domingo, 18 de octubre de 2015

LA SANGRE INOCENTE


Me duele la sangre de los pobres
reventada por los grandes
de las grandes potencias
mientras cenan caviar
y follan prostitutas de alto standing.
Me escuece el llanto tierno de los niños,
de las madres encinta
que inútilmente huyen
de una muerte programada
inscrita exactamente en los cráneos
protegidos con manos sin caricias,
con callos de angustia entre los dedos.
Me repugnan los patriotas que hacen patria
con la carne rota de los hombres honrados,
de mujeres con muslos de amapolas,
y forran sus bolsillos elegantes
con piel de miradas y ojos enamorados.
Siento vómitos porque me consta
que cotizan en bolsa los cañones,
las granadas de racimo
que destrozan las viñas de los besos.
Doy la espalda a tanto premio Nobel
que diseña las guerras, el hambre, la miseria
de millones de seres arrancando derechos
que proclaman en mítines electorales.
Huyo de los especuladores
que invierten en la sangre barata de los pueblos,
que aprovechan las rebajas de estómagos vacíos
para sus negocios de señores importantes.
Me escapo de los legisladores
con la boca llena de justicia,
de prerrogativas, de derechos universales
que convocan reuniones con máscaras de paz
para disimular su antropofagia interior.
Reniego de los dioses que exigen el sufrimiento humano
para aplacar su rabia
y no aplastar con su ira,
esos dioses que hacen del dolor un desagravio
y comercian la alegría a cambio del crujir de látigos esclavos.
Dioses con pontífices blancos
y príncipes que clavan espuelas en los ijares del hombre.
Tengo el alma empapada de angustia
y mi estómago destila una materia viscosa
empeñada en agriar mi esperanza.
Pero me resisto a tronchar mis deseos de paz,
mis ansias de que triunfen los claveles,
de que crezcan jardines en las escotillas de los tanques,
de que los magnalios exijan su blancura,
de que los besos se constituyan en amaneceres.
Voy a vestirme de agua limpia,
a plantarme palmeras y cerezos en los brazos
y hacer del corazón una bandera
con colores de alegría, patrias desnudas
y posible el amor tan imposible.


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