FONDO DE
MIEDO
Se sedimenta el miedo
donde los grillos pulen los huesos
de la noche
y amortajan la luna para que la
olvide el amanecer.
El miedo tirita.
Es el escalofrío de la duda,
de la incertidumbre agazapada en
cada instante.
Consustancial la duda con el amor
nunca investido de infalible
certeza.
El miedo ahí, entre la hierba del
alma,
confundido con la raíz de los
ríos,
enroscado en las gotas de lluvia
que guardan en su vientre odios y
besos,
sexo y sangre,
contradicción absoluta
para que nadie distinga la grieta
de unos labios
y la boca de un puñal sin retorno.
Miedo apretado por las aristas
cortantes
de una oscuridad obstinada.
Se me ha atornillado el miedo a
las entrañas.
Prohibe el grito, el llanto, la
huida
porque está mandado
el triunfo de una alegría de
plástico
cercado, defendido, para que nadie
pueda
acercar un líquido inflamable
y se descubra el vacío absoluto
del hombre creado a imagen y
semejanza de la nada.
Miedo cuando el primer contacto
externo.
Miedo cuando la muerte nos incrusta
el vacío.
Miedo a que tu presencia sea
ausencia.
Miedo al hueco de los besos
huecos.
Miedo al fin y al cabo.
Sólo miedo
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