viernes, 4 de septiembre de 2015

ME IRE ACOSTUMBRANDO

No me acostumbro a esta postura
fetal de tu silencio.
Envuelta sobre sí misma,
tu palabra ausente
me convoca a la distancia
de tu piel y mi piel.
No logro conciliar
las amapolas azules
con la despedida gris
de tu vientre sin olas.
Olvidaste en la huida
los mástiles que sostienen
esos mundos anónimos
que fabricamos tú y yo
como orfebres de estrellas.
Nadie sabe el camino
que desemboca en las lenguas
que hacen del beso una patria
caliente de recuerdos.
Por eso no me acostumbro
a mis manos sin cuerpo,
a tus muslos borrados,
a tus pechos sin pechos,
al refugio umbilical
donde descansa la caricia
camino de tu centro.
No me acostumbro
a esta nada ocupando

los huecos del silencio.

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