martes, 13 de marzo de 2012

LUZ CONVERTIDA


Tu cuerpo era madrugada
por las calles oscuras.
Un crujido tu risa por las cúpulas
del noviembre otoñal.
Huías del amor, de aquel último amor,
hacia ninguna parte.
Sombras en los talones de la luna,
olvidadas las manos en un cuerpo lejano
que se quedó flotando en la memoria.
Tenías los caminos colgados de tus venas
para tu caballito de cartón
y tu gato de estrellas y colores.
Venías de regreso,
madrugada que eras cuando eras,
con escombros de estrellas,
con la luz desguazada del recuerdo.
Te has quedado a la orilla de ti misma,
sombra de ti, voz de ti,
profundidad y altura,
para ser tu olvido y tu memoria.
A lo mejor te has hecho madrugada,
risa crujiente, pan de leña buena,
preñada seminal de marzo alegre,
desde aquel noviembre ya lejano.

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