sábado, 8 de febrero de 2014


LLEGAR A TI



No sé si te llega mi voz cuando te nombro.
Me consta que los besos no te encuentran
y vuelven a mi boca
con una flor negra en la solapa.
Tal vez el grito alcance
el roce de tu espalda
como cuando ofrecías a mi mano tu cintura
como descanso intermedio hasta llegar  
a las esferas planetarias de tus nalgas.
Interpreto el aire como un ciego,
lo palpo con las manos hambrientas.
A lo mejor estás y la distancia
es una hipérbole de espacio.
A lo mejor, tan sólo a lo mejor,
si me desnudo del miedo,
de la tristeza gris.
A lo mejor, tan sólo a lo mejor,
cierro los ojos
y estás dentro,
poblándome,
cosechando nostalgia,
entretenida,
atando las amapolas de mi sangre
para hacerte una ramo de alegría
y brindar por el regreso.
A lo mejor, tan sólo a lo mejor,
no te has ido
y estabas dormida,
desnuda,
esperando
en el último rincón

de mi esperanza.

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