domingo, 20 de abril de 2014

ESA HIERBA


Me crece la hierba entre los ojos.
Es como regresar al paraíso terrenal de ayer
con ríos papel de plata
y nieve polvos de talco.
Pero  no me  acostumbro
al niño de entonces
jugando a ser hombre,
fumando a escondidas,
besando al descuido,
acariciando pechos
de paloma encendida.
Mi hierba  está pisada,
hundida,
manchada del barro acumulado.
Llevo muchas despedidas
de trenes que se fueron,
que se hicieron olvido,
nostalgia.
No sabría ser niño.
Mis manos tienen huellas
de muslos vencidos,
de bocas herméticas,
de onanismos oscuros.
Soy sólo una soledad sin nombre
de pisadas antiguas,
de tiempo oxidado
sin una hierba buena
para dormir mi cansancio.
Deja que apoye mi vida
en ti,
cobijado en los pliegues de tu vientre
recién descubierto
como una tierra prometida.
Quiero que me sostengas
en el arco iris de tu cintura,
en los tallos azules de tus ojos,
en la catarata rubia de tu pelo
siempre naciendo

en el cielo de tu boca.

No hay comentarios: