jueves, 31 de diciembre de 2015

AGUA


Tal vez debiera detener el paso
para pensar el agua,
para preguntarle, aunque no me responda.
Pedirle que me indique
el camino hacia ninguna parte.
Ella no sabe de ti.
Nunca le hablé de nuestros besos.
Los intuyó una tarde,
pero fue discreta el agua
y no preguntó a mis labios.
Si no sabe el camino de tus ojos
tal vez no tiene sentido
contarle que soy  tan sólo
un puñado de ausencia.
Pensar el agua es ponerle
nombre a la distancia
porque ella siempre va
desde el ayer al mañana,
pero nunca viceversa.
El agua no es tiempo,
duración o eternidad.
No sé si vale la pena
detener el paso
para no encontrarte,
para no resolver
el misterio de tu piel.
Le daré la espalda al gua.
No quiero que me mienta
de frente.
Tal vez nunca me perdone

que no le hablara de ti.

domingo, 27 de diciembre de 2015

EL MAR Y TU


A veces confundo tu nombre con el mar.
Me arrastra hacia dentro tu espuma,
hacia el centro,
donde tú eres más tú,
donde el mundo es una  copia de ti,
y se define por la sombra que dejan tus pasos.
Eres el arquetipo que hace que el viento sea viento
y se vuelve perfume en tu cintura
cuando dobla la esquina de tus pechos.
Todo se conforma porque tú lo miras,
porque brota en tu palabra,
y se alegra de ser creación tuya
y existir porque lo amas.
Es el universo la piel de tus manos
que dan nombre a la luna
y la hacen  semejante a tu vientre.
Porque todo eres tú,
a veces confundo tu nombre con el mar



sábado, 26 de diciembre de 2015

¿LOS OBISPOS PIENSAN?


Los Obispos tienen derecho a expresar sus opiniones. Creo que fue Juan XXIII quien dijo que sólo tiene derecho a hablar quien tiene algo que decir. Dicho de otra forma, el papa bueno reconocía el derecho a la palabra si esa palabra contenía una idea enriquecedora para el oyente, pudiendo deducir con claridad que debería suprimirse la posibilidad de decir tonterías. La palabra es algo muy serio como para ahuecarla de contenido y lanzarla al aire como una ventosidad maloliente capaz de producir un rechazo automático. Tan seria es la palabra, que la biblia sitúa el origen del mundo en su vientre creador. En el principio fue la palabra y la palabra era Dios.

Lo peor es que los obispos cuando ejercen su derecho a hablar parten del convencimiento de que su palabra es ley, de que la vida de los oyentes debe guiarse por ella porque ella es la norma suprema decidida por dios contra la libertad suprema del hombre a orientar su quehacer de acuerdo con la propia conciencia. Y expresan su palabra con el convencimiento de que es el mismísimo dios quien la pronuncia como imposición de bondad de vida, suplantando la libre elección del hombre. No hay más conformación bondadosa de la historia que la que se erige como eco de sus palabras en cuanto normas de bondad intrínseca de la vida humana. Y quien está fuera de las coordenadas de esa palabra está al margen automáticamente de esa visión salvífica del cosmos.

Y se diría, pensando bien, que los obispos hablan de lo que llevan en su corazón. Pero si es así, uno concluye que hay demasiado sexo en el corazón y cerebro episcopales. Hay un predominio sexual en su expresiones, como si lo genital residiera cobijado bajo las mitras y esas mitras disimularan la capacidad de pensar para convertir las neuronas en órganos sexuales que el común de los mortales ostentamos entre las piernas.

Esta obsesión inalcanzable por el sexo lleva a despreciarlo y convertirlo en la fuente de toda la maldad del mundo. No es fuente de felicidad, sino origen de la perversión. No guardan ningún tipo de lógica, porque si dios creó al ser humano, no sólo con sexo sino sexuado, cometió el tremendo error de dotarlo del manantial del mal. De ahí una flagrante contradicción.

Este desprecio por el sexo lo personifican en la mujer. Ella es la encarnación de ese mal. Dios le asignó el don del cariño, la ternura, la debilidad y ella está empeñada en ser sujeto activo de la historia exigiendo los mismos derechos que el hombre. Traiciona su propio sexo como receptor inactivo y lo convierte en gozo ofrecido al hombre con facultad, él sí, de disfrute. La mujer es un accidente de la creación, pero puestos a conceder, los obispos la quieren mujer-mujer en el hogar. La aportación de ambos a la familia está clara para algunos obispos. Escribe el mitrado de Córdoba: “Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa. Él aporta particularmente la cobertura, la protección y la seguridad. El varón es signo de fortaleza, representa la autoridad que ayuda a crecer" Y añade: "La mujer tiene una aportación específica, da calor al hogar, acogida, ternura. El genio femenino enriquece grandemente la familia. Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa"

Queda claro el papel de los sexos. “Un hombre macho no debe llorar” que dice el tango. La mujer es pura debilidad que existe gracias a que el hombre le da su apoyo y su permiso existencial.

Nadie tiene derecho a hablar  si no tiene algo que decir. Esta afirmación debería haberla dirigido el Papa a ciertos obispos. La opresión del poderoso sobre el débil está aquí personificada. Debe quedar claro que el varón puede oprimir a la mujer porque es ley de vida que el fuerte doblegue al débil. Y por lo visto esa ley está inscrita por el mismísimo dios creador. Dios es de una derecha ultra, de una discriminación abominable, de una exclusión despreciable. Esa separación revela a escala a una humanidad donde debe comprenderse que los potentados vivan a costa de las espaldas dobladas de la miseria. Sexo y poder están más unidos de lo que parece.


