A lo mejor nacemos otro día
con los huesos de luz y alma de luna.
A lo mejor te encuentro por alguna
coincidencia del viento y la alegría.
A lo mejor morimos otro día,
huesos obscuros, alma de laguna.
A lo peor no te encuentro por ninguna
consecuencia de la melancolía.
Tú vienes y yo voy hacia el encuentro,
pero desconcentrados en la vida
y en la conciencia neta de la muerte.
Tú vienes y yo voy buscando el centro
descentrado del hombre y de la herida
abierta de no verme y de no verte.
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