sábado, 8 de marzo de 2014

AFONIA


No siento la  palabra.
Hay una carestía interior de sílabas
que se esconden del viento.
Y está afónico el árbol,
el mar,
el río.
No sé qué hacer
sin ese término íntimo
que pronuncia la ternura,
que te llama “cariño”,
que arde cuando dice tu nombre
y dice en realidad tu cuerpo.
No sé qué hacer.
Necesito deletrearte,
poco a poco,
como un beso que progresa
centímetro a centímetro en tu piel
hasta la cúspide de ti,
hasta el vértice
donde se pierde el aliento
y se convierte en gemido.
No sé qué hacer
con este ramo voz
atascado en las cuerdas bucales,
amarrado al silencio.
Se está pudriendo el perfume
de tanta rosa embridada
que no puede galopar hasta tu vientre.
No sé qué hacer con el silencio
clavado en mi garganta,
con esta afonía que prohíbe tu nombre.


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