martes, 27 de septiembre de 2011

UN GOLPE DE ALEGRIA

Se hizo el agua de golpe. De repente la alegría. Ibamos sucios de inercia, de costumbre, rutina amontonada. Economía todo, todo recortes. Mercados, agencias, trichet, botín, gonzález. Congelación, desahucios, pobres paseando el hambre por las aceras. Real decreto, Decreto Ley. Alma de cartón. Corazón sin memoria de enamorado. Hombre-boletín-oficial-del-estado. Abandonado el amor, el beso abandonado en las puertas de un hospicio cualquiera por si quiere adoptarlo Bruselas o el Fondo Monetario Internacional.

Un chorro de alegría por las plazas de España. Juventud con guitarras. Viejos con una guerra en los muñones. Mujeres más mujeres con el grito independiente. Hombres por fin rebeldes haciendo esperanza. Todos como artesanos, modelando la vida como un búcaro humilde pero fresco, muy fresco, para inyectar coraje al desaliento. 15-M le llamaron porque fue primavera, renacer, solsticio de alegría, un golpe de flores en la espalda. Miles y miles, con la voz vertical, erecta como cipreses rebeldes, pero suaves como espadas de algodón. Pidieron, exigieron y exigieron y exigieron. Los golpearon, los arrastraron, los pisotearon. Pero exigieron y exigieron y exigieron. De espaldas los políticos, con ojos en la nuca por si acaso, sonriendo por encima del hombro, no se sabe si cómplices, si desprecio, si indiferencia. Pero por las noches soñaban con plazas llenas de guitarras, de viejos con guerra en los muñones. Y les entraba miedo porque a lo mejor era razonable pedir un cambio radical, necesario ser antisistema porque el sistema apretaba demasiado, porque lo siempre establecido era desestabilizante, porque el equilibrio es imposible, porque despeña demasiadas ilusiones, porque hay derechos asumidos para no cumplirlos, porque hay que amar a los pobres prefiriendo a los ricos.

La presidenta de la Comunidad de Madrid les ha tildado de “pendencieros” y “camorristas”. Los “indignados”, los “camorristas” y “pendencieros”, “abogan por un principio de democracia directa” bajo el que “se puede esconder un golpe de Estado”. Algo sabe Esperanza de golpes de estado. ¿Se acuerdan del sindicato del crimen? Ansón argumentaba que no había otra forma de derrocar a Felipe. Terrible denominación: sindicato del crimen. Trabucos enmohecidos de generalísimos amortajados. Tiene miedo Esperanza a las guitarras, a la alegría, a viejos con la guerra en los muñones. Tiene un miedo hondo a sillones hundidos, removidos por una democracia acartonada, fosilizada. Tejero golpista. Pistola negra queriendo inaugurar una negra contienda. “Todos al suelo”. Donde a lo mejor nos quiere esta Esperanza-Puerta-del-Sol-propiedad-privada.

Los políticos de hoy, no han de permitir que “la demagogia de resentidos y minorías organizadas cambie fatalmente el rumbo de la historia” Ha equiparado los movimientos populares actuales con los de la Revolución Francesa, y ha asegurado que cuando a la democracia se le añaden adjetivos como “orgánica, popular o directa, en realidad se está hablando de dictaduras” A Esperanza se le indigesta la Revolución francesa. Demasiado para su talle de marquesa a lo mejor destronada por la exigencia de una Constitución que nunca votó, porque debió pensar que era demasiado blasfema con la aristocracia y con un régimen oxidado.

Los políticos salieron del pueblo. Caminaron deprisa hasta sus sillones. Allí se instalaron y fuero dejando atrás las alpargatas, los zuecos, las albarcas de las calles. Se vistieron de Armani y alimentaron el miedo a las manchas de aceite y caldo caliente. Pero los ciudadanos están ahí. Pidiendo en las aceras. Sin trabajo por millones. Sin casas por hipotecas. Sin asistencia porque enfermos. Sin vida mujeres limpias porque los puñales, los cuchillos, las navajas. Políticos que olvidaron las manos de los amigos que pueden mancillar a los banqueros, los empresarios. Que dejaron atrás las guitarras, las hermosas utopías, las llanuras feriales de los pájaros. Tristes, miedosos, sitiados contra la pared oscura del poder.

Miedo a un golpe de estado. Esperanza asediada por muchachas con palomas calientes debajo del jersey, por chavales que cantan la libertad perdida, por viejos que llevan una guerra en los muñones. Esperanza huérfana de caminos, perseguida por unos ojos limpios que divisan a otros hombres de pie en el horizonte.

1 comentario:

pcjamilena dijo...

Agua retenida sin libertad en el pantano del miedo. Por fin se abrieron las compuertas, y se dispararon los sueños. Eso lo podemos certificar los que estábamos, esperando, la apertura como agua de mayo. Alegría que nadie podrá quitarnos.

Hoy, a alguien le parece mucho lo andado. Y no es suficiente con no avanzar: hay que desandar lo andado. Y como siempre los recortes a la masa. Ahora que por desgracia está desorientada, como enjambre de abejas sin el referente de su “reina”. Sin saber por donde le llegan los tiros.

Los del muñón que, aún tienen en su corazón una mano abierta diciendo: ahora, juventud, te toca a ti empujar y cerrar las compuertas para no dejar escapar lo ganado. Alguien quiere cambiar justicia social por caridad, porque ese alguien quiere acallar su conciencia ricachona con sus dádivas.

Un abrazo amigo.