El cielo puede esperar. Mientras tanto la mujer, representando a los pobres, muere por el poderío de unas manos que un día fueron caricia. 

jueves, 24 de diciembre de 2015

A LA SOMBRA


Vivir a la sombra de la sombra
para que nadie distinga
el perfil de mi existencia.
Ser el que no fue nunca,
el que fue siempre,
el que supo ser y no ser.
Un anónimo para mí mismo,
un desconocido
al que me presentaron un día
y me encantó haberlo conocido.
Un desengaño
haberme encontrado
con el amor y el odio irrenunciables
que me profeso desde entonces.
Vivir escondido de mí,
sin mostrarme la cara,
no vaya a arrepentirme
de todo y de nada.
No sé, no sabré nunca,
si me odio o me amo.
No puedo preguntarme
porque tal vez me mienta,
me engañe, me disimule a mí mismo
la salvaje mentira
de estar vivo sin saber por qué, para qué.
Sólo tal vez por costumbre,
por inercia de un reloj sin memoria
que no marca la muerte.


miércoles, 23 de diciembre de 2015

ESE RINCON


Busco ese rincón donde me guardas,
donde cuelgas mis corbatas y mis versos
y tratas de ordenar los trozos de mi vida.
Busco esa buhardilla al fondo de tus ojos
donde la luna no llega porque le queda lejos,
pero donde escondes los jardines de mi sangre
y rehaces mi piel con raíces de tu alma.
Busco ese hueco a espaldas de tu boca
donde el corazón termina su labor de amante
y se hace refugio de inviernos y de nieves.
Déjame ahí para que ponga en orden
los deseos ardientes y las cenizas grises,
los mares que se mueren por fecundar las playas
y los mares que huyen cuando se rinde la arena.
Busco el interior de tus adentros
donde sólo me llegue tu palabra
y el perfume azul de tu silencio.
Quiero anidar en ti para madurar el canto,
para  aprender el hambre de margaritas blancas,
dormirme en el viento de tus veletas rotas
y enamorarme de la pajarita de papel
con la que juega el niño germinado en tu vientre.

Sólo busco el rincón donde me guardas.

jueves, 17 de diciembre de 2015

A VECES ES A VECES




A veces es ternura la tristeza.
A veces son mares las miradas.
A veces los peces fabrican primaveras
con algas de colores
colgadas de sus branquias
A veces te desnudas,
dejas tu ropa ordenada en los tejados
y te acuestas en mi cuerpo
como una luna consciente de ser luna.
A veces los pájaros son huellas de tu piel.
A veces tu boca es un naranjo
con los besos redondos,
con tu lengua sembrada de azahar
y un sabor de mandarina agridulce.
A veces eres siempre y nunca
y entonces pregunto sin respuesta.
La eternidad tiene el perfume de una ausencia
y me quedo boca arriba
abrazado a mi sombra.
Pero a veces, sólo a veces
eres tú
y se llama la vida como tú,
me duele en las ingles como tú,
cabalga en la noche como tú,
me pesa tu piel como tú.
Y eres ahora y luego.
A veces eres siempre
y entonces me alegro de ser tiempo,
de caber en un reloj
y cronometrar las caricias
hasta que la primavera sea otra vez primavera


martes, 15 de diciembre de 2015

A VECES SE CLAVAN…



A veces se clavan todos los silencios
en un centímetro y medio de la piel.
Ahí, en los ijares del alma,
para desbocar el caballo dolorido
y que brote la sangre que encela a los toros.
Amé tu palabra
cuando tus ojos me hacían el amor con la mirada
y escribía el aliento de mi boca
un poema en tu espalda,
Tu distancia es un puñado de sal,
un brindis de vinagre
vertido en un centímetro y medio de piel
para que ardan las penas deshuesadas
y las coman los ángeles oscuros.
Quiero recluir el mar entre las manos
y pedirle a la espuma que recuerde tu carne,
que convoque tu risa encendida de campanas
y las siembre en los surcos de mi frente.
Quiero volver al ayer,
a ser el tal vez,
el nunca,

para siempre el siempre.

lunes, 14 de diciembre de 2015

ASOMBRO


Fue el asombro de encontrarte
como quien encuentra una primavera
al doblar una esquina.
Eras tú.
Frente a mí, tú.
Con tu risa de campanas,
de ríos sublevados,
de mares que bailan
en la fiesta del mundo.
El asombro de sorprender mi nombre
en el fondo de tus ojos,
guardado en tu hondura
como cuando tocabas mi piel
con la mirada verde de tus pupilas verdes.
Asombro al descubrir mi ser
doblado como un recuerdo
en tus manos
como una luna abreviada
propiedad de tus dedos.
Viví mi asombro asombrado
contemplando ese ramo de cenizas
que son los muertos
esparcido en tu pelo,
en el desorden de tu pelo,
en el sudor de tu pelo
en noches de besos y caricias.
Déjame residir en tus labios,
en el cielo de tu boca
y copiar tu risa de campanas,
de ríos sublevados,
de mares que bailan
en la fiesta del mundo.
Entonces habré descubierto el asombro
en el tú que me guarda

en el que quiero morir
NO SE SI ES TIEMPO


No sé si es tiempo de invocarte.
Han madurado los ríos
y el agua huele a naranjas,
a fresa la espuma entre las rocas,
a hierbabuena el mar.
Pero no sé si es tiempo
de nombrar tu nombre
porque me sabe a silencio
tu silencio gris oscuro,
piel de topo que ahonda
horadando huecos en la nada.
Tengo astillada la voz de pronunciarte
y me duelen los ecos que devuelves,
tu ausencia interpuesta,
tus distancias escuetas
como filamentos de sombras
que tejen la jaula,
y clausuran los velos
que arrinconan mi voz.
No sé si es tiempo de decirte
lo que sabes desde entonces
cuando me envolvió la muerte
en quirófanos verdes,
e  instrumental brillante.
No sé si es tiempo
porque no es tiempo el tiempo,
sino sólo un imperativo existencial
para aparentar que vivimos



