Ella permanece en su urna. Blindada de gaviotas. De adhesiones blindada. Blanca Paloma vasca. Corazón atravesado de Ordoñez muerto. Cercanía de muerte en la pechera. Rebotando las balas en el aire desangrado. Ella está todavía en la urna.
Han venido por todos los caminos. Rocío vasco donde se anudan voluntades. Mayor Oreja, preboste. Acebes, ángel expulsado. Esperanza, guardián de turno. González Pons: “El PP no puede estar donde no esté María” “María es de todos” “María somos todos” Soria-Camacho: “Todo estaba consensuado” Consensuada España: antinacionalismo, antizapaterismo, COPE, MUNDO, Aznar-Botella-FAES. Blanca Paloma vasca. Almonte norteño. Todos peregrinos. Quieren saltar la verja. Para desagraviar a esta “perversa y extraña España” que dice el Talibán Mayor. Y sacarla a hombros para hacerla referente de todo, de todos. Santiago y cierra España. María y cierra el paso: que no entre Rajoy, disimulando su rojerío interior, izquierdista. Mariano no se entera de nada. Desayuna churros mojados en el Marca. Todos contra él. Nadie certifica que Rajoy no existe.
“Contra la rendición, resistencia” Mayor Oreja, Moscardó de guerra y posguerra: “María y yo vamos a dar la batalla” Se sienten, coño. Al suelo todo el mundo. Esperamos a Ansón nombrando Presidente a Rato. Ansón fundó el sindicato del crimen y lleva plomo en las cejas soñando muslos de Steffi y pubis finalistas de Roland. Jaime-Santiago Mayor, tricornio-charol-lorquiano, Cid castellano de provincias vascongadas, no de país vasco con urnas que quieren lo que quieren aunque sólo el Lehendakari lo sepa a ciencia cierta. Y María-Juana-de-Arco-Agustina. En su urna. Huída de la ponencia por razones profundas. Iturgaitz viene de camino. Basagoiti habla telefónicamente con Zaplana. Zaplana tiene un millón de móviles al año. Aznar sonríe como sólo sonríen los Césares, los Carlos primeros de España y quintos de Irak. Guardando la compostura de los mesías de Azores, de los salvadores de valores eternos. Esperando una resurrección gloriosa ante los vasallos de su cuaderno azul. Sólo dará un paso cuando le hayan preparado el camino. Tiene bendecido el ramo de azahar. Ha sido Rouco. Isabel San Sebastián ya ha visitado a María y le ha anunciado el parto próximo. España da a luz España. Una. Grande. Libre. Losantos luce uniforme planchado, espuelas limpias y un arcabuz de filigranas regalo de García Gascó.
Ha hablado María. El Partido Popular ya no es lo que era, dice. Si hoy no es lo que era, a lo mejor es que nunca fue nada. Perdió las elecciones de 2.008 como las perdió en 2.004. Sin trenes culpables. Sin Acebes falsificando terrorismos necesarios, sin Aznar disfrazado de Bush. Con un Zapatero de rodillas ante ETA, traicionando a los muertos, vendiendo Navarra por los mercadillos de la Concha hermosa de San Sebastián.
María no somos todos. Algunos luchamos por un mañana limpio.
Han venido por todos los caminos. Rocío vasco donde se anudan voluntades. Mayor Oreja, preboste. Acebes, ángel expulsado. Esperanza, guardián de turno. González Pons: “El PP no puede estar donde no esté María” “María es de todos” “María somos todos” Soria-Camacho: “Todo estaba consensuado” Consensuada España: antinacionalismo, antizapaterismo, COPE, MUNDO, Aznar-Botella-FAES. Blanca Paloma vasca. Almonte norteño. Todos peregrinos. Quieren saltar la verja. Para desagraviar a esta “perversa y extraña España” que dice el Talibán Mayor. Y sacarla a hombros para hacerla referente de todo, de todos. Santiago y cierra España. María y cierra el paso: que no entre Rajoy, disimulando su rojerío interior, izquierdista. Mariano no se entera de nada. Desayuna churros mojados en el Marca. Todos contra él. Nadie certifica que Rajoy no existe.
“Contra la rendición, resistencia” Mayor Oreja, Moscardó de guerra y posguerra: “María y yo vamos a dar la batalla” Se sienten, coño. Al suelo todo el mundo. Esperamos a Ansón nombrando Presidente a Rato. Ansón fundó el sindicato del crimen y lleva plomo en las cejas soñando muslos de Steffi y pubis finalistas de Roland. Jaime-Santiago Mayor, tricornio-charol-lorquiano, Cid castellano de provincias vascongadas, no de país vasco con urnas que quieren lo que quieren aunque sólo el Lehendakari lo sepa a ciencia cierta. Y María-Juana-de-Arco-Agustina. En su urna. Huída de la ponencia por razones profundas. Iturgaitz viene de camino. Basagoiti habla telefónicamente con Zaplana. Zaplana tiene un millón de móviles al año. Aznar sonríe como sólo sonríen los Césares, los Carlos primeros de España y quintos de Irak. Guardando la compostura de los mesías de Azores, de los salvadores de valores eternos. Esperando una resurrección gloriosa ante los vasallos de su cuaderno azul. Sólo dará un paso cuando le hayan preparado el camino. Tiene bendecido el ramo de azahar. Ha sido Rouco. Isabel San Sebastián ya ha visitado a María y le ha anunciado el parto próximo. España da a luz España. Una. Grande. Libre. Losantos luce uniforme planchado, espuelas limpias y un arcabuz de filigranas regalo de García Gascó.
Ha hablado María. El Partido Popular ya no es lo que era, dice. Si hoy no es lo que era, a lo mejor es que nunca fue nada. Perdió las elecciones de 2.008 como las perdió en 2.004. Sin trenes culpables. Sin Acebes falsificando terrorismos necesarios, sin Aznar disfrazado de Bush. Con un Zapatero de rodillas ante ETA, traicionando a los muertos, vendiendo Navarra por los mercadillos de la Concha hermosa de San Sebastián.
María no somos todos. Algunos luchamos por un mañana limpio.
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