viernes, 21 de febrero de 2014

ERES CERTEZA



Soy duda,
forma única de existencia  humana.
Duda soy,
sin camino definido,
estremecido horizonte,
meta colgada del vértigo,
sobresalto el mar.
Duda definitivamente,
pregunta sin respuesta,
huella sobre el vacío.
Y esa máscara llamada historia
para disimular el tiempo transcurrido,
sólo tiempo,
sin corteza sustantiva,
pasado sólo
incapaz de ser futuro.
No consigo ser certeza,
sólo  duda clavada,
ensartando la vida
hasta que la muerte llega.
Quiero definirte.
Busco el término exacto
que te contenga
como un vientre creando ser.
Busco nombrarte,
crearte,
percibirte como existencia viva,
certeza absoluta que redima
la oquedad que me limita,
constituida en frontera insalvable.
Sí.
Existes inevitablemente,
redentoramente,
pariendo mi ser,
alumbrándome
en el oscuro paritorio de las sombras.
Certeza tú, desde entonces,
Mayo 18 a las cinco menos cuarto.
Primavera llovía.
Estabas triste
porque las golondrinas,
porque los almendros,
porque había añadido el arco iris
un luto inapropiado.
Te colgaba la tristeza como una luz,
tristeza escondida bajo la falda gris,
blusa blanca,
sujetador a juego con la trenza,
con las margaritas rubias de tu pelo.
Certeza te hiciste aquella tarde.
Te pregunté por el beso,
mayo 18 a las cinco menos cuarto.
Quedamos para mañana,
para ayer,
para siempre,
para nunca,
para entregar los labios,
para fluir la luz
de las manos a las manos.
Desde entonces tengo la certeza.


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