viernes, 16 de septiembre de 2011

VOTO REFLEXIVO

La democracia es un sistema de responsabilidad compartida. Todos debemos contribuir a su caminar porque todos somos cooperantes de su plenitud. Desentenderse de la aportación del propio esfuerzo para delegarlo en los políticos es un error que pagamos muy caro. La democracia soy yo, y tú y tú. Nunca fue un regalo. Entre todos la trajimos a este mundo y todos debemos acunarla, siempre recién nacida, hacia la cúspide. En el fondo la democracia es amor, preocupación por el bienestar del otro, esfuerzo solidario para que la comunidad en su conjunto viva en libertad, en justicia distributiva y en derechos igualitarios. Es aquello de igualdad, libertad, fraternidad.

Están próximas unas elecciones generales. Los cuatro últimos años del partido en el gobierno le han llevado a una derechización indiscutible. Serán los mercados, Merkel, Sarkozy o la estafa creada por los poderosos de la tierra. Los pobres siguen siendo inocentes, aunque a ellos se les carguen, como siempre, las consecuencias. La historia marcha sobre sus hombros. Encima van las multinacionales acaparadoras de los alimentos básicos, los bancos, usureros de gomina y jet privado, los explotadores que construyen sus propias pirámides. Muchos atribuyen a los empresarios la creación de riqueza cuando en realidad son los trabajadores los que la producen. El empresario no es el que da de comer a veinte familias, sino que son veinte familias las que permiten el lujo del empresario para el que trabajan. La partícula “para” es muy significativa. Y mientras el capitalismo no subvierta el orden seguiremos viendo cómo todos trabajamos en beneficio de unos pocos.

Hubo elecciones en Mayo. En ningún programa figuraba desguazar la educación, la sanidad, los servicios sociales. Cuatro meses después, emerge la privatización de todos ellos. Cuando se privatiza un servicio, se convierte conscientemente en un negocio con la consiguiente pérdida de derechos y su falta de calidad. Se han despedido profesores, se cierran centros de urgencia y ambulatorios, se pide a los facultativos que frenen los ingresos de pacientes y que se den altas en el mínimo tiempo posible, se deja de pagar a las farmacias, se suprimen sindicalistas liberados, se ignora a los dependientes, se donan terrenos y aportan fondos públicos a confesiones religiosas que imponen un retraso mental (sí, retraso mental) por anti histórico a sus alumnos. Piénsese en Comunión y Liberación (Lucía Figar), en los Legionarios de Cristo (una denominación anticristiana si paliativos) en el Opus, modelo de un clasismo descatalogado, etc. Estas elecciones han tirado abajo derechos que han costado muchos esfuerzos conseguirlos. ¿Votaríamos hoy, ante la evidencia de los resultados, lo que votamos en Mayo?

A nadie asusto con la llegada de la derecha al poder. Pero urge pensar, reflexionar y sacar conclusiones. Los políticos son un problema para la ciudadanía. Lo dicen las encuestas. Es cierto que no despejan con su acción la situación que vivimos. Pero que nadie se escude en ellos porque todos somos responsables, por nuestra propia desidia en contribuir con esfuerzo que se nos exige. Hay que repetirlo: la democracia es el resultado de la aportación de todos. Y además, que nadie saque la conclusión de que todos los políticos son iguales. Si así fuera, deberíamos abolir los partidos y clamar por una dictadura que nos imponga por las armas lo que debemos hacer y nos relevara de la responsabilidad d sentirnos hacedores de nuestro futuro. Desanima oír esta afirmación con frecuencia. No es así en absoluto. Unos nos meten en una guerra ilegal y otros nos sacan de ella. Que cada cual recapacite sobre diferencias.

No se trata de pedir el voto para la izquierda, despreciando la legitimidad de la derecha. Más bien se trata de que cada uno reflexione su voto seriamente para no tener que arrepentirse inmediatamente después de las elecciones de lo sembrado en las urnas.

La democracia somos todos. La libertad es una oferta interior que nos interpela. Sólo falta que la amemos con la profundidad que sólo el amor sabe para convertirla en la amante enamorada de la soledad que somos.






3 comentarios:

pcjamilena dijo...

La democracia cuando se nace en una dictadura, se conoce de oídas y como pasa con muchas cosas que no se tienen, se desean, y mucho más si en ella se presupone, desde las ataduras y la mordaza en la que se vive: la libertad.

Uno que ya votó, lo que entonces había, plebiscitos de Sí o No, y aquello del tercio familiar, sindical... Y que formé parte de alguna mesa por imperativo legal. Aunque alguna vez me lo tomé a pitorreo.

Reconozco que hoy día voto, influenciado, más que nada por conocer a gente honrada a las que les doy mi voto. Eso de “que todos son iguales”...

Lo que si me asalta la duda es que se haya acabado la dictadura... del todo.

Como siempre un abrazo, estimado maestro.

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

Querido mío, los que han nacido ya en democracia no pueden tener conciencia clara de lo antes se padeció bajo uns sanguinaria dictadura.

Cierto es que la democracia es de todos. Todos debemos trabajar por ella día a día.

Sin embargo, lo que se firmó en aquella necesaria Transición es mejorable. Y en beneficio de un vivir más justo y solidario -aunque sea por obligación- debemos seguir progresando. Cada hombre un voto sería absolutamente veraz con una democracia participativa, donde no tenga que dar mi confianza de antemano al cantamañanas de turno que se cobija en una lista cerrada.

Respecto al PP ya está todo dicho. En cuanto al PSOE, es una auténtica vergüenza ser comidilla de lso emdios de información por las peleas internas ante la bazofia que queda. Y Blanco, como el aceite, queriendo ser primera página en todo no hace más enredar y sacar los trapos sucios.

La suerte esta echada. Pero no llegará a dos años el hartazgo de la ciudadanía que ahora se cree todo lo que el PP le dice. De nada vale lo que ya están haciendo en Madrid, C-LM...
La catástrofe del PSOE debería servir como catarsis profunda. Retomar los principios del socialismo, sentirlos en las entrañas y recomenzar. Los chupópteros, a la calle de una buena patada. Porque ahora mismo no existe ideario político como referente de defensa del trabajador y del bien social entre los que nos representan. Algunos lo han olvidado. Otros no saben ni qué es.
Besos con mi cariño, bonico.

Maximinimalidades dijo...

¡Saludos
Viendo lo sucedido con el programa Psoe, poco cumplido por pragmático,,doblegados por la realidad capitalista sistémica y los casos corruptos propios; las ganas de echarlos, por mayorias voluntarias o seducidas con caramelo, anuncian la ganancia PP, para mí son burdos, sin buena imagen y motivaciones; pero la falta de voluntades,, y una formación progresista o izquierdas consolidada, quizas la gente piense que invertiran y crearan más trabajo, y así compensar el recorte de derechos...que no quepa dudas que serán más favorables al capital de lo que ya son.
Mientras la corrupción de la derecha a nadie parece importarle, debe ser lo natural,,En fin parece que no se tuvo bastante con Aznar y la verdad el panorama político parece que no se movió después de más de treinta años con los mismos y las mismas premisas anquilosantes, y las gentes de España parece que reacciona por artazgos, cuando se vea la realidad PP ya se lamentarán. Lo peor es lo que se deja por el camino de las privatizaciones, y las renuncias de los más afligidos, agrandando las bolsas de necesitados...