miércoles, 9 de diciembre de 2015

DEFENDER LA TRISTEZA


No consigo defender la tristeza.
“Yo tengo azul el alma” dije entonces,
porque azul la imagino,
porque azul pienso la conciencia
que no encuentra salida para tanta palabra
ahogada en la garganta.
Nací azulado.
El corazón venía cansado desde antes.
Regresaré al azul,
a esa cianosis que anuncia
que el tiempo está rendido,
arrepentido de ser tiempo
y exige mi rendición sin condiciones.
No está bien vista la muerte
aunque sea simplemente
el cumplimiento de un orden preestablecido
por esa eterna pregunta sin respuesta.
Nací huyendo de la nada.
Moriré para esconderme en la nada.
Y entre la nada y la nada,
el hueco azul de la tristeza.
No consigo defenderla,
pero que nadie la rompa
porque esa tristeza es todo lo que me queda
del entonces que fui,
del mañana que no seré nunca.


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