evangelio.

Bono, tercera autoridad de un estado democrático y aconfesional, incapaz de abrazar a las víctimas de una dictadura infame. Bono, enfermo de una hemiplejia mental, debería ejercitarse para no repetir idénticas respuestas para preguntas distintas. Necesita una rehabilitación permanente, creativa, para convertir su patología en actitud creíble. Y por favor, no convierta su cristianismo en un refranero digno de la sección femenina.

Ser humano es la tarea de inventarse día a día. Cuando uno se repite a sí mismo, se renuncia a la originalidad de estrenar el mundo cada mañana.



martes, 19 de julio de 2011

SOY CIUDADANO

Y estoy alegre de serlo. Demasiado tiempo sin voz, sin libertad, sin derechos, prohibido el pensamiento, la opinión, la iniciativa, el voto. Ser humano con prohibición de ser humano. Sin existir como decisión personal. Estando, simplemente estando. Durando como habitante del tiempo, sin posibilidad de hacerlo por dentro, de ser responsable de la propia existencia.

Hoy soy ciudadano. Sosteniendo la historia como una luz de guía. Haciendo de la alegría el vientre vivencial de cada hermano. Ejerciendo la responsabilidad de construir la vida junto a otros, junto a todos y para todos. Sólo así vale la pena vivir. Uno recuerda a Lorca, Miguel Hernández, arrancados de la palabra. Juan Ramón Jiménez, Alexandre, palabra exiliada. Y el tendero, y el jornalero, y el que segaba las espigas con hechuras de pan bueno. Casi nunca vivieron porque alguien cegó sus vidas con botas brillantes y balas asesinas.

Pero no todo es luz en esta vivencia ciudadana, oscura a veces, sitiada a veces, herida a veces. Por corrupción, por posturas no explicadas, por situaciones silenciadas, por cobardías miserables, por aspiraciones no confesables. La comunidad valenciana tiene un serio problema. No entro a juzgar ni prejuzgar la situación de su presidente. Pero ahí está lo que está y no puede ser ignorado. Entiendo que el propio Camps guarde silencio. Entiendo que no se autoinculpe. Entiendo que trate de obviar la justicia. Pero no entiendo al Partido Popular y sobre todo me pregunto por el silencio hiriente de Rajoy. Los ciudadanos, que no vasallos, tenemos derecho a saber lo que piensa el presidente de un partido que aspira a gobernar y que probablemente gobierne a partir de las próximas elecciones generales. ¿Aprueba Rajoy la corrupción o la condena? La pregunta es dura, pero hay derecho a hacerla porque no está respondida con claridad. Si la condena, no tiene explicación su silencio. Y si la aprueba no es digno de aspirar a la presidencia del gobierno de España. No condenar la corrupción no puede ser una táctica ni una estrategia. Es sencillamente otra forma de corrupción. Ese silencio de piedra por parte de los cuadros dirigentes del PP. y sobre todo de su presidente, hiere la democracia porque es una actitud más corrupta que la del propio Camps. Camps tiene derecho a guardar silencio. Rajoy, no.

Rajoy oculta su programa de gobierno, sus soluciones económicas, su política de creación de empleo, su actitud frente a los mercados y la postura de la Unión Europea. Se limita a un diagnóstico, frecuentemente falseado, sobre la situación española, colaborando conscientemente a su hundimiento (es un fiel discípulo de Aznar) y expone sus ansias de Moncloa cueste lo que cueste. Hablar de estrategias, crecidas a la sombra del silencio, es convertirse en cómplice y hacer de las tácticas otro tipo de delincuencia.

Hace tiempo que dejamos de ser súbditos. Nuestra categoría de ciudadanos nos da derecho a exigir claridad sobre temas esenciales de una democracia madura. Camps ha sido reelegido por amplia mayoría en las últimas elecciones autonómicas. Pero las urnas no absuelven los pecados graves de un gobernante. Es el argumento zafio de Ana Mato.

La democracia es palabra respaldada de sinceridad. El silencio cómplice es una arma dictatorial de la que nos libramos hace tiempo.

lunes, 18 de julio de 2011

COSPEDAL, PRESIDENTA

Cospedal Presidenta. Con pareo-espuma-marbellí o peineta-Corpus-Toledano. Cospedal-palabra-más-palabra-más-palabra. Sin decir nada casi nunca, pero palabra-más-palabra. Secretaria general. Presidenta general. Mujer general de todo. Le intervinieron sus teléfonos por ver si decía algo. Rubalcaba fue. Por orden de Zapatero. Porque vivimos en un estado policiaco. Como cuando Franco. Como cuando Fraga. Como cuando Arias Navarro. Teléfonos atravesados por espías, ensartados al ministerio de la gobernación. Venía de pronto la político-social y te llevaba a comisaría. Preguntaban y preguntaban. Habías quedado a tomar unas gambas en la Campana de Sevilla. ¿Pero por qué habías quedado a tomar unas gambas y no unas aceitunas? La policía no era tonta y sabía distinguir entre gambas y aceitunas. Te echaban en cara que leías el Correo de Andalucía dirigido por aquel cura rojo-comunista que se llamaba Javierre. Y volvías a tu casa con el estómago revuelto, odiando las gambas, las aceitunas y la cerveza de La campana. Ni siquiera te quedaba El Correo porque lo habían tirado a la papelera. Ahora era Rubalcaba por orden del anticristo Zapatero, del malvado Zapatero como diría Antonio Burgos, vomitando amargura de nostalgia por las aceras de Sevilla.

