jueves, 21 de julio de 2011

BONO NUNCA FUE BONO

Bono va por la vida de socialista. Bono va por la vida de cristiano. Bono va por la vida de Bono y nadie sabe quién es José Bono. Parece el misterio trinitario en el que hay que creer porque su explicación vivencial resulta imposible.

¿Bono es socialista? ¿De izquierdas Bono? Habla a quien le quiere oir lo que el oyente quiere escuchar. Pero es incapaz de dar una conferencia ante un público que conozca la materia que trata. Tiene palabras, pero carece de ideas. Por eso va sembrando refranes por las televisiones, las tiendas, los cortijos, las panaderías calientes de pan bueno.

¿Bono cristiano? Anda vanagloriándose de su cristianismo. Pero el cristianismo no es una jactancia, sino un testimonio doloroso a veces. Cita a Jesús como podría citar a Angela Merkel. Como de oídas. Como algo leído de paso en el expositor de un kiosco de barrio. Político tibio, disfrazado de sí mismo, mimetizado de un cristianismo refranero que tanto gusta a la Jerarquía, con una sentencia aplicable a cada problema, sin núcleo central, sin cruz amarga en el centro. La Biblia es dura: “porque eres tibio, porque no eres frío ni caliente, siento ganas de vomitarte de mi boca”

Bono se confecciona sus trajes políticos y cristianos a medida, como Camps. Es otra forma más sutil de corrupción. Lleva corbata, siempre corbata. No como algunos ministros que se desabrochan el cuello. Alguien –no recuerdo quien- se preguntaba para qué sirve la apertura de la camisa. Para ponerse la corbata, se respondía. ¿Y para qué sirve la corbata? Para tapar el vacío del cuello. Bono sin corbata no es Bono. Como no lo es sin ese floreado socialismo y ese cristianismo de solapa del que no se desprende.

Hablar d ETA sin abrazar a sus víctimas resulta casi imposible. Bono puede hablar del golpe militar del 36 y no acordarse de sus muertos, de la sangre vertida, de tanto dolor cosechado a lo largo de una dictadura de cuarenta años. Bono tiene la desvergüenza (las cosas por su nombre) de hablar de nuestra historia más cruel sin condenar a un dictador, sus métodos terroristas y su memoria de botas negras. Para algunos ser de izquierdas significa sólo padecer una hemiplejia mental.

Ser de izquierdas es vivir comprometido con los más pobre de la sociedad. Por encima de los sin pan, sin casa, sin cultura, están los sin vida. Los muertos son la pobreza evidente del mundo Hubo un General que firmó penas de muerte, que fusiló sin misericordia, que ordenaba matar mientras aprovechaba la sombra eclesiástica del palio. Un caudillo por la gracia de Dios con la complicidad de una Jerarquía sacrílega que hacía creer que los ejecutados accedían a la muerte por ser enemigos de Dios y que en consecuencia lo tenían merecido.

Bono no ha sido capaz de condenar en su discurso conmemorativo del 18 de Julio ni al militar asesino, cruzado por los designios de Dios, ni a una Iglesia cómplice que prefirió los beneficios económicos a la denuncia profética del evangelio.

Bono, tercera autoridad de un estado democrático y aconfesional, incapaz de abrazar a las víctimas de una dictadura infame. Bono, enfermo de una hemiplejia mental, debería ejercitarse para no repetir idénticas respuestas para preguntas distintas. Necesita una rehabilitación permanente, creativa, para convertir su patología en actitud creíble. Y por favor, no convierta su cristianismo en un refranero digno de la sección femenina.

Ser humano es la tarea de inventarse día a día. Cuando uno se repite a sí mismo, se renuncia a la originalidad de estrenar el mundo cada mañana.



4 comentarios:

pcjamilena dijo...

Tras 29 meses intentando por todos los medios: Ejecutivo; Legislativo y Judicial, entregado de lleno a tapar las: “manchas de sus trajes”. Y no pudiéndolo evitar, dimite como mártir y por Rajoy. Bueno, cada uno pasa ese trago inevitable de decir adiós como puede. Pero que venga ahora González Pons explicando la grandeza del gesto, diciendo algo así como que: “por una nimiedad se ha pagado un elevado precio”, poniendo el ejemplo contrario del Faisán y Rubalcaba. Que no, que no tienen remedio. Tiene tan asumido la “inevitable” corrupción, como los narcotraficantes la perdida de un alijo de droga, es precio que hay que pagar... ¡Gajes del oficio! No, no me he confundido.
Lo del Sr. Bono no sé si él, es así o, el puesto que ocupa le imprime ese carácter. Pero usted, como siempre, acertadísimo.
Mi mejor abrazo amigo.

Paco.F.Frías dijo...

Un catolico que se divorcia.Un progresista que condena el aborto. Un idelista rico....Demasiadas cosas para considerarse socialista de espiritu. Siempre me ha olido a chamusquina esggte señor tan estirado.
Como siempre otro tiro más en el centro de la diana maestro. Gracias por atinar.
Paco. F. Frías

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

Cuánta razón, como siempre, querido amigo.

Bono, el señorito que montó la gran fiesta nacional, con Rouco de especialísimo invitado, para conmemorar su nombramiento de ministro de defensa. No sé qué hubiera hecho de llegar a ser presidente del Gobierno.

Bono se ama a sí mismo demasiado. Ególotra y egocéntrico. Amigo y vecino de Zaplana.

Siempre ambiguo. Nada claro. Demasiado señorito. De familia que siempre votó derechas, como Dios manda.

Así le va al Partido Socialista Obrero Español. Con personajes de esta clase cada vez es menos socialista y, evidentemente, menos o nada obrero.

Besos con mi cariño.

narbona dijo...

Chapó...!! Y que cada palo aguante su vela. Recuperar el lenguaje, sin disfrazarlo, llamar al pan, pan, y al vino, vino, cada día más necesario e imprescindible.