sábado, 12 de diciembre de 2015

JARRONES ROTOS


Felipe González es autor de frases que han pasado a la historia. Sobre todo porque correspondían con exactitud a ideas atractivas de un hombre que sabía defender lo que pensaba. Con la serenidad que da el tiempo, les aseguro que mantengo la visión positiva de su mandato presidencial durante una etapa en que la democracia había que inventarla a fuerza de utopía, de futuro y de implicación de la ciudadanía para que tomáramos conciencia de que  era una tarea que nacía diariamente del esfuerzo y responsabilidad de cada uno. Y a la sombra de esa serenidad, agradezco el comienzo de un estado de bienestar, una universalización de la sanidad y las pensiones, la construcción de autovías, la integración en Europa y la concienciación de un quehacer histórico capaz de enfrentarse a la bota militar. Tal vez hoy no seamos demasiado conscientes de lo que significó para muchos de nosotros ver a un general cuadrarse militarmente frente a un ministro civil. Lo que hoy es naturalmente lo que debe ser, era entonces un temblor de grandeza del papel de subordinación de unas fuerzas armadas al poder civil que nunca antes hubiéramos soñado y por lo que tanto habíamos luchado. Que nadie crea en una adhesión incondicional. Recuerdo muchos aspectos negativos: Roldan, el Gal, Filesa…Casi todo quedó sepultado bajo la absolución de las urnas, aunque yo me declaro contrario a esa gracia proveniente de una simple repulsa ciudadana y exijo una responsabilidad posterior a esa absolución. Amparados en esa indulgencia plenaria, muchos políticos esquilman a sus electores conscientes de que cuando dejen de ser elegidos se irán coronados de aplausos a sus casas, pero sobre todo a otros puestos.

Felipe dejó una frase para la posteridad: Los expresidentes son jarrones chinos. Todos alaban su hermosura, pero nadie sabe dónde colocarlos. Tal vez esta visión tenga una parte de verdad, sobre todo en los primeros años de posmandato. Pasado un tiempo, menos del deseado, son conscientes de su valía desperdiciada y casi sin buscar, encuentran acomodo en empresas importantes con cargos pagados sin miramientos. Porque yo lo valgo, dicen los jarrones que han sabido encontrar dónde ornamentar la billetera, aunque pudo parecer que nadie sabía dónde ponerlos.

Aznar anda hablando por el mundo, aunque si al mundo le dice lo que dice en su país, no me extraña que nadie lo oiga. Porque D. José María no se siente sólo un Carlos primero de España, sino también quinto del universo y es ese universo el objeto de su redención.

Y está la etapa final. A los jarrones se les cae el esmalte, se deterioran las miniaturas que embellecían su cintura y se convierten en recuerdo, sólo recuerdo con una leyenda colgada que asegura que fue bonito mientras duró. Los expresidentes quieren aportar a sus partidos respectivos un supuesto valor acumulado, pero se han puesto viejos. Aznar entonces grita. Le grita a Mariano, se arrepiente del orgasmo de su propio dedo nombrándolo sucesor y le amenaza con exigirle la devolución del rosario de su madre aunque se quede con todo lo demás. Aznar vive amenazando al actual presidente, a su partido, a la economía, a las autonomías, a la inmigración, a los que buscan refugio y a todo el que pasa por FAES. Aznar está viejo y sólo forma parte del pasado (no sé si de la historia). El olor a naftalina resulta mareante.

Felipe fue brillante. Te envolvía y terminabas sucumbiendo a sus argumentos, asumidos como propia convicción. Pero Felipe huele a armario cerrado desde tiempos de la abuela, con ese perfume de manzana que daba aroma de campo y amapolas al roperío guardado desde que ella se fue de puro viejita. Cuando uno compara al Felipe que enamoraba a media España y escucha al Felipe que despotrica argumentos rancios contra los adversarios políticos del PSOE en estas elecciones de 2.015, uno llega a palpar que el tiempo no admite cirugía estética, que se le arruga la frente, que le salen manchas en las manos y que olvida que el ayer sólo existe en la nostalgia triste del pasado.

Ahí está la vieja política. Radica en ella esa casta con complejo de superioridad que se niega a entregar los trastos porque ha salido un toro nuevo, porque el mundo se estrena cada día, porque no quedan privilegios que inmortalicen a héroes que uno no sabe dónde colocar para que no estorben. Aceptar la propia finitud es un rasgo de dignidad. Hay que tratar de morir con elegancia para que nuestro cadáver sea bonito y salgan espontáneas esas frases escritas en las paredes de los tanatorios: “Parece que está dormido” “No puedo creerlo. Si ayer tomé café  con él y estaba lleno de vida” “No somos nadie…”


Los jarrones chinos. Escuetos unos, barrocos otros, elegantes todos. Pero descascarillados por el paso del tiempo. La verdad es que uno no sabe dónde ponerlos.

viernes, 11 de diciembre de 2015

REGRESO



Estoy de regreso.
Se me acabó el futuro
en la esquina última
cuando doblaron tus ojos la luz,
cuidadosamente limpia
y la guardaste en el miedo
al mañana.
Vengo desde ti
haciendo un camino extraño.
Me nombro
y se pierde entre mis montes
mi grito.
De ti regreso,
sin camino.
Intento encontrarme,
recuperarme
después de aquella donación definitiva
que inscribiste en tus manos.
Me desvinculaste de tus labios
en la esquina última.
Me olvidaste en la oficina
de objetos olvidados.
Me reclamo a mí mismo,
pero no me devuelven.
Perdí la referencia,
la factura
que me convierte en dueño
de mis huellas.
No sé quién soy.

