lunes, 27 de julio de 2015

COMO ENTONCES


Ahora que el tiempo busca  alcantarillas
y están heridas las rosas,
veo pájaros sangrando.
No tienes  palmeras en las manos, como entonces,
ni hierba húmeda en tus labios, como entonces.
Recuerdo los jardines de tus ojos
los poemas resbalando por tu espalda.
No comprendo tu piel gris diplomático,
oscura de tormenta,
sin refugio, sin techo acogedor
aquellas tardes junto al río, como entonces.
Tienes grietas, heridas,
zanjas que dividen
las noches azules, como entonces.
Sólo somos ayer,
tiempo muerto en el último minuto
sin aplauso final de vencedores.
Hay que regresar al vestuario
para desnudar la vida.
Eres como eres,
un sinsentido decorado,
una tramoya trágica.
Alguien  te recuerda
que vivir no es un derecho,
y te advierte de una brecha neumológica
que asegura que el aire es una mercancía
y tienes acabado el tiempo concedido.
Te han desahuciado de ti
y no quedan estrellas
porque hasta la noche está embargada.
Desposeído del hombre el hombre,
suplicando limosna en la puerta de la nada,
un minuto de prórroga
para dar el beso último,

para despedirse de si mismo.

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