Cospedal está en el centro. Con Mariano, con Mato, con Camps, con Esperanza. Equidistante entre el radicalismo destructivo del PSOE y el radicalismo dulce, suave de Carlos Dávila e Intereconomía. Centrada en el centro. Con Rajoy silente, respetuoso con la inocencia calumniada de Francisco, inocente emperador de limoneros del Este. Vitoreando a grandes políticos como Fabra-gafas-oscuras, lotero mayor de San Ildefonso.

Doña Cospedal tiene una televisión pervertida por Barreda. Perseguidora del Partido Popular como televisión española. Ana Pastor preguntaba. María Dolores no respondía. Y Ana pedía respuestas. Y María dolores se sentía acosada por una muchachita que preguntaba, sólo preguntaba. Doña Cospedal quiere equilibrio, transparencia, objetividad para su televisión. Y ha pensado, tras encomendarse, peineta negra, collar majórico, a la custodia sobrehumana de Arfe en Nacho Villa. Es un hombre bendecido por Rouco mañana tras mañana. Empapado en agua bendita, locutor mitrado, primado de las ondas, pontífice in pectore de la radio. Los Obispos le encomendaron la salvación de España y España sigue siendo semana santa, Santiago matamoros, cerro de los Angeles y Virgen del Pilar que no quiere ser francesa…España o es católica o deja de ser España. Lo asegura Antonio-Príncipe-Cañizares y lo copia (Aznar sólo copia) D. José María. Un gobierno aconfesional como el español es un gobierno empeñado en destruir las raíces cristianas de España. Don Aznar, como Murdoch, pincha el teléfono de Dios y proclama la persecución a la que está sometida la patria por parte del radicalismo socialista anticristiano.

Fernando Delgado suena casi todavía en la cadena SER. Como Gabilondo, el gran Gabilondo, al que Aznar le negó la palabra. Fernando era dulce, elegante, escritor suave. Un día Nacho Villa le acusó de “trabajar en la emisora de los terroristas” Rouco calló. El episcopado calló. Gran parte de los curas y de sus fieles callaron. Como si el silencio no fuera pecado. Como si el silencio no partiera venas para desangrar la verdad. Como si el silencio no empitonara femorales buscando la vida escondida en sus paredes.

Nacho Villa, hijo adoptivo del episcopado, envuelto en organdí cardenalicio, es el elegido para hacer de la televisión castellano-manchega un modelo de diálogo, de respeto al otro, de democracia químicamente pura. Televisión elegante, como María Dolores pareo marbellí. Peineta Corpus toledano.




domingo, 17 de julio de 2011

QUE USTED LO PASE BIEN

Los mercados han asustado a Italia. Berlusconi está escondido y su ministro de asuntos económicos ha tenido que ser el que tome medidas que han revolucionado a la ciudadanía. Y la primera medida ha sido el aporte de dinero para las visitas a un médico o a una urgencia sanitaria.

Para congraciarse con los mercados, en Italia han ido a golpear a los más pobre de una sociedad: sus enfermos. El enfermo es un ser con la conciencia clara de su precariedad. La falta de salud le está recordando en todo momento la fragilidad de la vida, el descaro del dolor, la vocación de tierra que tiene todo cuerpo de tierra. Cualquier momento es bueno, recuerda la enfermedad, para que te despeñes hacia la nada. Como enfermo, vives al borde de ti mismo y te marea el vértigo de la altura sobre la que permaneces asomado. El contrato con la vida tiene una fecha de terminación, y cualquier acontecimiento puede precipitar su ruptura. Un infarto, un fracaso renal, la clausura de la vías respiratorias, la desembocadura de un enfisema. Y encima de esta pobreza sostenida sobre la conciencia, la obligación de aportar un dinero para poder acudir a quien se supone que puede ayudarte en tu pobreza existencial.