No sé si soy

jueves, 10 de diciembre de 2015

A TU ORILLA

Puedo morirme un día a orillas de tu voz.
cerca de donde gestas lunas con cintura.
Muerte circunvalada en tu palabra,
en el sonido de olvidos olvidados.
Bajaré  por la palabra que pronuncias
hasta tu centro,
donde alumbras
las huidas,
los miedos que abrillantas
para embellecer la angustia
que te produce la entrega.
Me moriré disimuladamente.
No notará nadie mi cadáver
embalsamado con la sal de tu saliva,
en caricias envuelto,
desnudo como una tribu de amapolas.
Puedo morirme un día a orillas de tus labios,
en tus besos sin nombre y apellidos,
tus anónimos besos
muertos en la espalda de tu boca,
en el opaco cielo de tu boca
sin que nadie supiera
que tenías plantada una cosecha de alegría.
Puedo morirme un día a las afueras de tus ojos,
en los adentros de tu piel,
allí donde una tarde
conocimos los límites del cuerpo
pero nos empeñamos en saltarlos
y adentrarnos para siempre

en la carne salada de las olas.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

DEFENDER LA TRISTEZA


No consigo defender la tristeza.
“Yo tengo azul el alma” dije entonces,
porque azul la imagino,
porque azul pienso la conciencia
que no encuentra salida para tanta palabra
ahogada en la garganta.
Nací azulado.
El corazón venía cansado desde antes.
Regresaré al azul,
a esa cianosis que anuncia
que el tiempo está rendido,
arrepentido de ser tiempo
y exige mi rendición sin condiciones.
No está bien vista la muerte
aunque sea simplemente
el cumplimiento de un orden preestablecido
por esa eterna pregunta sin respuesta.
Nací huyendo de la nada.
Moriré para esconderme en la nada.
Y entre la nada y la nada,
el hueco azul de la tristeza.
No consigo defenderla,
pero que nadie la rompa
porque esa tristeza es todo lo que me queda
del entonces que fui,
del mañana que no seré nunca.


lunes, 7 de diciembre de 2015

…Y UN POQUITO DE MI


Estamos en campaña electoral. Quienes aspiran a gobernar los próximos cuatro años se asoman a la pantalla y nos proponen que compremos su programas porque prometen crear empleo, ayudar a los dependientes como se merecen, un puñado de euros para los que ya olvidaron lo que es el euro, inversiones en educación y sanidad, en investigación, en energías renovables,
en limpieza medio ambiental, en pensiones y terminan pidiendo el voto porque estas promesas son el remedio a las malas prácticas de quienes nos han gobernado y PORQUE TIENEN UN POQUITO DE MI. Más guapos, más feos, con barba, sin barba, más Emidio Tucci o Alcampo, todos muestran su rostro y proclaman que la política TIENE UN POQUITO DE MI. Y entonces uno piensa que todo se ha convertido en propaganda como la de esos electrodomésticos que guardan algo de esa muchacha guapa, de ese chico guapo que nos muestra un frigorífico tan elegante que daría cierto miedo abrir sus puertas por temor a rayarlos y destrozar su hermosura metálica.

El país se ha desangrado durante los cuatro últimos años. Todo lo que en esta campaña resulta que es urgentemente mejorable es porque con anterioridad se han encargado de destruirlo los mismos que hoy nos prometen el paraíso idílico con manzanas pero sin serpientes. Teníamos un cierto estado de bienestar. Estábamos orgullosos de nuestra sanidad y de nuestros profesionales en todos los campos de la medicina. Y podemos seguir estándolo. Pero cuando se cierra un número elevado de camas, se premia al médico que menos receta o pide menos pruebas, se niega la asistencia médica a los que carecen de un plástico que los legaliza, se tiene una ministra que da una conferencia de prensa sobre el ébola y tiene que obligar a dar explicaciones a sus subordinados porque ella está ocupada en comprar globos y alquilar payasos para los cumpleaños de sus hijos, la sanidad se convierte en casas de socorro como las de entonces cuando el ayer vestía uniforme.

Cuando la enseñanza se confía a un hombre cuya aspiración última es españolizar a los niños catalanes y  vivir en una hermosa casa de París, se está inyectando veneno al Informe Pisa.

Cuando la justicia la conduce un Gallardón que se encarga de dar el visto bueno a las mujeres que son madres y a condenar a la nada a las que no lo son,  que impone la cadena perpetua (él la llama revisable) a ciertos delitos en lugar de ofertar una oportunidad de regeneración existencial y le preocupan las células madre como si fuera un ministro mitrado y se prohíbe el ejercicio de la justicia universal porque hay que reconocer que los chinos tienen el monopolio de las ejecuciones, cuando ese ministro está obsesionado más con la muerte que con la vida, se diría que parece ser que explota una empresa de ataúdes. Y entonces vida y muerte se desprecian bajo el eufemismo de los no-nacidos y se olvida de los nacidos con problemas físicos o síquicos.

