sábado, 18 de enero de 2014

AQUELLA CALLE


   
                                               A todos los que en Burgos (Gamonal) 
                                              han luchado por su calle




No tenía esperanzas la calle
o estaba enterrada en adoquines.
Piel de asfalto impenetrable
a las huellas gritadas
de los pobres que exigen
el pan honrado del día.
Una calle cualquiera,
monopolio de dictadores enanos
que desangran los huesos sometidos,
los derechos luchados,
las victorias logradas.
Las calles son andamios de pueblo,
de sudor que madruga,
de cansancio rendido
cuando la tarde es tarde
y no hay fuerzas para empujar las ingles
y averiguar la noche
caliente de la novia.
Están dormidos los niños,
apilados en el cuarto del fondo,
soñando quinielas,
envidiando a Ronaldo
y el agua caliente de la ducha.
Y mañana otra vez,
a defender asfalto y adoquines
para que nadie se apropie
de la escuela,
del mercado donde fían arenques
hasta que pague el patrón.
Alguien quiere colgarle
jardines a la calle
y hacerla señorita con nombre de avenida.
Pero ellos le han tomado cariño
porque es calle pobre,
porque sabe de monos azules,
de tacones que resaltan las cinturas,
de manos perdidas en los muslos
en  portales reformados con esfuerzos.
Y madrugan por su calle,
y gritan por su calle,
y soportan calumnias por su calle,
y rompen las gargantas por su calle,
por su calle de siempre,
por las huellas archivadas de abuelos que se fueron,
de madres que descansan en paz
de hombres que emigraron
dejando el corazón en los baúles.
Hoy luchan por su calle
porque es la herencia única
que dejarán a los que vienen

empujando la historia.

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