Nací en España. Cuando España era España-España. Morena de cara al sol, luminosa de montañas nevadas. Camisas azules pre Emidio Tucci. Boinas rojas. Pañuelos de mujer pobre. Mantillas de mujer rica. Yugos, muchos yugos, con juventudes uncidas. Anticomunistas todos, antieuropeos, antimundo. Eramos una soledad enamorada, practicando el onanismo orgulloso del desprecio. Pecadores contra el sexto. Soportando la muerte de balas bendecidas urbi et orbi.
España-España. Con su caudillo por la gracia de Dios. Obispos pluviales con mitras blancas. Cristiana, sobre todo cristiana. Primeros viernes, en ti confío. Murillos azules de inmaculadas. España virgen, muy virgen. Sin carne sueca de bikinis deslumbrantes. Sin más musulmanes que la guardia mora. Musulmanes de misa diaria y brazo de Teresa la grande. Caballos blancos de escolta para coches descubiertos y palios de Corpus Christi
España de Isabel y Fernando. Del espíritu impera. Una, grande y libre. Cataluña andaluza por andamios. Andalucía de olivareros altivos. Galicias de Meirás-Señora. Mares de Azor, con atunes firmes y collares cleptómanos.
España de chocolate-tierra los domingos. De avecrém caliente. Pan blanco y moreno como el azúcar. Pan de miga aceitosa por almazaras marrones.
España nazarena de macarenas y trianas, de Queipos y Yagües, de alcázares y carabancheles, de tapias y cunetas. Castillas de mieses muertas y madrugadas fusiladas. Extremadura de balas cómplices, tiros de gracia con Dios perdonando al fondo. España unida, prietas las filas, impasible el ademán. Si te dicen que caí me fui al puesto que tengo allí. Novios de la muerte que aguantan Cristos en alto por Larios malagueños. Borlas rojas de sudario y Millán Astray ortopédico.
Aquella sí que era España. Plaza de Oriente enlutada. Obispos con brazaletes negros. Llanto desfilando hasta los montes de Guadarrama. Tarancones en el paredón. España atada y bien atada. Ataúd blindado de caoba. Moriremos besando la sagrada bandera. España, la nación que jamás dejó de vencer.
Muchos nacimos en la España-España. Con los vencedores. Ahora vivimos de aquel recuerdo. Porque no sabemos dónde estamos. Sin la lengua de Berceo, sin Millán de la Cogolla. En Sevilla no hay Giralda. Granada sin Alhambra. Córdoba sin Mezquita. Barcelona extranjera sin Sagrada familia. País vasco vascongado y Extremadura pata negra. “España se resquebraja, se llena de grietas que socavan los cimientos sobre los que asienta su existencia milenaria, sucumbe a las goteras que han destrozado su techumbre, se desmorona poco a poco, sin estruendo, en un proceso letal e irreversible” Lo asegura Isabel San Sebastián, guardiana de las esencias patrias, pitonisa de un mañana desgarrado. "España se rompe (sin remedio)". Lo ha dicho Isabel-Mundo. Isabel católica y Durán. De Parte de Carmen Gurruchaga-Tomás-José Manuel Prada-Vidal-Losantos-Pedro J.-Aznar.
Zapatero traidor. Nacionalistas de destrucción masiva. España balcanizada de José María redentor, ora pro nobis. “¿Qué unidad? ¿Qué Nación? Lo que queda de España es una raspa escuálida que se mueve al grito de ¡sálvese quien pueda!”
Nací en aquella España de la huída constante, de la político-social, del tribunal de orden público, del brazo en alto, de correajes negros, de señoritos de ala ancha, de Iglesia-amenaza-perdurable, de estómagos huecos, de leche en polvo americana, de queso-color-butano de lata.
Soñé con una España libre, abierta, acogedora. Fecunda ante el mundo y por el mundo fecundada. España sin yugos ni flechas. España de rosas laicas.