Cuando un gobierno entero desmiente al pueblo que lo eligió y asegura que ya no hay paro, que eso de que hay hambre son invenciones demagógicas de Caritas o de partidos chavistas, de que ya nadie habla de empleo porque se han creado miles y miles de puestos de trabajo, que Bárcenas y Granados son delincuentes brotados por generación espontánea, que se destruyen discos duros para aprovechar el resto del ordenador y se paga en negro la rehabilitación de la zona noble de la propia sede mientras se le pasa una inspección de hacienda al fontanero que desatascó el lavabo de casa de su suegra, se dice alto y claro que Monedero es el Bárcenas de Podemos (Eduardo Inda dixit) y por eso –sigue afirmando el unineuronal Inda- no se pueden construir hospitales, ni carreteras ni escuelas, cuando se defiende la honradez intocable de Aguirre porque no se ha llevado un euro pero no se le reconoce la corrupción que entraña la mentira, la doble vara de medir, la capacidad de desprecio de la sexagenaria, uno llega a la conclusión de que Mariano pide el voto para su programa PORQUE TIENE UN POQUITO DE MI.

Y se teme a la abstención y preocupa la falta de interés y de compromiso político, la no implicación de la ciudadanía en el quehacer constructivo de la sociedad. Y escuece esa visión simplista de que todos son iguales, de que todos pretenden lo mismo, de que todos buscan amasar dinero. Y es una visión simplista pero tiene cierto fundamento. Porque si se puede engañar prometiendo lo que de antemano se sabe que no se va a cumplir y uno se presenta con inocencia de primera comunión después de estar crucificado como el mal ladrón, uno es el responsable de esa apatía política que parece añorar una dictadura.

Ahí están nuestros políticos. Ofreciendo lavadoras brillantes, pletóricas de tecnología moderna, frigoríficos último modelo que cumplen con todos los requisitos exigidos. Gracias por comprar lo que ofrecemos –dicen- porque además TIENEN UN POQUITO DE MI.


domingo, 6 de diciembre de 2015

EL GRITO DE LAS ROSAS


Nadie sabe decirme
por qué gritan las rosas.
Por qué les duele el aire en el costado izquierdo
como una lanzada.
Se les parte la piel y sangran
como un cristo laico
que redime los huesos de las sombras.
Las rosas sostienen sudarios de niebla,
de madrugadas húmedas
en las conciencias guardadas
entre almohadas y sábanas
hasta la noche siguiente
cuando se hace luna la luna
y los labios beben la luz de otros labios.
Nadie sabe decirme
por qué araña la muerte
los sueños que te sueñan,
por qué silencia mi boca
si pronuncio tu nombre.
Me duele como a las rosas
el costado izquierdo
cuando golpean las manos de la pena.
Entonces pregunto a la ausencia
por qué ya no estás,
por qué estoy tan solo
frente a la soledad cianótica
de mi próxima muerte



sábado, 5 de diciembre de 2015

NO QUIERO CONFUNDIR


No quiero confundir
tu nombre con tu piel,
el sudor de tus gemidos
con la hierba que crece debajo de tu espalda.
No tengo claro
si tú eres tu carne de amapola,
tu sangre plantada de jardines,
tu aliento con palmeras de colores.
Aprendo a nombrarte poco a poco,
a pronunciarte entera paso a paso,
porque  voy lentamente aprendiendo a quererte.
Construyo puentes de luz
para alcanzar tu orilla.
Compruebo entonces
que sólo eres agua huida entre mis manos,
que se escapan tus muslos
como los peces sorprendidos de Lorca.
Pregunto a los que saben de nostalgias
y aseguran que estoy equivocado,
que te he convertido en una espera
sin pensar que tú eres esperanza,
que debo plantearme la renuncia,
porque eres la innombrable,
el misterio absoluto,
la insondable
porque estás más allá de mí,
de ti,
del nosotros,
del todo.


ESTAMOS DE REBAJAS


Las religiones se convierten con frecuencia en un intercambio comercial. “Si mi hijo encuentra trabajo, voy de rodillas desde Aluche hasta tu iglesia de Medinaceli”  “Si me curo del cáncer, dormiré en el suelo dos veces por semana” Y así la religión se prostituye reduciéndose a un comercio entre una divinidad y el ser humano. Y los representantes de esas religiones fomentan esta faceta de grandes almacenes en rebajas, dando a entender que los dioses satisfacen su divinidad con el sufrimiento humano como si un festín de sangre les aportara un placer tal que los predispone a convertirse en un INEM barato o en un puesto de morcillas en la plaza de abastos. Y hay ciertos días en que esos dioses se brindan como rebajas. Entonces es más fácil obtener sus favores a un precio más barato. Quien observa una cierta conducta los nueve primeros viernes de los doce meses del año, tiene asegurada la salvación eterna. Dios abre una carpeta con los nombres de estos cumplidores y les prepara globos de plumas arcangélicas para que durante toda la eternidad se disfracen de Gabriel o Rafael y paseen su felicidad por todas las ferias del cielo. Son intercambios llenos de chantajes.

Los políticos han copiado a las religiones. Durante la legislatura, el partido de turno, con su presidente a la cabeza, ha llevado al país según sus criterios y los de la economía que le obligan a conducirnos a la miseria. “No había otra alternativa”  ha repetido Rajoy durante cuatro años, refugiando su cobardía en la herencia recibida y en un rescate evitado porque supo meternos en el chiquero y amontonar allí toda la miseria tratando de hacerla invisible y tapándola con un crecimiento económico que no se nota en los hogares con hambre. Los ricos han llegado a ser más ricos a costa de que los pobres sean más pobres. Y D. Mariano levanta el triunfo de la riqueza de una minoría como una medalla olímpica, con el orgullo de un triunfo conseguido porque él es el milagro heredado de aquel Aznar taumatúrgico que nos plantó en la gloria de los países que más viviendas construía.

