lunes, 20 de julio de 2015

CENIZA


Quiero ser ceniza.
La ceniza tiene identidad,
conoce su propia historia,
sus raíces,
sabe de sí misma.
No es lo mismo la ceniza de un limón
que la ceniza de un beso.
Ella tiene memoria,
define quién es porque sabe quién fue.
Se reconoce en el temblor de sus labios,
en la tersura de su piel,
en su propia ternura.
Quiero ser ceniza
porque guarda mi pasado,
el ayer de mi carne punzante,
de mi sangre caliente
en la oscuridad de unas ingles.
Dejadme ser ceniza
cuando esta destrucción que me devora
termine su trabajo
y sea una molécula definitiva de la historia,
sin tiempo,
sin minutos colgados en la muñeca izquierda.
Estoy convocado por el último fuego
y quiero acudir con la elegancia
de un río con flores en el vientre.
Dejadme ser ceniza, polvo,

“más polvo enamorado”

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