En España tenemos una buena sanidad. No es en realidad gratuita como gusta proclamar a algunos políticos. La pagamos durante nuestra vida laboral y compensamos la poca salud de unos con la fortaleza corporal de otros. Pero añadir al enfermo la obligación de aportar dinero para cada visita médica o para cada urgencia, es una decisión decididamente perversa. Se transige con los paraísos fiscales, no se implanta la tasa Tobin, no se le exige a los bancos que aporten parte de sus beneficios para sostener el estado de bienestar, se permiten sueldos escandalosos a los jerarcas bancarios y a algunos políticos, pero se le exige al enfermo, pobre entre los pobres, que arrime económicamente el hombro para recaudar un dinero que nos permita congraciarnos con los mercados.

Mariano Rajoy, el silencioso, promete que tendremos el estado de bienestar que podamos pagar. Dicho con más sinceridad: desaparecerá el estado de bienestar propiamente dicho y disfrutará de sus beneficios el que pueda pagarlos. Ante el altar de los mercados, España, como ahora Italia, sacrificará a los más pobres para calmar su sed de dinero. No niego que la sanidad española está exigiendo una reordenación que haga tomar conciencia a la ciudadanía del tremendo gasto sanitario, innecesario con frecuencia, de unas urgencias a las que algunos acuden por un dolor de muelas obstaculizando la atención que urge para enfermos cuya vida depende de la rapidez de la atención recibida. Pero para paliar ambas cosas cabe la educación antes que la aportación económica. La educación vial ha hecho descender el número de víctima en carretera. La educación sanitaria nos llevará a tomar conciencia de la necesidad de cuidar lo que es de todos en beneficio de todos.

¿Pagarán la asistencia sanitaria las agencias de calificación, las hipotecas basura, los bancos que han ocasionado la crisis en la que vivimos con sus perfectos cálculos de beneficios, unos bancos salvados con el dinero de todos, que ahora obtienen grandes beneficios al tiempo que racanean los préstamos que salvarían a pequeños empresarios, a emprendedores, a una juventud abocada al paro, al desengaño, al sinsentido?

La sanidad, la enseñanza, la investigación, la universidad, la seguridad y todo lo que conforma un estado de bienestar que tanto nos ha costado conseguir se convertirán en patrimonio de los poderosos.

Señor millonario, que Usted lo pase bien

viernes, 15 de julio de 2011

ALGUNA VEZ FRANQUISTAS

Hubo un tiempo en que sí. Saludo brazo en alto cuando un Cristo andaba por la calle. Macarena y Triana hermosas por Sevilla. “Viva España, alzad los brazos, hijos del pueblo español” Cuando fuimos flechas marchando hacia montañas nevadas. Niños de boina azul. Camisa azul. Correajes de casi militares. Sección femenina. Curas previniendo pecados de impureza. Primeros viernes, Sagrado Corazón en vos confío. Avecrém semanal. Sábados, pan con chocolate-tierra. Queso-butano y mantequilla en lata. Vacíos los estómagos. Las cabezas vacías. Prohibido pensar. Años con la niñez cara al sol.

Vino la madurez. Con la novia a escondidas. Sin besos el amor. Sin caricias las caderas. Pecado de la carne. Todo pecado. El infierno ahí. Virgen hasta el altar. Como María. Bendita sea tu pureza. Mujeres en los bancos de la misa de doce. Los hombres en la puerta, cigarrillo en mano, saludando al patrón, reverenciándolo. Jefe local del movimiento.

Vino la madurez. Y uno pensaba. Sin hacer ruido, despacito, pero pensaba. Todas las mujeres de luto. Tomando el fresco en la acera, pero de luto. Con la muerte en la almohada. La muerte de su hombre, de su hijo. De luto ellas. Muertos ellos. Una bala entre las cejas por una tapia cualquiera. Muertos sin cuerpos. Nadie vio sus cuerpos para el último abrazo, para el último beso. Y uno pensaba. Sin hacer ruido, despacito, pero pensaba. Noches boca arriba imaginando la libertad necesaria para ser hombre en algún momento. Ansiábamos ser humanos antes de morir. Teníamos prisa, porque la muerte estaba, siempre estaba cerca de los párpados. Algún día sería 20-N. Fecha-mortaja. Desenchufados los cables del hospital La Paz para que Villaverde comerciara con agonías generalísimas. Dictador-robot engendrando un 20-N. Obispos de luto. Toda la alcurnia de luto. Generales de luto. Media España boca arriba, apretada en un féretro. La otra media brindando por la vida, aplaudiendo el entierro que no llegaba nunca. Carretera de la Coruña. Sin atascos domingueros. Libre el asfalto para que avanzara un cadáver Capitán General. Vía libre para un muerto sin fuerza en los pies para mantenerse en pie, sin músculo las manos para apretar el gatillo, para firmar sentencias.

