¿USTED ES TONTO?
No se ofenda por la pregunta. Estoy convencido de su
capacidad intelectual y de su predisposición para captar cualquier realidad que
le plante la vida delante de sus ojos. Nadie conseguirá bajarme de esta
apreciación sobre usted. Comprendo que el título le soliviante porque la
pregunta en sí misma es una afirmación en el lenguaje de la calle. Pero no es
mi intención.
Los políticos ni siquiera tienen la delicadeza de
plantearse la pregunta sobre sus entendederas. Directamente parten de la base
de que usted nunca entiende sus palabras, no porque ellos no las expongan con
absoluta claridad, sino porque usted carece de materia gris suficiente para
asimilar lo que ellos de forma tan elemental expresan. No preguntan.
Directamente afirman: usted es tonto. Cuando Javier Maroto afirma que entre los
refugiados que huyen de la guerra hay
muchos terroristas, usted va y entiende que entre los refugiados que huyen
de la guerra hay muchos terroristas. Y usted va y le atribuye a Javier Maroto
algo que no ha dicho. Usted no entiende su afirmación porque usted es tonto.
Cuando el ministro del interior asegura que España no
puede acoger a refugiados porque su ministerio sabe que los que degüellan a sangre fría buscan todas las oportunidades para
infiltrarse y adentrarse en un país,
entonces usted va y entiende que los que degüellan a sangre fría buscan
todas las oportunidades para infiltrarse y adentrarse en un país. Pero lo que
realmente dice el ministro que ha dicho es que España es un país solidario y
que va a acoger a todos los que huyen de la guerra y que tratará de darles
asilo y todo lo que necesiten para que sientan nuevamente la alegría de vivir.
Usted ha entendido otra cosa porque usted es tonto.
Cuando un partido destruye unos ordenadores, no es
para impedir que los lea un juez. Es lo normal que se hace siempre para
aprovechar que otro empleado pueda utilizarlo y no gastar dinero inútilmente.
Pero usted cree en la mala voluntad y no comprende la verdad del ahorro porque
usted es tonto.
Cuando Rajoy asegura guiñando el ojo izquierdo a
través del plasma que ha pasado la
crisis y que ya nadie habla del paro porque es evidente la creación de empleo,
usted niega en el bar que la crisis haya pasado y que la crisis conlleva
hambre, miseria, abandono, desesperación, angustia, merma de ayudas sociales y
hasta suicidios. Usted no está bien. Directamente usted es tonto
Y así podíamos seguir demostrando la idiotez de cada
uno de nosotros cuando no entendemos
exactamente los que evidentemente dicen nuestros políticos. No es mala voluntad
por su parte. Es que los ciudadanos deformamos todo lo que aseguran cuando nos
hablan. Lo deforman la ONG cuando hablan de números de españoles en el umbral
de la pobreza, cuando los docentes cesados protestan por sus despidos, cuando
se afirma que las urgencias se saturan por el cierre de plantas hospitalarias, cuando
los dependientes se manifiestan porque no tienen quien les ayude a levantarse
de la cama, cuando se dice que los abuelos tienen que darles una sopa avecrém a
los nietos porque la pensión no da para más. Usted ve una realidad que sólo
denuncian los extremistas radicales de izquierdas, los bolivarianos, los amigos
de ETA como Manuela Carmena o Ada Colau. Y usted va y compara a Esperanza
Aguirre que iba devota y sumisa junto a Ana Botella en las procesiones de
semana santa con estos alcaldes y alcaldesas que se empeñan en separar la
religión de la sociedad civil y no asisten descalzos y con los brazos en cruz a
las estaciones de penitencia para que dios les perdone su esfuerzo por destruir
el catolicismo y organizar cursos para que los homosexuales se curen de la
enfermedad del amor.
Yo, lo confieso, casi siempre deformo lo que me dicen
ciertos políticos. Es que yo también soy tonto
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