Estamos ante unas elecciones. Y sin el más mínimo rubor, Rajoy se mete en su traje de chantaje descarado y comienza a pregonar por las plazas su crece pelo, su ungüento maravilloso que cura a los dependientes mediante un cheque de ayuda, y asegura que bajará los impuestos, y que se cuidará a las mujeres maltratadas aunque sólo en este año hayan muerto cuarenta y tantas, y que se acabará el hambre y los desahucios y se crearán cientos de miles de puestos de trabajo, y los parados, los jóvenes, la educación, la sanidad…Pero hay que someterse al chantaje: Te doy todo esto siempre y cuando me votes.

Y los que aspiran a gobernar también recurren al chantaje. Si me votas, te prometo que haré todo lo contrario que hizo Rajoy. Porque Rajoy no quiso, no supo, se empeñó en un cambio social machacado por una ideología contraria a los derechos humanos…

Y los electores vamos de rodillas, papeleta en mano, a pedirle a San Pedro-PSOE, San Pablo-PODEMOS, San Alberto-CIUDADANOS, un puesto de trabajo para el hijo parado con mujer y tres churumbeles, sanidad para el cáncer del padre, una silla de ruedas para el chaval dependiente… Y nuestros santos taumatúrgicos nos aseguran que sí, que con ellos sí, que no con Mariano, que ellos tienen mano con la historia para conseguir eso y mucho más.

Hay un grupo de ateos políticos que tuercen el gesto. Todos son iguales, todos van a robar, todos buscan el poder para enchufar su post-mandato a Telefónica o Endesa. No queda nadie honrado. (Y uno tiene la impresión de que estos contra-políticos añoran una dictadura que los libere de ejercer su protagonismo en la historia de su país).

Este grupo merece un desprecio porque en realidad lo que buscan es evadirse de la responsabilidad creadora del bienestar común. A posteriori son los primeros en criticar y en restregar por la cara de su vecino el triunfo de su mediocridad. “Ya te decía yo…”  Y lo exponen como un triunfo del egoísmo más sangrante.

Los dioses ejercen el chantaje más destructor. Los políticos el chantaje más evidente. Pero les aseguro que yo no compro en rebajas y que mi conciencia asume el riesgo político porque acepta el riesgo de vivir.





jueves, 3 de diciembre de 2015

PERDON


Pido perdón por existir,
por mantenerme de pie
sobre mi estómago lleno.
Si me muerde una enfermedad mortal,
Puedo torcerle el brazo
porque  domicilio en mi cuenta
el último Eklira del mercado.
Pido perdón por mis ojos,
porque cada día puedo injertarme la luz
que palpa la realidad
cruda, es verdad,
pero también las formas de un cuerpo
que eriza mi sexo de alegría.
Puedo masticar las fresas
criadas bajo plástico,
regadas con el agotamiento
y el sudor subsahariano.
Puedo rozar mi pecho con tu pecho
porque somos cercanía,
porque tú no te fuiste a la vendimia
ni al minijob alemán.
Pido perdón en nombre de mis labios
húmedos de ti,
colgados de ti,
a tiro de beso,
capaces de engendrar en tu lengua
un cielo de boca.
Hemos expoliado los ojos,
el estómago,
el corazón,
el sexo,
la boca,
el pecho.
Hemos castrado demasiadas vidas,
les hemos robado espacio,
les expatriamos el tacto
para que no echen de menos las caricias
y las manos sirvan solamente
para arrancar carbón
y petróleo
y cosechas que alimenten
cuerpos exquisitos.
Pido perdón por todo lo que sólo es todo para mí,
pero de lo que privo a tantos.
Pido perdón por no saber vivir sin tantas cosas.

perdón por saber vivir sin ellos

miércoles, 2 de diciembre de 2015

TENGO QUE APRENDER


Tengo que aprender a buscar
luz en la oscuridad.
Quiero ser consciente de que el misterio
siempre habita en la cara oculta de la nada.
Necesito averiguar por qué busco el amor
y sólo lo encuentro cuando él me encuentra.
Tengo que hacerme a la idea
de que el caos es el orden único
que domina los vientos,
que la locura es el único equilibrio
que da sentido al quehacer de cada día.
Necesito aceptar que las preguntas más hondas
no tienen respuesta.
Preguntar por qué estás si no estuviste nunca,
por qué me habitas si no me cabe el mar,
por qué he sometido mi rebeldía
al nido caliente de tus manos.
Por qué caminos llegaste
hasta navegarme la sangre,
por qué me llamas por mi nombre
si yo era tan sólo un seudónimo cubierto de cenizas.
Pregunto a mi sola soledad
por qué se siente habitada de repente
por la sombra luminosa de tu risa,
por el relieve de tu entrega gratuita
al vacío infinito de esta  costumbre de estar de pie en el mundo.
Ahora existo porque tú me regalas
una primavera cada tarde
y un amanecer cada mañana.
Soy porque aceptas mi soledad humana,
mi vacío constituyente
y la seguridad certificada de mi muerte
cuando la muerte madure
como un racimo agrio de cerezas.
Tengo que aprender a aprehenderme,
a ser el yo finito, inacabado
que depende de la presencia de tu ser
pleno como un océano reunido de mares.
Reconstruye en unidad la dispersión que soy.
Congrégame y ampárame en tus manos,
sostenme entre tus ojos
y alúmbrame la boca
con la luz sobrante de tu boca.
Quiero descansar en tu aliento
resguardado de la vida
hasta esa muerte que me crece
en el vértice derecho donde descansa tu frente
cuando el amor detecta

dos soledades amantes.

martes, 1 de diciembre de 2015

¿POR QUE TU?