Franco ya era historia. No deseada, pero historia. Nadie puede negar que desde el 39 hasta el 75 hubiera historia. Pero también es evidente que nadie debería estar orgulloso de ese período. Tiempo sin libertad, sembradas las tapias de agonías, de condenas a muerte las cárceles, sometido el cerebro, pisoteada el pensamiento, un Dios esclavizante, una dictadura sangrienta y criminal. Es ciertamente historia. Pero condenable, como una pesadilla arrastrada, como una enfermedad padecida. Quien se niegue a sepultarla es que la admira, la ama y la defiende. Quien se niega a condenarla es que añora la quietud y el sosiego en que se vivía, como Mayor Oreja. Nadie con decencia puede defender rótulos de calles, estatuas, placas que ensalcen a los ejecutores de crímenes por más que formen parte de nuestra historia.

¿Pueden sentirse plenamente democráticos partidos políticos que se niegan de forma reiterada a condenar la dictadura que surgió del golpe de estado del 36? ¿Puede defenderse la existencia de símbolos que engrandecen la dictadura bajo el argumento de que son parte de nuestra historia?

Pretender que crezca paralela la grandeza de la democracia con la sangre de nuestros hermanos asesinados constituye a una farsa miserable. Y si no está clara la elección, es que uno confunde historia y pasado. Tenemos un pasado de bayonetas blancas, teñidas de odio y coágulo. Es urgente una redención gloriosa que convierta el presente en un ramo de alegría.







martes, 12 de julio de 2011

ALCARAZ, ORACULO

Uno esperaba que Alcaraz dijera que gracias a Rubalcaba han sido capturados y enviados a prisión por los jueces multitud de terroristas. Pero no. Ha anunciado por el contrario que está preparando una campaña para "que los españoles conozcan todas y cada una de las tropelías" que ha cometido el candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, al frente del Ministerio del Interior. Esta campaña de acoso y derribo está justificada porque la “banda terrorista ETA está esperanzada con el triunfo de Rubalcaba” El dirigente de Voces contra el terrorismo también lo ha acusado de cometer numerosas “tropelías” contra las víctimas, entre las que ha destacado “el caso Faisán, el 11-M, o las fugas de Troitiño, Ternera o De Juana Chaos”.

Los españoles tenemos por suerte a Alcaraz para enterarnos de la implicación de Rubalcaba en el terrible atentado del 11-M. No gobernaba Aznar, sino Zapatero. Aceves no era ministro del interior, sino el actual candidato socialista. Ambos trataron de engañar al mundo, y en concreto a los españoles, sobre la autoría de la tragedia. Menos mal que Aznar y Aceves descubrieron los hechos y nos alertaron a todos. Por ellos supimos la verdad desde el principio. Enhorabuena a Alcaraz por la profundidad de su descubrimiento, gracias al cual los españoles sabemos por fin quién es el perverso Rubalcaba.

“Gracias a Rubalcaba, ETA está de nuevo en las instituciones vascas con más chulería y prepotencia que nunca” ha agregado Alcaraz en la radio de Federico Jiménez Losantos. Alcaraz es un ángel revelador. No han sido los jueces como poder soberano e independiente en un estado de derecho los que han permitido la presencia de Bildu en las elecciones, sino que ha sido también Rubalcaba. Poderoso este hombre que consigue todo lo que se propone. A lo mejor como candidato a las elecciones generales de 2.012 consigue la presidencia del gobierno y la transformación de la sociedad española. Esto no lo ha vaticinado Alcaraz. Pero me gustaría que se pronunciara como el pulpo Pool sobre la selección española. Angeles Pedraza anda por caminos paralelos a los de Alcaraz y carga contra Rubalcaba en términos similares.

Las víctimas del terrorismo, cuya tragedia todos acunamos desde el cariño más íntimo, deberían tomar conciencia de dos cosas: Primera, que son víctimas de ETA y sólo de ETA. Que ni los gobiernos ni la sociedad española somos responsables de un dolor que sufrimos como nuestro, pero del que no somos ejecutores. Atribuir maltrato, vejaciones, desprecio a gobiernos y sociedad es descentrar el núcleo de su tragedia y de la nuestra. ETA y sólo ETA es la criminal responsable de tanta muerte y dolor.

Segunda, que el dolor sostenido sobre sus inocentes espaldas no es un plus democrático con derecho a influir sobre hechos o decisiones judiciales. Todos estamos sometidos, en un estado de derecho, a un poder legislativo, ejecutivo y judicial. A la hora de tomar decisiones hay que tener en cuenta la mayoría de la sociedad sin que el dolor dé derecho a una consideración política excepcional.

Esto no lo saben Alcaraz ni Pedraza. O sí lo saben, pero persiguen otros fines que no quiero ni rozar. Seamos honestos, aunque esta petición resulte excesiva para Francisco José Alcaraz.

domingo, 10 de julio de 2011

ORGULLOSOS D.D.D.

Algo falla en la democracia española. Cuando se corrompe la palabra, se pudre también el concepto que le sirve de albergue. La verdad es la primera víctima de cualquier guerra. Cuando lo es la palabra y en tiempos de paz, es la democracia la que salta hecha añicos y sin redención posible que nos la devuelva pura, santa, cimentando la existencia.

