lunes, 28 de septiembre de 2015

QUISE BESARTE




No supe besarte aquella tarde.
Dios andaba suelto,
escapando del nudo de todos los relojes
con una eternidad en la cintura
Y no supe besarte.
Me dolía el omóplato derecho
-tú sabías por qué-
y mi brazo no conseguía
apretarte el alma.
Anudamos los ojos,
hicimos el amor con la mirada
hasta la plenitud de tus valles y tus cumbres.
Me olvidé de mí mismo,
del dolor del omóplato derecho,
pero no supe besarte
porque tenías una primavera entre los labios
y se llenó mi boca de margaritas azules.
Pero quise besarte.
Quiero besarte.

Te beso

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