Nunca sabré responder esa pregunta
obstinada como un monte con raíces de monte.
¿Por qué dios, la muerte, el mundo?
¿Por qué tú?
Tú, en medio del absurdo,
en el centro del caos.
Dios, la muerte, el mundo
no son urgentes,
pueden esperar hasta la primavera.
Pero tú estás ahí,
desafiando el invierno que muerde mi piel,
ahí, nieve como  césped en la tierra del alma.
Si duermo, sobre ti duermo,
si camino tropiezo con tus labios.
Te abrazo si mis brazos aplauden la luna
y mi sexo pronuncia tus ingles si te nombro.
¿Por qué tú, exigiendo una primacía
en mi quehacer humano,
en mi tarea de convertir el barro
en nidos para pájaros errantes?
Ignoro si te amo porque te pienso
o te pienso porque te amo.
Descartes no se planteó tu presencia,
tu existir, tu estar en el centro de mi centro,
como una médula vital
que va más allá y más acá de mis células óseas.
Dios, la muerte, el mundo subyacen
bajo la pregunta que pregunta
por tu presencia insoslayable
de la que huyo,
a la que me aferro
con las obstinación de un monte con raíces de monte.
Porque ya no me duele la pregunta.

Me escuece la renuncia a responderme.

lunes, 30 de noviembre de 2015

PIEDRA


Un día tomas conciencia de que eres simplemente una piedra.
Una piedra que rompe la armonía de la acera
porque sobresales como un bonsái brillante.
Tropiezan en ti los que caminan.
Vuelven la vista y maldicen tu existencia.
Un día tomas conciencia de que esa piedra estorba,
que deberías permanecer hundida
como todas las piedras de la acera.
No fue tu decisión romper los tacones elegantes
de una cintura que baila sus andares,
ni la frente del pequeño que aprende que la vida guarda espinas,
ni el anciano que se rompe la cadera de su historia
y le encajan unos tornillos de titanio.
No fue tu decisión,
pero eres una piedra que estorba las prisas,
la velocidad de quien pierde un tren cualquiera.
Estorbas. No eres útil y sólo lo útil vale.
Es la conciencia impuesta.
Lo siento por el arco iris, por los magnolios del mundo.
No son útiles, sino estorbos como tú.
Por eso arrancan los pinares de cuajo, por inútiles,
porque estorban para un conjunto residencial
a doscientos mil tres dormitorios, cuarto de baño y cocina
Estorbas y alguien debe tener el coraje
de decírtelo a la cara y arrancar tus raíces.
Alguien debe dejarte claro que hay que abandonarte
porque una hemiplejia,
porque un cáncer,
porque una ELA no te permiten ser una piedra aplastada
y en orden como toda la acera construida
por los especuladores que desprecian la belleza de estar vivos.
Un día tomas conciencia
y tienes ganas de colgarte de una luna
y balancear tu historia

hasta que se te rompa el tiempo entre las manos.

domingo, 29 de noviembre de 2015

PUENTES

Soy consciente de que los puentes no aguantan.
Los erosiona el agua de los inviernos largos
y nadie los recicla para convertirlos
en ojivas de catedrales góticas.
No aguantan y los abandonamos
junto al resto de cascotes
y nadie se preocupa de su historia, de su pasado.
Nadie se pregunta por el agua que rozó su carne de cemento,
si llegó a ser mar lleno de caracolas,
de cuerpos desnudos de turistas que aliviaron el déficit nacional,
de niños con castillos de arena,
si fueron charco humilde para Plateros sedientos.
No aguantan los puentes.
Se arrancan de la cintura del río
y a lo mejor se mueren de nostalgia,
con esa tristeza negra de muertos enterrados
como un amasijo de olvidos olvidados.
Se ha roto el último puente
que mediaba entre tu vida y mi vida.
Me ha fallado el tiempo.
No me cabe cuando respiro
y soy consciente que el concejal de obras
ordenará retirar los escombros de mi historia
porque molesta a la vista
de los que comen tortilla dominguera
y no tienen por qué amargarse el trago
con el amor que tuve,
con los sueños que soñé a tu lado.
No sé si los puentes se despiden
del agua, de los juncos,
de los novios que se besaron en la hierba,
de las cinturas desnudas por primera vez.
Me entristecen los puentes…
Soy como los puentes,  
que me derrumbo cansado de mi historia
porque no importa a nadie,

ni siquiera a mí mismo.

sábado, 28 de noviembre de 2015

RAJOY DUERME DESNUDO


Me los dijeron ayer las lenguas de doble filo: Rajoy duerme desnudo. Harto de corbata, de traje, de zapatos italianos y camisas de seda, el presidente siente la necesidad de dejar colgado en una silla todo lo que arrastra su cuerpo atlético durante el día y aprovecha la noche para darse el gusto de verse sin los ornamentos presidenciales. Pero sobre todo, a Rajoy le pesan los plasmas, esas pantallas fronteras entre los ciudadanos, los periodistas y su discurso. El cuerpo le pide cercanía, contacto, chatos en el bar de Manolo o comidas en el Ritz rodeado de albañiles degustando los tapers que la buena de Viri le ha preparado el día anterior para que hagan juego con las fiambreras de los obreretes del andamio.

