sábado, 23 de agosto de 2014

ALMA EN OBRAS


Tengo el alma en obras.
Rompió el tiempo tantas cosas.
Saltaron los cristales
y se hizo daño la luna aquella noche
cuando alumbró los besos últimos
y nos fuimos porque el alma
estaba inhabitable.
No tenía caminos.
Se pisaban los suspiros,
se perdían los gemidos.
no se caldeaba la nostalgia,
no se secaban los labios
colgados de los ojos
cuando estabas en mis manos,
cuando preguntaba por tu espalda,
cuando perseguía tu distancia
cuando eras lejanía,
cuando estabas ahí
contando los besos,
reuniendo caricias,
resumiendo tactos,
recordando entregas,
memorizando piel.
Tengo el alma en obras
por si vuelves,
por si un día,
por si espero,
por si te haces madrugada,
sorpresa,
entrega inesperada,
por si la noche
tiene exigencias de labios,
por si los cuerpos recuerdan,
por si tiene el sexo memoria,
por si nos desencontramos
después del último encuentro.
Los andamios me dan vértigo
porque son precipicios en el aire,
porque no se sostienen los geranios,
se marea la albahaca
y se atascan los pulmones
en el cielo de la boca.
Tengo el alma en obras
y a lo mejor se hunde
en la oscuridad de la muerte

en una tumba sin nombre

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