viernes, 24 de julio de 2009

¿EXISTE RAJOY?

Es capital esta interrogante. Debemos plantearla como punto de partida para comprender muchos de los conflictos que tiene hoy planteados la política española.

¿De dónde viene Rajoy? Nació de un dedo. Del índice de José María Aznar surge Rajoy, sin anunciaciones arcangélicas, concebido en la soledad del cuaderno azul, de Aznar virgen, producto de un acto onanístico del presidente del PP, aunque ahora el propio Aznar no admita realizarse las pruebas del A.D.N. Rajoy viene de la nada.

¿A dónde va Rajoy? ¿A la Moncloa? Pero no por el camino más recto. Primero hizo escala en Valencia, del brazo de Camps elegante, empujado por la estrambótica vitalidad de Rita inelegante y bajo la sonrisa ausente de D. José María. Fue la confirmación de su nacimiento sin padre reconocido, de su cuna dedocrática, de su origen sin raíces. Moncloa está tomada por Esperanza, heroicamente defendida por Esperanza, vigoroso Moscardó dispuesta a consentir víctimas propiciatorias para defender su propiedad. Entregar a Gallardón, por ejemplo. Rajoy permanece en Valencia para estar siempre con Camps. A su lado, delante, detrás. Porque es el más honorable de los españoles. Hay que construir un palacete junto a la Moncloa. Para hospedar a Correa, al Bigotes, resguardándolos de la intención socialista de destruir al partido de la oposición. Rajoy el silente, el ofendido sin defensa, evaporado detrás de Cospedal, de Soraya, no va a la Moncloa. Se ha quedado sin camino.

¿Dónde está Rajoy? En ningún sitio. Según él mismo dice, al Partido Popular lo están tratando de destruir los jueces, la policía judicial, los medios de comunicación. Rajoy-Quijote contra molinos de viento. Pero sin molinos no hay Quijote. Nadie tiene por qué atacar al PP. si ya se encargan de ello Camps, Rita Barberá, Bárcenas, Merino, Fábrega y esa jauría putrefacta que está en la cárcel o camino de ella. Contra toda esa mafia, Rajoy no habla. Guarda un silencio que remarca su inexistencia. Es incapaz de enfrentarse al desprecio manifiesto por parte de Aznar que le reprocha contínuamente su forma de actuar, que le recuerda de dónde viene y a dónde va. Esperanza clava los tacones en Génova contra la inoperancia y el vacío que muestra Rajoy. Siempre afirmé que D. Mariano era un jefe, nunca un líder. Y aquí están las pruebas.

El PP. ha triunfado en Galicia, ha ganado (sólo un poquito) en el País vasco y ha ganado en la europeas (aunque el historial del candidato Oreja sonroje a los representados). Pero el balcón alegre de Génova parece proclamar que han ganado el gobierno del universo.

Es imprescindible la existencia de una oposición fuerte, musculada, racional y razonable para un desarrollo sano de la democracia. Cuando un gobierno sabe que no tiene enfrente una oposición seria, relaja su carrera hacia metas de construcción social y de desarrollo. Con un Rajoy inexistente, Zapatero corre el peligro de sentarse a ver pasar la historia.

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