No me resigno a esta raspa escuálida. Nos salva Isabel San Sebastián. Todavía nos queda ella para empezar la reconquista por los bellos barandales asturianos. De Covadonga a Granada hay boabdiles llorando su cobardía.
España-España. Con su caudillo por la gracia de Dios. Obispos pluviales con mitras blancas. Cristiana, sobre todo cristiana. Primeros viernes, en ti confío. Murillos azules de inmaculadas. España virgen, muy virgen. Sin carne sueca de bikinis deslumbrantes. Sin más musulmanes que la guardia mora. Musulmanes de misa diaria y brazo de Teresa la grande. Caballos blancos de escolta para coches descubiertos y palios de Corpus Christi
España de Isabel y Fernando. Del espíritu impera. Una, grande y libre. Cataluña andaluza por andamios. Andalucía de olivareros altivos. Galicias de Meirás-Señora. Mares de Azor, con atunes firmes y collares cleptómanos.
España de chocolate-tierra los domingos. De avecrém caliente. Pan blanco y moreno como el azúcar. Pan de miga aceitosa por almazaras marrones.
España nazarena de macarenas y trianas, de Queipos y Yagües, de alcázares y carabancheles, de tapias y cunetas. Castillas de mieses muertas y madrugadas fusiladas. Extremadura de balas cómplices, tiros de gracia con Dios perdonando al fondo. España unida, prietas las filas, impasible el ademán. Si te dicen que caí me fui al puesto que tengo allí. Novios de la muerte que aguantan Cristos en alto por Larios malagueños. Borlas rojas de sudario y Millán Astray ortopédico.
Aquella sí que era España. Plaza de Oriente enlutada. Obispos con brazaletes negros. Llanto desfilando hasta los montes de Guadarrama. Tarancones en el paredón. España atada y bien atada. Ataúd blindado de caoba. Moriremos besando la sagrada bandera. España, la nación que jamás dejó de vencer.
Muchos nacimos en la España-España. Con los vencedores. Ahora vivimos de aquel recuerdo. Porque no sabemos dónde estamos. Sin la lengua de Berceo, sin Millán de la Cogolla. En Sevilla no hay Giralda. Granada sin Alhambra. Córdoba sin Mezquita. Barcelona extranjera sin Sagrada familia. País vasco vascongado y Extremadura pata negra. “España se resquebraja, se llena de grietas que socavan los cimientos sobre los que asienta su existencia milenaria, sucumbe a las goteras que han destrozado su techumbre, se desmorona poco a poco, sin estruendo, en un proceso letal e irreversible” Lo asegura Isabel San Sebastián, guardiana de las esencias patrias, pitonisa de un mañana desgarrado. "España se rompe (sin remedio)". Lo ha dicho Isabel-Mundo. Isabel católica y Durán. De Parte de Carmen Gurruchaga-Tomás-José Manuel Prada-Vidal-Losantos-Pedro J.-Aznar.
Zapatero traidor. Nacionalistas de destrucción masiva. España balcanizada de José María redentor, ora pro nobis. “¿Qué unidad? ¿Qué Nación? Lo que queda de España es una raspa escuálida que se mueve al grito de ¡sálvese quien pueda!”
Nací en aquella España de la huída constante, de la político-social, del tribunal de orden público, del brazo en alto, de correajes negros, de señoritos de ala ancha, de Iglesia-amenaza-perdurable, de estómagos huecos, de leche en polvo americana, de queso-color-butano de lata.
Soñé con una España libre, abierta, acogedora. Fecunda ante el mundo y por el mundo fecundada. España sin yugos ni flechas. España de rosas laicas.
No me resigno a esta raspa escuálida. Nos salva Isabel San Sebastián. Todavía nos queda ella para empezar la reconquista por los bellos barandales asturianos. De Covadonga a Granada hay boabdiles llorando su cobardía.
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