¿Podría España, Europa, el Mundo subsistir sin la luz que emana del discurso de Aznar? ¿Encontraría España, Europa y el Mundo su camino si suprimiéramos la orientadora clarividencia del ex-presidente? España, Europa y el Mundo se estremecen ante el posible silencio de este visionario capaz de atribuir la crisis económica por la que pasa el universo a la falta de libertad del mercado, a la intervención de los gobiernos, a la clase trabajadora, que no a las empresas, por cuanto los obreros quiere asimilarse con sus patronos con absurdas aspiraciones que destruyen el capitalismo. Es imprescindible reducir el gasto público (entiéndase reducir el gasto social), hacer una reforma fiscal y laboral (bajando impuestos, introduciendo el despido libre, aportando menos a la seguridad social, revisando las pensiones y desmontando el estado de bienestar)
Y puesto que los líderes mundiales no han llamado a Aznar para resucitar al universo de la crisis, él –patriota como pocos- proyecta soluciones para España. Denuncia al gobierno actual porque “ha acostado a España en la cuneta de la historia” Esta permanencia en la cuneta nos “ha llevado a un debilitamiento en la posición internacional” Durante su presidencia ejerció la lealtad más fiel a Buhs emperador. Por esa fidelidad nos enzarzó en una invasión ilegal y consiguió que las grandes potencias europeas le echaran en cara su postura de lacayo. Pero él supo mantener la cabeza alta en las Azores, disfrutar de la serenidad que da fumarse un puro y cumplir el sueño de poner los pies en la mesa oval. Nos sacó del rincón y Zapatero nos ha devuelto a la cuneta. Ha decaído el nivel político y faltan estadistas como lo eran sus contemporáneos: Reegan, Margaret, Buhs, Blair. Ni España ni Europa ni el Mundo pueden seguir adelante si no se restituyen aquellos estadistas que llevaron la historia a la cúspide.
Los sindicatos son “paniaguados gubernamentales que no asumen sus responsabilidades ni aportan recetas para crear empleo” Se supone que deberían someterse a las decisiones de la patronal y conseguir que el mundo laboral pague los desperfectos que ha causado el mundo empresarial. Y concluye que un gobernante “no puede condicionar el país a los consensos” La derecha, y especialmente Aznar, siempre han querido relegar el diálogo a las afueras de la democracia. ¿Pero qué es la democracia sin la palabra? Es preferible desentenderse de lo que piense la mayoría y ejercer el decretazo dictatorial pero iluminado del mandatario.
Este clarividente cirujano del acontecer humano “tiene un interés histórico, aunque sin prisas” por esclarecer el 11-M. “Aquello cambió dramáticamente el curso histórico de España y dejó una muy mala lección para el futuro. Cuando existe un atentado terrorista y hay gente dispuesta a culpar al Gobierno y no culpar a los terroristas algo serio se está torciendo” Ignora voluntariamente que nadie culpó al gobierno del atentado. Simplemente sintió en el alma el peso de los muertos y el dolor de las falsedades que el propio Aznar, Aceves, Estarloa, Jaime del Burgo y cierta prensa difundió ante las Naciones Unidas, embajadas y ciudadanía en general. Angel Aceves llamó miserables a todos los que no aceptamos la versión gubernamental. Y añade Aznar la última puñalada: “Es más interesante hacer un análisis tranquilo de lo que sucedió en el 11-M, que revolver las tumbas de la Guerra Civil”
Y puesto que los líderes mundiales no han llamado a Aznar para resucitar al universo de la crisis, él –patriota como pocos- proyecta soluciones para España. Denuncia al gobierno actual porque “ha acostado a España en la cuneta de la historia” Esta permanencia en la cuneta nos “ha llevado a un debilitamiento en la posición internacional” Durante su presidencia ejerció la lealtad más fiel a Buhs emperador. Por esa fidelidad nos enzarzó en una invasión ilegal y consiguió que las grandes potencias europeas le echaran en cara su postura de lacayo. Pero él supo mantener la cabeza alta en las Azores, disfrutar de la serenidad que da fumarse un puro y cumplir el sueño de poner los pies en la mesa oval. Nos sacó del rincón y Zapatero nos ha devuelto a la cuneta. Ha decaído el nivel político y faltan estadistas como lo eran sus contemporáneos: Reegan, Margaret, Buhs, Blair. Ni España ni Europa ni el Mundo pueden seguir adelante si no se restituyen aquellos estadistas que llevaron la historia a la cúspide.
Los sindicatos son “paniaguados gubernamentales que no asumen sus responsabilidades ni aportan recetas para crear empleo” Se supone que deberían someterse a las decisiones de la patronal y conseguir que el mundo laboral pague los desperfectos que ha causado el mundo empresarial. Y concluye que un gobernante “no puede condicionar el país a los consensos” La derecha, y especialmente Aznar, siempre han querido relegar el diálogo a las afueras de la democracia. ¿Pero qué es la democracia sin la palabra? Es preferible desentenderse de lo que piense la mayoría y ejercer el decretazo dictatorial pero iluminado del mandatario.
Este clarividente cirujano del acontecer humano “tiene un interés histórico, aunque sin prisas” por esclarecer el 11-M. “Aquello cambió dramáticamente el curso histórico de España y dejó una muy mala lección para el futuro. Cuando existe un atentado terrorista y hay gente dispuesta a culpar al Gobierno y no culpar a los terroristas algo serio se está torciendo” Ignora voluntariamente que nadie culpó al gobierno del atentado. Simplemente sintió en el alma el peso de los muertos y el dolor de las falsedades que el propio Aznar, Aceves, Estarloa, Jaime del Burgo y cierta prensa difundió ante las Naciones Unidas, embajadas y ciudadanía en general. Angel Aceves llamó miserables a todos los que no aceptamos la versión gubernamental. Y añade Aznar la última puñalada: “Es más interesante hacer un análisis tranquilo de lo que sucedió en el 11-M, que revolver las tumbas de la Guerra Civil”
Cunetas. Rincones. Tumbas. Palabras que suenan a épocas de las cuales sigue viviendo este profeta de la melancolía.
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