jueves, 7 de agosto de 2014

ERA ENTONCES




Te quiero sentada en mis rodillas
leyéndote poemas de Neruda,
como entonces.
Vamos de nuevo, las manos enlazadas
por el pan, el periódico,
como entonces.
Quiero dejarte besos debajo de la almohada
para que te despiertes envuelta
en una sábana de mariposas azules,
como entonces.
Que me invites a comer
gazpacho frío y pijotas
porque el verano aprieta
omo entonces.
Mi mano por tu blusa
asustando  palomas
como entonces.
Bajo tu falda mis dedos
escalando los jardines
del monte más hermoso,
como entonces.
La arena de Chipiona
y la espuma dormida
en la huella de tu cuerpo,
como entonces.
La necesidad de sobornar
al recepcionista del hotel
porque no era legal nuestro amor,
porque las dictaduras legalizan sólo el tiro en la nuca,
pero no sabe de amor.
Era entonces.
Tuvimos fe en el entonces.
Hicimos el futuro del entonces.
No aceptábamos el nunca.
Pero el nunca nos partió

Y se hizo para siempre el siempre.

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