Aznar es una conciencia itinerante. Apoyado en FAES, en GEES, enjugándose el cansancio con esa verónica que es María San Gil, va por el mundo sembrando la buena nueva de una salvación fundada en valores eternos. El gran economista, el gran ecologista por lazos matrimoniales, el luchador contra el terrorismo mundial, vicario del Bush fugitivo, defensor católico-Benedicto contra la destrucción que los árabes aportaron a España durante ocho siglos, peregrina alentando a la humanidad a que se rebele contra quienes quieren instalarnos en el relativismo olvidando principios y referentes inamovibles
Sebastián Piñera lidera la derechista Alianza Chilena. Y allí está Aznar, músculo insustituible de la victoria, impartiendo futuro para que su líder sepa orientarse en este mundo convulso de la economía. “Cuanta más libertad, cuanto más mercado, cuanto más comercio, cuanta más transparencia y responsabilidad haya, antes se saldrá de la crisis”. El gran fraude de la banca americana con Madoff como ejemplo nada le dice al economista Aznar. El entiende y comparte el orgullo hedonista y autosuficiente de ladrones convictos y confesos, redimidos por la injusticia de gobiernos cómplices de la miseria del mundo. “Más mercado y menos regulación estatal” De esta forma habrá dinero para guerras preventivas que enriquecerán a los posteriores reconstructores de naciones aniquiladas. Nadie les va a pedir la rehabilitación de las vidas humanas. Entra dentro de la lógica del vicepresidente americano, por ejemplo
Azanr “es un personaje que está fuera de la política real, tanto española como latinoamericana”, que “se ha transformado en un gurú errante de la derecha que anda con el rumbo perdido”. Lo asegura Francisco Vidal, portavoz del ejecutivo chileno. El gobierno cierra su corazón a la buena nueva de este milagro económico proclamado por Aznar. No es consciente de la salvación que para el mundo significaría poner en práctica este sermón de la montaña del arcángel visionario de futuro. “El milagro de la economía española soy yo” Lo dijo en su día surgiendo de la zarza ardiente de su onanista egolatría.
Y junto a la economía, el terrorismo. Porque para Aznar, como en general para el Partido Popular, la política se define por el antiterrorismo, hasta el punto de que todos somos terroristas mientras no nos cobijemos en ese guantánamo redimido regentado por Alcaraz, Acebes, Zaplana, del Burgo, Estarloa y María San Gil. La política vasca, relicario de Mayor Oreja, reconvertida en ideóloga FAES, habla en una universidad católica sobre la simbiosis PNV-ETA. Y desde la más flagrante contradicción, proclama que los nacionalistas vascos siempre han condenado el terrorismo etarra, pero que "se aprovechan mezquinamente de su existencia para conseguir mejores resultados electorales" y "nunca ha querido derrotar a ETA". Ese partido, añade San Gil, “comparte con ETA el proyecto de independencia” y si desaparece, la visión independentista se viene abajo. Su existencia es por tanto rentable. María, sudario de tanta sangre española, nada dice sobre el terrorismo de Pinochet y Franco, nada sobre el perpetrado en Irak o Gaza. A los que TAMBIEN condenamos estos terrorismos, el GEES nos llama carroñeros e Isabel San Sebastián nos equipara con De Juana y nos califica como alimañas, hienas y buitres que nos alimentamos de odio y rencor.
María-Aznar-Isabel. Exportadores de bilis amargas, comerciantes de penas calientes, mercaderes de una sangre que a todos nos escuece.
A los españoles nos duelen todos los terrorismos. Lamentamos que por las anchas avenidas de Allende se cuelen residuos, sólo residuos, de resentimiento oxidado de añoranzas.
Sebastián Piñera lidera la derechista Alianza Chilena. Y allí está Aznar, músculo insustituible de la victoria, impartiendo futuro para que su líder sepa orientarse en este mundo convulso de la economía. “Cuanta más libertad, cuanto más mercado, cuanto más comercio, cuanta más transparencia y responsabilidad haya, antes se saldrá de la crisis”. El gran fraude de la banca americana con Madoff como ejemplo nada le dice al economista Aznar. El entiende y comparte el orgullo hedonista y autosuficiente de ladrones convictos y confesos, redimidos por la injusticia de gobiernos cómplices de la miseria del mundo. “Más mercado y menos regulación estatal” De esta forma habrá dinero para guerras preventivas que enriquecerán a los posteriores reconstructores de naciones aniquiladas. Nadie les va a pedir la rehabilitación de las vidas humanas. Entra dentro de la lógica del vicepresidente americano, por ejemplo
Azanr “es un personaje que está fuera de la política real, tanto española como latinoamericana”, que “se ha transformado en un gurú errante de la derecha que anda con el rumbo perdido”. Lo asegura Francisco Vidal, portavoz del ejecutivo chileno. El gobierno cierra su corazón a la buena nueva de este milagro económico proclamado por Aznar. No es consciente de la salvación que para el mundo significaría poner en práctica este sermón de la montaña del arcángel visionario de futuro. “El milagro de la economía española soy yo” Lo dijo en su día surgiendo de la zarza ardiente de su onanista egolatría.
Y junto a la economía, el terrorismo. Porque para Aznar, como en general para el Partido Popular, la política se define por el antiterrorismo, hasta el punto de que todos somos terroristas mientras no nos cobijemos en ese guantánamo redimido regentado por Alcaraz, Acebes, Zaplana, del Burgo, Estarloa y María San Gil. La política vasca, relicario de Mayor Oreja, reconvertida en ideóloga FAES, habla en una universidad católica sobre la simbiosis PNV-ETA. Y desde la más flagrante contradicción, proclama que los nacionalistas vascos siempre han condenado el terrorismo etarra, pero que "se aprovechan mezquinamente de su existencia para conseguir mejores resultados electorales" y "nunca ha querido derrotar a ETA". Ese partido, añade San Gil, “comparte con ETA el proyecto de independencia” y si desaparece, la visión independentista se viene abajo. Su existencia es por tanto rentable. María, sudario de tanta sangre española, nada dice sobre el terrorismo de Pinochet y Franco, nada sobre el perpetrado en Irak o Gaza. A los que TAMBIEN condenamos estos terrorismos, el GEES nos llama carroñeros e Isabel San Sebastián nos equipara con De Juana y nos califica como alimañas, hienas y buitres que nos alimentamos de odio y rencor.
María-Aznar-Isabel. Exportadores de bilis amargas, comerciantes de penas calientes, mercaderes de una sangre que a todos nos escuece.
A los españoles nos duelen todos los terrorismos. Lamentamos que por las anchas avenidas de Allende se cuelen residuos, sólo residuos, de resentimiento oxidado de añoranzas.
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