martes, 12 de noviembre de 2013

NO PUEDO



No puedo con tanto mar en la espalda.
No soporto las olas arrepentidas de espuma.
No puedo coleccionar horizontes
suicidados cuando llegan tus ojos.
Todo lo inalcanzable se llama como tú.
Lleva tu nombre el cuerpo que no acerca
tu noche a mi noche.
Estoy abrazado al hueco de mi cama,
a la huella que abandonó tu nuca en mi almohada.
Y está callado el mar y huyó la arena,
cómplices de tus pies de despedida.
No puedo con tantos besos colgados del olvido,
nidos desahuciados
porque nunca pagaron
el hospedaje del aire.
No puedo con la pistola negra
apuntando mis sienes
con un beso de gracia en la recámara
que desangra el recuerdo
de lunas compartidas.
No puedo con los besos divididos entre dos.
Necesito los labios enteros
que me llenen de sal el cielo de la boca,
de sudor y saliva la piel reconvertida
en tacto,
en éxtasis,
en cuerpos confundidos,
tú y yo,
nosotros,
sin ellos que se fueron,
sin el mar que se fue,
sin las olas que huyeron,
sin horizontes que aprietan
los nudos trenzados de tu pelo.
Azul te quiero, azul.
Te necesito imposible
porque lo posible está siempre
amenazado por la nada.



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