La democracia es ante todo palabra en cuanto ex – posición. Es situarse fuera de uno mismo, para poder ser acogido por el otro como verdad entregada. Cuando ex – pongo mis valores, los sitúo más allá de mí para que los coseche el caminante y enriquezca su visión de la vida.

Vivimos la era de la comunicación. Pero ésta se desvirtúa si la comunicación es un medio de falsedad. El aislamiento aldeano que vivíamos hasta hace poco se ha vuelto eclosión de contacto en esta globalidad en que nos vemos sumergidos. Pero el servicio casi instantáneo de cualquier acontecimiento nos envenena si se adultera la verdad y se nos entrega un sustituto de la misma.

Rubalcaba expuso su discurso de candidato a la presidencia del gobierno en la elecciones de 2.012. Hizo un recorrido por los temas que él creyó fundamentales para dar la idea más aproximada de lo que quiere que sea su mandato si llegara a ganar esas elecciones. Reposición del impuesto del patrimonio para las grandes fortunas, lucha para la desaparición de los paraísos fiscales, destierro del copago sanitario manteniendo una sanidad estrictamente publica, regulación de los mercados financieros con la ayuda de Europa, escuchar la voz de la calle para hacer una política más cercana y exigirle a la banca que destine parte de sus beneficios para la creación de empleo.

Cuando Rubalcaba se preguntó por la responsabilidad de los banco en el tema hipotecario, alguien desde el BBVA le exigió que no hiciera populismo. No se trata –reafirmó Rubalcaba- de populismo, sino de la justicia de un contrato entre dos partes.

Alguien ha ido mucho más lejos cuando al pedir la colaboración de la banca en la creación de empleo, ha afirmado que la idea de Rubalcaba es la misma de Stalin porque dirige la ira popular contra los banqueros. “Stalin rizó el rizo al inventar el complot de los médicos que acabó con la ejecución de una docena de galenos, casualmente todos judíos” “Esta ha sido la pauta reiterada de sus recetas políticas”. Para el político socialista –dice- “la acción política consiste esencialmente en la fabricación de estereotipos maniqueos hacia los que encauzar la ira popular y a nadie puede sorprenderle que en esta ocasión haya empezado por los banqueros” Esto lo argumenta P.J. Ramírez, un analfabeto, un simplista, un deformador de la historia y un calumniador gratuito de la biografía de Rubalcaba. Este dios ruin del periodismo se cree con el derecho a dirigir la política de un país. Nadie le exige que esté de acuerdo con el candidato. Pero lo menos que le podemos pedir es un cierto conocimiento, un poco de honradez y un poco de honestidad. A lo mejor es demasiado pedir a alguien que se siente orgulloso D.D.D.

“¿A qué bancos va a cobrar más impuestos? ¿A los que han dado créditos al PSOE? ¿A los que habéis obligado a comprar la deuda del Estado? ¿Va a seguir financiando abortos cuando ya no hay jóvenes para cuidar a tantos ancianos? ¿Va a seguir haciendo colegios públicos que cuestan a los españoles el doble que los privados y concertados? ¿Para qué? ¿Para controlar y adoctrinar a los niños y maestros? ¿No cree que España no se merece un candidato socialista que sólo miente? ¿Cómo es posible que alguien inteligente como usted acepte convertirse en un esperpento? ¿Por qué el PSOE ha convertido la política en una cloaca infecta? ¿Por qué prefiere mandar que administrar? ¿Por qué divide en vez de unir? ¿Por qué?”

Este último entrecomillado corresponde a La Gaceta, dirigida por Carlos Dávila.

Con los pies sobre la mesa, apurando un café amargo, muy amargo, resentido, muy resentido, Pedro J. y Carlos Dávila exclaman: Estamos orgullosos De ser De Derechas.


sábado, 9 de julio de 2011

YO TAMBIEN SOY CORRUPTO

Andaba yo por Sevilla cuando lo de Juan Guerra. Desayunando por bares mollete con manteca colorá. O calentitos con un café calentito. Paladar de Sevilla. Sabores de Giralda, cintura Guadalquivir. Y hablaba la gente. Serios y entre risas. Felipe presidente. Vicepresidente Alfonso. Y Juan Guerra entre molletes, calentitos y manteca colorá. Periódicos hartos de hermano vicepresidencial. Despacho en Plaza de España. Circunvalando el cuello hasta ahogar del que pedía construir un puente, una estación ferroviaria, una colonia de viviendas. Pasaban sus proyectos por el despacho elegante de Juan Guerra. Les daba el visto bueno el soborno abonado. No había licencia sin pesetas que acumulaba Juan Guerra. Lo decían las lenguas de doble filo, las de triple, las de múltiples.

