¿QUE SERA LO QUE TIENE EL NEGRO?
Ya entonces, no sé cuándo, lo preguntaba una canción
que se convirtió en popular. Madre, qué será lo que tiene el negro? A lo mejor
entonces, no sé cuándo, era verano y el negro servía para que alguien triunfara
y recolectara dinero para pasar el invierno. La picardía del negro servía, y eso era lo importante:
utilizar su capacidad de ser utilizarlo para que el verano poblado de bikinis se
poblara de un falso miedo atractivo, picaresco, provocador que diera lugar a
llamar a la madre sin mayor deseo de que alejaran al negro que jugaba a meter
mano donde se temía-deseaba que metiera mano.
Hubo otro entonces, no sé cuándo, que anunciaba la
llegada del negro. ¿Se acuerdan? “Ya viene el negro zumbón…” cantando
alegre…no recuerdo qué. Pero evidentemente lo de zumbón no podía aplicarse a
nadie más que a un negro. Por Goya, Serrano, Sierpes o Génova no van los negros
zumbones. Van los embajadores con chofer-sirvienta-de-cofia-uniforme, los campeones
que firman autógrafos, los actores guapos que se hacen fotos. Los que meten
mano, los-sin-papeles-top-mata-ilegales compran el pan en Lavapiés y en
Lavapiés huyen de la policía porque la ley es igual para todos, porque la ley
está para cumplirse, porque hay un orden establecido, porque han venido a
quitarnos el trabajo, porque son los culpables del paro, aunque algunos culpan
a la reforma laboral y es mentira, porque algunos tienen la manía de achacar a
Rajoy lo que Rajoy no ha hecho, ni Báñez, porque ella ha levantado España con la ayuda
de la Blanca Paloma. A lo mejor para eso ha venido el negro, mami, y no para lo
que algunos imaginan, no para cantar el alegre compás, porque él es un zumbón sin más.
Hubo otro entonces, no sé cuándo, que existió Ana
Mato. Y le cantaba lo del negro en los cumpleaños-gürtel con globos y confetis.
Se abstrajo del ébola, se inhibió de su ministerio de sanidad porque no lo
creía importante. Pero dedicó toda su energía en averiguar qué es lo que quería
el negro. Y lo sitió por el cáncer, la cardiopatía y la nefropatía. Les quitó
la sanidad. Los desnudó de su derecho a vivir y lo arrinconó en su derecho a
morir. Morir es un derecho reconocido y su conciencia cristiana no le permitía
arrancarle ese derecho universalmente aceptado en consonancia con la Unión
Europea e incluso la ONU.
Y llega el ahora. Presupuestos sociales-electorales. A España no la conoce ni la madre que la
parió, que diría Alfonso Guerra. San Mariano ha hecho el milagro y se arrodilla
Montoro, Margallo, Cospedal y el desterrado Floriano. Ya hemos vencido la
crisis que nos legó Zapatero. Crecemos hasta el punto de que el FMI y Merkel
nos tienen que frenar porque amenazamos con volver a poner a Rato al frente del
dinero del mundo y a Wert-novio-marido-embajador que estás en los cielos al
frente de Europa.
Y llega el ahora, este pre-futuro-elecciones. Ahora es
el alzad los brazos, hijos del pueblo
español, que empieza a resurgir. Mariano ha tardado cuatro años en
profundizar y averiguar qué es lo que quiere el negro. Y manda que los negros,
además del derecho a morirse, tengan la posibilidad de ser artríticos, padecer
una EPOC, o sufrir diabetes. Rajoy se hace selfies, besa a niños con mocos y ha
puesto en su despacho la foto de Aguirre abrazada a una negra.
El ministro de Sanidad no lo tiene tan claro. El
secretario de estado dice que si se atiende a los negros, los consejeros
respectivos lo pagarán con su patrimonio. Y en esto que llega Don Limpio. Fregó
Badalona de rumanos que delinquen, de musulmanes que rezan, de gitanos que
recogen chatarra, de mujeres que esconden sus caderas en faldones largos, de
niños que sólo son niños. Don Limpio
limpió Badalona. Vaya usted a un pueblo. Reúna a todos los delincuentes-extranjeros
o extranjeros-delincuentes porque esto es capicúa, ponga dos metros de Don
Limpio y los nacionales disfrutan otro 1.492 con Isabel-Albiol-Fernando. Badalona
es la nueva Granada sin Alhambra ni Generalife y sobre todo sin el Sacro monte
gitano. La primera medida que Albiol tomará si gana las elecciones, será
derogar la medida social (reparen en las dos palabras juntas) de la asistencia
sanitaria y devolverá a los inmigrantes el derecho a morir sin más. Ni siquiera
Rajoy el sin-rescate, el sin-recortes, el del mejor-estado-de-bienestar, el que
le hizo frente a Merkel, a la troyka, el nunca-presionado, el que
presiona-a-al-presidente-de-BCE, el que reconoce el derecho sanitario para todos, porque a todos hay que inyectarles el miedo a otros partidos, el del equilibrio,
el de la estabilidad, el del conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal
alguno-como-el-cielo-de-Rouco, tiene la potestad de llevarle la contraria a Don
Limpio.
Cuando hay elecciones, Aunque
la virgen sea blanca,
píntame
angelitos negros
que
también se van al cielo
todos
los negritos buenos
Ahora resulta que no hay que temerle al negro, que el
negro tiene derechos, que no tenemos derechos a privarle de derechos, que los
votos se vuelven blancos en las urnas, que hemos echado demasiado Don Limpio.
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