viernes, 18 de septiembre de 2015

DUELE DE REPENTE


Duele de repente
como si te clavaran un monte.
Surge el grito de la carne entreabierta
y la sangre  manchando de amapolas la piel.
Alguien ha decidido fusilarnos
a base de silencios disparados,
de tiros certeros en las sienes
para que la indiferencia
nos explote en el alma.
Lograrán que no sepamos
quién somos,
si somos,
si existimos
o estamos incinerados
como un cáncer radiado
que persiste y no se rinde.
Alguien ha decidido negarnos el saludo
como se niega al plomo una caricia.
Un día, de repente,
como si te clavaran un río
tienes las manos llenas
de besos huecos,
de ternuras dejadas en un hospicio olvidado
para que alguien las adopte
sin que nunca conozcan
los labios donde nacieron.
Duele entonces
pero nadie te bajará de la cruz.
No hay descenso posible
al regazo de la luna.


No hay comentarios: