“Muchos se han puesto de los nervios” El detonante de semejante patología ha sido el TSJV al proclamar la inmaculada concepción del Presidente de la Generalitat y sus ángeles circundantes. Desde Zapatero hasta el último votante socialista se soporta esta desazón de piernas inquietas, de insomnio, de escalofrío constante. Que gran parte del país viva en esta situación resulta intolerable. Y si a esta situación unimos la gripe A, puede convertirse en una catástrofe de dimensiones alarmantes sin una Trinidad-Jiménez-MIR-en-urgencias que lo arregle. De ahí la recomendación de Rajoy: hay que ingerir grandes cantidades de tila. Además esto beneficia al comercio, genera empleo y puede ayudar a una economía que corre el peligro de convertirse en “corralito” si el Presidente y los sindicatos no hacen caso a Díaz Ferrán que vende trabajadores de saldo por mercadillos laborales.
El ojo clínico de Mariano Rajoy ha detectado la resurrección de la santa Inquisición. Qué triste que a esta lacra se la llame “santa” Pero que nadie piense en Rouco, Martínez Camino o a Cañizares. Se refiere a Garzón, a la policía judicial que filtra contenidos secretos, a los medios de comunicación que estuvieron a punto de ser silenciados merecidamente por Gómez de Liaño que terminó fuera de la carrera judicial por prevaricador (deberíamos recordar tal vez que la prevaricación existe). Y ante estos hechos Rajoy se pregunta: “¿Qué puedo decir yo ahora?” Le sugiero, señor-presidente-apunto, que nos hable sobre Bárcenas, sobre Merino, sobre el espionaje en la Comunidad de Madrid, sobre Granados-Holmes, sobre el anticatalanismo, sobre el portavoz de justicia Trillo, sobre el Aznar-vigoréxico-flexionado ante Bush perpetuamente, sobre la placidez franquista de Mayor Oreja-conquistador-de-Europa, sobre María Dolores-dolorida porque el Gobierno persigue más al Partido Popular que a los terrorista de ETA. Sobre cuántas cosas puede decir una palabra, D. Mariano!
Se va usted de vacaciones con la esperanza (con minúscula, no se asuste) de que el gobierno no le derribe el chiringuito. Cuídelo mucho no vaya a ser que a su vuelta se lo haya destruido Esperanza (ahora sí con mayúscula). Ganas no le faltan a la “cantaora” Ha ganado un tour con su himno nacional incluido y está dispuesta a grabar el “cumpleaños feliz” para regalárselo a los madrileños con un ejemplar del mundo. Vuelva moreno de verde luna, como Arenas, tableteado como José María-Cristiano-Ronaldo-de-FAES, blanco y radiante de azahar como Paco Camps. Cuídese de las anchoas de cantabria, de los vuitones colgantes de Rita-alcaldesa, de los bigotes sin barba del Bigotes, de las barbas sin bigotes de Correa. Cuando regrese, estoy seguro que encontrará una España próspera, sin parados en el INEM, con botines y gonzález buceando en comisiones bancarias, con roucos de palios extendidos, con cataluñas españolizadas por ansones, santos y pedros jotas, con cospedales y trillos justicieros. España estará alimentada con la dieta de la tila y lucirá caderas morenas de quinceañera.
Que lo pase bien, don Mariano. Voy a llorar un rato entre pinos segovianos por trece rosas fusiladas un cinco de agosto de una madrugada cualquiera.
El ojo clínico de Mariano Rajoy ha detectado la resurrección de la santa Inquisición. Qué triste que a esta lacra se la llame “santa” Pero que nadie piense en Rouco, Martínez Camino o a Cañizares. Se refiere a Garzón, a la policía judicial que filtra contenidos secretos, a los medios de comunicación que estuvieron a punto de ser silenciados merecidamente por Gómez de Liaño que terminó fuera de la carrera judicial por prevaricador (deberíamos recordar tal vez que la prevaricación existe). Y ante estos hechos Rajoy se pregunta: “¿Qué puedo decir yo ahora?” Le sugiero, señor-presidente-apunto, que nos hable sobre Bárcenas, sobre Merino, sobre el espionaje en la Comunidad de Madrid, sobre Granados-Holmes, sobre el anticatalanismo, sobre el portavoz de justicia Trillo, sobre el Aznar-vigoréxico-flexionado ante Bush perpetuamente, sobre la placidez franquista de Mayor Oreja-conquistador-de-Europa, sobre María Dolores-dolorida porque el Gobierno persigue más al Partido Popular que a los terrorista de ETA. Sobre cuántas cosas puede decir una palabra, D. Mariano!
Se va usted de vacaciones con la esperanza (con minúscula, no se asuste) de que el gobierno no le derribe el chiringuito. Cuídelo mucho no vaya a ser que a su vuelta se lo haya destruido Esperanza (ahora sí con mayúscula). Ganas no le faltan a la “cantaora” Ha ganado un tour con su himno nacional incluido y está dispuesta a grabar el “cumpleaños feliz” para regalárselo a los madrileños con un ejemplar del mundo. Vuelva moreno de verde luna, como Arenas, tableteado como José María-Cristiano-Ronaldo-de-FAES, blanco y radiante de azahar como Paco Camps. Cuídese de las anchoas de cantabria, de los vuitones colgantes de Rita-alcaldesa, de los bigotes sin barba del Bigotes, de las barbas sin bigotes de Correa. Cuando regrese, estoy seguro que encontrará una España próspera, sin parados en el INEM, con botines y gonzález buceando en comisiones bancarias, con roucos de palios extendidos, con cataluñas españolizadas por ansones, santos y pedros jotas, con cospedales y trillos justicieros. España estará alimentada con la dieta de la tila y lucirá caderas morenas de quinceañera.
Que lo pase bien, don Mariano. Voy a llorar un rato entre pinos segovianos por trece rosas fusiladas un cinco de agosto de una madrugada cualquiera.
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