Estalló Noruega y el mundo se inundó de sangre. La muerte amontonada en una isla íntima. Juventud despeñada hacia la nada. Padres reventados de dolor. Novios y novias sin el primer beso para siempre. Embestida la chavalería en su centro vital como unas torres gemelas de ilusiones altas.
Europa lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Y todos damos la espalda como si nada pasara. Nos vamos escorando como sin darle importancia. Trepa el racimo, se intima con la xenofobia, se justifica el rechazo de quien viene con el hambre a cuestas porque nos roban el trabajo, obstruyen la sanidad, degradan la educación, se priorizan sus necesidades sobre las de los propios nacionales. Y entonces llega la derecha, la ultraderecha, y pone las cosas en su sitio. Primero nosotros, después, muy después, los mendigos que quieren sólo las migajas que se nos caen de la mesa, que piden pico y pala y un catón para sus hijos.
La matanza ha sido un acto atroz, pero necesario. Lo dice quien se confiesa autor de tanta muerte de una cosecha limpia que quería cambiar el mundo, igualar el pan para que todas las bocas mastiquen la alegría de vivir. Europa, España incluida, lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Hay que expulsar a los inmigrantes. Por lo visto se han ganado el hambre a pulso. No es producto de la explotación colonial. El hambre es un privilegio de los pobres, como el lujo lo es de los ricos. Y la ultraderecha europea, incluyendo a la española, firma esta evidencia de la vida porque la vida es así y tampoco estamos aquí para cambiar el mundo. Hasta la Iglesia acepta que los designios de Dios son inescrutables, que siempre habrá pobres entre los humanos y que ellos tienen reservado el cielo ya que nadie les dio una participación gozosa en la tierra. Algunas religiones son una fábrica de fundamentalistas que hacen saltar por los aires los trenes de Atocha, el metro de Londres, las torres gemelas o el paisaje juvenil y transformador de Utoya.
Hay que segar la vida de quienes quieres subvertir eso que llaman el orden natural. Matanza atroz, pero necesaria. ¿Necesaria para quién? Para quienes ven peligrar sus privilegios. La banca, las multinacionales, la bolsa, los mercados. Sería fácil eliminar la miseria del mundo, pero es más fácil eliminar a quienes quieren cambiarlo. Es más rápido matar que engendrar. A la banca se le ha llenado de dinero. Sus dirigentes eran antes los despreciables usureros. Hoy son respetables dirigentes y hay que tenerlos contentos. Pueden darse el lujo de colocar al mundo al borde de una crisis económica. Lo pueden hacer porque son ricos. Los pobres aguantarán las consecuencias. Serán desahuciados de sus casas, perderán el trabajo, la sonrisa de los hijos, se llenarán de angustia, de depresión, pensarán en el suicidio porque nada les queda, ni siquiera el domingo festivo de vivir.
Ahí está la rebelión del 15-M. Sembrando el mundo de despertares de alefría, de esperanza, de cambio. Enfrentados a un sistema político, económico que se sostiene sobre las espaldas de la miseria. Con las manos en alto para que nadie piense en el miedo. Tachados de secundar a ETA, de estar dirigidos por fuerzas radicales, subversivas, destructores del “orden establecido”, de totalitarios. Así comenzaron los Hitler, los Lenin, los Mussolini. Lo dijo Esperaza. Y la aplaudieron. Mientras, los que pueden dan órdenes de desalojar. Huele mal el ambiente. Hay suciedad. Les han cortado el agua. Los han dejado sin letrinas. Podrán después criticarlos con razón. Es otra manera de destruir, de matar ilusiones, de enterrar utopías.
Europa lleva tiempo girando a la derecha, a la ultraderecha más bien. Alguien nos está advirtiendo que es una matanza atroz, pero necesaria.
A lo mejor nadie nos llora, nadie entierra nuestros cadáveres porque fuimos cómplices de tanta tierra ensangrentada.
1 comentario:
Hay un discurso en la pelicula "Su excelencia" año 1966 donde Cantinflas expresa todo lo que el mundo debería cambiar para hallar la paz, la igualdad y la hermandad que el hombre necesita.http://www.youtube.com/watch?v=3_Ohe29NMV4 (1ª y 2ª parte)
Maravilloso artículo maestro
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