D. Mariano ha recortado de todo durante estos cuatro años. Han disminuido los servicios sociales, las ayudas a dependientes, las inversiones en educación e investigación, en sanidad y en todo lo que se puso al alcance de sus tijeras salvadoras. Y no iban a ser menos sus apariciones ante la prensa. Pocas veces se ha puesto delante de un micrófono y cuando lo ha hecho ha procurado elegir las preguntas que debían hacerle y los periodistas que debían formularlas. Sin embargo resultaba inevitable que algún plumilla enemigo colara su maligna pregunta para la cual el presidente llevaba preparada la respuesta oportuna. Al presidente le preguntaban por la dimisión de un ministro como Gallardón y él respondía que la economía iba viento en popa y que estábamos siendo salvados del abismo en que nos dejó Zapatero. Le preguntaban por los mensajes amorosos enviados a Bárcenas y Rajoy respondía que la economía iba viento en popa y que estábamos siendo salvados del abismo en que nos dejó Zapatero. Y si algún osado interlocutor le indagaba sobre el número escandaloso de hogares sin ingresos para lo más elementalmente vital, él respondía que la economía…nos dejó Zapatero. Pero hay que reconocerle que alguna vez tuvo iniciativas propias. Recuerden cuando le preguntaron sobre las informaciones de prensa sobre los sueldos en negro. D. Mariano, haciendo un alarde de improvisación, respondió que todo era mentira menos alguna cosa. Ese día los ministros acudieron a palacio para felicitar y felicitarse de la capacidad de comunicación que tenía el presidente.

Pero si había algo de lo que Rajoy se despojaba cada noche era de los plasmas. No soportaba la obligación que le imponían su asesores de hablar a través de una pantalla que separaba a los periodistas de su discurso. Incluso el marido de Celia Villalobos había pensado en poner concertinas en la pantalla por si algún periodista escalaba y llegaba a enfrentarse cara a cara con el presidente. Había que detener en la frontera de la legalidad a quienes deseaban hacerle al presidente preguntas no pactadas o a aquellos que venían de cadenas de televisión que martilleaban con el tema de la corrupción. La corrupción estaba más acá del plasma. Más allá estaba la inmaculada concepción del PP concebida sin pecado original y crucificada por las hordas judeomasónicas.

Ahora es otra cosa. Rajoy se ha vuelto campechano, hace deporte con pantalón corto y calcetines blancos, se toma una caña apoyado en la barra de un bar de barrio y besa todo lo que se pone por delante, desde el pie de la Macarena a la muchacha de ojos verdes y labios carnosos, desde una viejita desdentada a un bebé que llora porque no está acostumbrado a unos brazos presidenciales. ¿Por qué los candidatos besan a todo el que se pone por delante? No lo sé, pero unas elecciones sin besos es como un gazpacho sin sal.

Tal vez los besos dan seguridad a los candidatos. Y Rajoy está tan seguro de que la economía va viento en popa…Zapatero, que tiene que besar hasta el Cristo de Medinaceli. Además es consciente de que él es el único que puede seguir viendo cómo en España empieza a amanecer. Un muchacho con coleta y camisa barata de Alcampo no puede dirigir un país aunque sea doctor en Ciencias Políticas, Licenciado y con master en no sé cuántas disciplinas, ni un imberbe como Rivera porque para franquista se basta él solito, ni el padre de Monedero con VOX donde reside toda la ultraderecha de una país instalado en la mediocridad del centro, ni el guaperas Sánchez que va sembrando tópicos y párrafos grises y sin contenido creador por las plazas de los pueblos. Sólo Rajoy se sabe salvador del mundo que quita los pecados y nos hace dignos del complot de la economía contra los derechos más humanos.

Son las tantas. A esas horas no hay partidos de fútbol ni carreras ciclistas. Rajoy se desvincula de su cargo de presidente y se duerme desnudo como le recomienda el marido de Celia Villalobos.



viernes, 27 de noviembre de 2015

REGRESARE


Algún día regresaré a tus montes
y clavaré en tus cumbres los besos de mis manos.
Me exigiré algún día
desandar los caminos
porque siento nostalgias en la sangre,
y una tibia tristeza entre mis labios.
El mundo se acaba donde tú no estás.
Más allá de tu piel sólo la nada,
más allá del relieve de tus pechos
se frustran las palmeras y los ríos
y se implanta una oscuridad maciza
como un mar amortajado
sobre un catafalco de sombras.
No existe dios si tú no existes,
si no tengo en mi boca tu carne
que quita las espinas del mundo.
Necesito comulgar tu vientre
e incorporar tu sexo
para existir de nuevo
en el jardín primitivo de tu pubis.
Voy a hacerte un collar con las víboras sobrantes,
consecuentes con las manzanas que encierran
la simiente de Caín.
Pondré tu nombre a los jazmines,
a los juncos que sostienen el arco iris.
Crearán tus ojos los ríos
y ese barro de tierra y de tristeza
que ahoga la palabra en mi garganta.
Regresaré porque eres mi única esperanza.


MUERTE AL NOROESTE



Muerde aquí, al noroeste del pulmón derecho.
Un año, según las estadísticas
tarda en masticar tus besos.
Le atrae mi piel enamorada,
mi sexo erecto indagando
caminos orillados de amapolas.
Un año para ir diluyendo las caricias,
la carne de cada noche con luna,
los abrazos con gemidos,
el semen difundido
como un río de jazmines.
Se están quemando los trigales
al noroeste del pulmón derecho
y sangran pan caliente las espigas
mientras los inventos de la ciencia
inyectan esperanzas tronchadas de antemano.
Huele a cenizas,  a niebla
a lunas negras la noche
cuando la noche es noche absoluta
sin amaneceres en los montes del tiempo.
Un año, según las estadísticas,
si no pierden la memoria los relojes,
si no aflojan los alvéolos inútiles sin aire.
Está de acuerdo el noroeste del pulmón derecho:
las estadísticas tienen la última palabra.