jueves, 10 de abril de 2014

REGRESO A TI


Regreso a ti.
Traigo un camino de ceniza
atado a los pies.
Montes incrustados entre los dedos.
Trozos de memoria rota como cristales,
penas en pedazos,
huellas de escombros,
de estrellas salpicadas
de esa tristeza azul
que tienen los barcos hundidos.
Regreso a ti.
Avenidas de árboles frustrados,
de sombras sin raíces
donde se prostituyen las lunas
para sobrevivir en las noches sin pájaros.
Regreso a ti.
Espero que me esperes,
que recojas lo que queda de cansancio,
de desesperanza,
de hastío.
Espero que me estés esperando
con un baño caliente, como entonces,
con un café cargado, como entonces
y me arropes en besos, como entonces,
al calor de tu piel, como entonces.
Regreso a ti.
Hazme sentir.
Enséñame a andar apoyado en el viento
sin ese miedo amargo,
sin vértigo de la altura.
Necesito  el calor del abrazo,
el techo de tu cuerpo cubriendo mis ruinas.
Regreso a ti.
Para que poco a poco me rehagas,
reconstruyas aquella luz antigua
que besaste el primer día.
Recréame.
Porque cuando buscaba, te buscaba,
y besaba tu carne cuando la primavera,
y era la humedad de tu piel cuando la lluvia.
Eras tú cuando todo me sabía
a tus labios salados,
cuando eras  más que un pronombre personal
más que un adjetivo posesivo.
Regreso.
Quiero estar y ser en ti.
mundo único,
mi estilo de existir,
de convertir tu aliento
en el tiempo que me conforma vivo

y viviente en la vida.

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