En los bares las gentes tiraban las colillas sobre la corrupción de Juan Guerra. Las pisaban rabiosos con una decencia endeble. Juan es un sinvergüenza. Y el estrambote final: Claro que si yo estuviera en su lugar haría lo mismo. Se atragantaba el mollete, el perfil de la Giralda y se convertía en erial el Parque de María Luisa. El señor que desayunaba a mi lado era un Juan Guerra imposible. Y la chica-minifalda. Y el abogado-toga-nueva. Y la señora con velo misa-de-doce. Envidiaban a Juan Guerra aunque le escupían primero. Toda Sevilla era un despacho envidioso, un Juan Guerra imposible, manchado por la deshonra, por la deshonra envidiado. Resulta que no somos lo que despreciamos porque no tenemos la oportunidad de serlo. ¿Es esa la causa por la que en ciertas comunidades han votado mayoritariamente a candidatos corruptos, sabiendo que lo eran? ¿Absuelven las urnas los pecados de ayer o resulta criticable esa redención? ¿No se corrompen los votantes cuando votan corrupción? ¿O la convicción de que obraríamos como ellos nos lleva a prescindir de criterios más dignos? ¿Nos perdonamos a nosotros mismos, corruptos sin solución?

Es verdad que los españoles somos con frecuencia montes que repiten los ecos de exposiciones repetidas sin ningún tipo de críticas y hasta con una ignorancia que lastima. Alguien dice que los políticos ganan sueldos astronómicos y todos repetimos la misma canción sin pararnos a constatar la veracidad del aserto y sin ni siquiera conocer lo que gana por ejemplo el Presidente del Gobierno o un Diputado. Según el CIS, el 85 % opina que la corrupción está muy extendida. La bola de nieve rueda y terminamos por creer lo que oímos. Pons dice que los relacionados con el asunto SGAE son íntimos de Zapatero y todos damos por verdadero lo que no es más que una desfachatez de alguien que no tiene nada de verdad que decir y acude a la calumnia. Cospedal asegura que vivimos en un estado policial y nos empezamos a sentir inseguros en lo que creíamos un estado de derecho.

Nos revolvemos contra la corrupción, pero en el fondo la toleramos porque nos gustaría tener la oportunidad de ser corruptos como pensamos que son los otro. Es cierto que hay políticos corruptos. Parece cierto que nuestro voto no sirve para castigar a esa corrupción. Pero también es cierto que envidiamos la oportunidad que ellos tienen de serlo y la desilusión que nos provoca no estar en su lugar para convertirnos en sus copias.

Lo decía San Agustín: “Perdóname los pecados que no he cometido” Si no soy corrupto simplemente porque no tengo oportunidad de serlo, ya estoy podrido por dentro. Yo también soy corrupto.

jueves, 7 de julio de 2011

ULTRACATOLICOS

Es casi imposible escribir sobre algo cuya definición o descripción resulta ininteligible. Ignoro qué significa ser ultra católico. ¿Tal vez ser más-católico que el católico-sin-más? Católico y más-católico. ¿Hay una graduación, una escala donde se superpone una categoría a la otra? ¿Si el Papa permitiera el matrimonio sacerdotal dejaría de ser ultra católico? ¿Bajaría un escalón y se quedaría en simple católico? ¿Ser ultra católico conlleva estar por encima del amor como signo distintivo del cristiano? ¿Encarna ver al católico-sin-más desde unos zancos, unos tacones, unas alzas? No acabo de encontrar una definición convincente que contenga en su interior el meollo exacto del término.

A lo mejor si ejemplificamos las posturas ante decisiones personales, conseguimos enfocar la distinción y entenderla mejor. Por ejemplo: Estoy seguro, por conversaciones con matrimonios católicos, que usan el preservativo u otros medios de prevención de embarazo como una decisión personal y con absoluta tranquilidad de conciencia. Un grupo minoritario de ultra católicos rechaza toda relación sexual que excluya la procreación de forma consciente y buscada.

A la gran mayoría de católicos les gustaría morir en un clima de serenidad personal y ambiental, sin dolor, sin angustia, como quien se entrega a la comunión con el mundo según la hermosa visión de Theilard de Chardin. A esa actitud mayoritaria la acusan los ultra católicos de eutanasia y la rechazan con todas sus fuerzas. El dolor, la angustia -dicen- ayuda a redimir los propios pecados y a obtener el perdón de Dios.

Las relaciones sexuales, prematrimoniales o no, deberían significar la entrega amorosa de los amantes. Hermosa palabra la de amante en cuanto creación de la persona amada, la convocatoria a una existencia nueva, fecunda, hacedora del otro en cuanto otro. Esto lo aprecian y lo practican muchísimos católicos, pero lo impugnan como pecado los ultra católicos.

¿Si desapareciera la Jerarquía y los ultras católicos, qué quedaría? Porque tanto una como los otros consideran que viven fuera de la Iglesia todos los que no siguen su normativa compendiada en el derecho canónico (que no en el evangelio), despreciando la opción de conciencia de cada uno.

Uno ha visto a ultra católicos impugnando la ley del aborto (cuando gobierna la izquierda, no cuando gobiernan otros), defendiendo guerreramente la unidad de la familia (contra la ley del divorcio que no obliga a nadie a separarse), despreciando los matrimonios homosexuales (que parece ser que destrozan la familia como unidad básica de la sociedad)

No he visto nunca a estos ultra católicos manifestarse contra el hambre en el mundo, contra el paro, contra la corrupción política y bancaria, contra los desahucios de viviendas de familias que mastican el paro como una coca mortífera. Ahí no están. Prefieren las normas, revistiéndolas de voluntad de Dios o de derecho natural. El amor al hermano, la lucha por una distribución más equitativa de la riqueza, los pobres como albaceas del reino, los suburbios como vergüenza de los lujosos núcleos no hay que tomárselos muy en serio. Ante bocas hambrientas los ultra católicos se quedan desorientados. Y la Jerarquía proclama que siempre habrá pobres entre nosotros porque es ley de vida. Para todo hay explicación, aunque sean sacrílegas.

Por eso Rouco Varela se siente desconcertado ante el 15-M. Y entonces tiene una ocurrencia risible, simplista y hasta mal intencionada: “Son jóvenes que no conocen a Dios”

Los ultra católicos de la COPE, Intereconomía, La Gaceta, pueden compaginar gloriosamente su cristianismo con el desprecio más absoluto a todo lo que encarne lucha por una reivindicación justa. Desde estos medios de comunicación se ha llamado a los rebeldes del 15-M etarras, miserables, terroristas, totalitarios, marxistas, leninistas.

De un dios de ultraderechas, líbranos, Señor.

lunes, 4 de julio de 2011

MITRAS HUECAS

“Vengo como experto en humanidad” Así se presentaba Pablo VI en su visita a la sede de Naciones Unidas. No como jefe de estado ni representante supremo de una determinada confesión religiosa, sino como experto en humanidad. El más hermoso título que el Papa debería ostentar por encima de los adheridos a lo largo de la historia y que son normalmente títulos-lapas, títulos de destrucción masiva que hacen saltar por los aires la profundización en la realidad humana, como hondura del misterio.

A la Jerarquía le resulta incómoda esta hondura del ser humano. Prefiere dedicarse a escalar la condición de un dios petrificado, silente, arrinconado. No se registra actividad de existencia en ese dios lejano, ajeno al acontecer de la historia. Ese dios es manejable a gusto de la jerarquía que se arroga el papel de intérprete de su voluntad sin que mueva un dedo para contradecirla. En nombre de esa quietud distante se han ejecutado atrocidades por las que cualquier bien nacido siente una repugnancia infinita.

Es hora de que la Iglesia se tome en serio al hombre como unidad ontológica y existencial. El hombre no es la reunificación artificial de un desguace. Su visión descuartizada no es más que la conveniencia sacrílega que permite una manipulación cómoda y una utilización orientada a metas espúrias ajenas a la existencia unitaria y creadora.

La Iglesia prefiere al hombre dividido en cuadrículas. Por un lado la sexualidad y por otro la muerte dolorosa y crujiente. La capacidad de elección, de decisión, de autonomía forman otro apartado. Puede así ir condenando uno a uno y por separado aspectos que desarticulados como unidad humana resultan incomprensibles. A la Iglesia no le interesa una visión unitaria del hombre porque la deslumbra y pierde los intereses impuros que dan prestigio, dinero, presencia Inter pares con los potentados del mundo. Es incomprensible una Iglesia estructuralmente jerarquizada, presidida por un Papa-jefe, unos cardenales príncipes, sacerdotes mayoristas de sacramentos de iniciación, de confirmación, de analgésicos de conciencias pecadoras y podríamos hablar del accionariado en empresas, de presidencias bancarios, de posesión de grandes fortunas. La Iglesia tiene un complejo de persecución mientras acumula aportaciones millonarias de gobiernos y países constitucionalmente aconfesionales como el nuestro.

La Iglesia tiene que tomarse en serio al hombre como unidad indisoluble. Sólo así, éste puede sentirse interpelado por un Dios que puso su tienda de campaña entre nosotros. El evangelio no puede ser reducido a un refranero, a un conjunto de aforismos aplicables a cualquier situación. La Jerarquía no puede desmembrar al hombre ni al mensaje liberador. Una Iglesia obsesionada por el sexo, por la idolatría del dolor, por la inhumana contradicción entre resignación y rebelión contra la injusticia, no puede seguir remitiendo a otra vida el disfrute de ser humanos, sino que debe convertirse en colaboradora de la hechura del hombre en este mundo como epifanía de la gloria que significa ser misterio, interrogante, horizonte del hombre para sí mismo.

Dos ejemplos muy recientes: la legislación sobre la muerte digna y la curación de la homosexualidad.

Es urgente que hagamos de la muerte un acto vital de dignidad. La obsesión de la jerarquía por convertir el dolor físico y la separación de los seres queridos en méritos expiatorios ante un dios sanguinolento aplacado por el sufrimiento de los humanos, revela una mentalidad salvaje, cuajada de superchería, de paganismo que hace de Dios un adicto a la sangre embriagadora de los sufrientes.

La curación de la homosexualidad es risible. Primero porque según la OMS no constituye enfermedad alguna. Segundo por la presentación de una divinidad hasta tal punto antropomórfica, que hace del sexo una obsesión que resultaría enfermiza si tal obsesión le afectara a un humano.

Que la Iglesia me convoque cuando haya retomado su función de experta en humanidad. Mientras tanto que me permita ir ahondando en la nebulosa que es la existencia, hasta que la luz inunde los adentros del misterio que somos.


sábado, 2 de julio de 2011

SI YO FUERA PRESIDENTE.

Fernando García Tola. ¿Se acuerdan? Se nos fue cuando la muerte alcanzó la presidencia de su vida. Andaba por la madurez de una juventud o por la juventud de una madurez. “Si yo fuera presidente” Se quedó en los preludios de una elección suprema. Pero seguro que ahora vive en el palacio presidencial del viento.

Se ha celebrado el debate sobre el estado de la nación. Conclusión: la nación no está en estado. Es más bien un aborto continuado. Recortes de sueldos, de pensiones, libertad facilitada de despido, sanidad enfermiza, estado de bienestar en mal estado, dos millones de españoles con el hambre en los bolsillos, desahucios diarios, jubilaciones multimillonarias para banqueros insaciables…

Y con esta situación de obediencia a Europa, a los mercados, a los orígenes de la crisis, a los especuladores, Zapatero fugándose por los desagües de la historia. Y Mariano, coleccionista de elecciones perdidas, soñando en su escaño: “Si yo fuera presidente”

Mariano ya no quiere estar de rodillas ante Aznar. Quiere más bien ponerse de pies, dar un puñetazo en la mesa, plantarle cara a Europa y a los mercados, doblarle el espinazo al euro y soñar como un Carlomagno abreviado, un Carlos V en miniatura. Si yo fuera presidente…No se atrevería con el obseso Mayor Oreja, con el simplista Iturgaitz, con Camps, con Esperanza. Pero acabaría con el matrimonio homosexual, con el aborto. Devolvería a su amigo Rouco la gloria que le han usurpado los rojos. Impondría la mantilla, la peineta como una luna de luto a lo María Dolores. Ella ha hecho en Castilla La Mancha lo que habrá que realizar en todo el País. Si yo fuera presidente, la nombraría virreina de las Españas por su custodia de Arfe, por su pleitesía sacramental. Cintura de luz Toledo. Hermosa siempre. Caderas estrechas de tanta morería.

Según el eterno presidente Aznar, presentar a Rubalcaba como promesa de futuro es puro masoquismo. ¿Será puro masoquismo que me presente yo después de haber perdido unas cuantas elecciones? Mi señor D. José María Aznar, Gran Capitán de Irak me insufla su aliento. Vean lo que es capaz de decir: “Hay en marcha un proceso de legitimación del terrorismo, es decir, un proceso de exaltación de los asesinos, de exculpación y de borrado de sus crímenes, pretendiendo pagar un peaje para que la banda terrorista no mate”

Si yo fuera presidente… Aznar lo fue y he llegado a la conclusión de que la partícula ex te derrite las neuronas y estás destinado a decir sólo estupideces como las de mi señor. A mi señor nadie está autorizado para decirle las copas que puede tomar antes de conducir, pero alguien le debería sugerir las que no debe tomar antes de hablar.

Si yo fuera presidente haría de colores la burbuja inmobiliaria, las hipotecas las pediría el banco a los compradores, vestiría de smoking al 15-M, los ancianos tendrían tableado el torso, y ellas implantes a juego con el bikini playero, los parados comprarían el INEM para alquilárselo a los empresarios y desahuciarlos cuando estuvieran durmiendo, los hombres serían inferiores a las mujeres como resarcimiento histórico, le regalaría una guerra a Aznar para que la pusiera en su escritorio, Esperanza sería policía local-generala-mando-en-plaza. Y Gallardón, y Camps y Oreja y Fabra.

Fernando García Tola se fue despacio, ensayando su amistad con las estrellas. A Zapatero se lo llevaron los ujieres del Congreso a los suburbios de Rubalcaba. Si yo fuera presidente…