lunes, 16 de diciembre de 2013

TOCO TU NOMBRE





A veces pronuncio tu nombre de forma irracional.
Sílabas, letras.
Tu nombre
porque no estás.
Tu nombre
porque necesito que estés.
Tu nombre
como una niebla
empeñada en hacer distante la presencia.
Tu nombre
sin cuerpo,
sin alma,
sin ti.
Pero tú cuando te nombro.
Te llamo como te llaman.
O tal vez no.
Te pronuncio,
te expiro
con el aire original,
recién hecho,
creado para que te suene dentro,
para que distingas los labios de los labios.
Para que llegues hasta mí
y para que no llegues.
No sé si entiendes la irracionalidad
de nombrarte.
Necesito tu nombre
como necesito la flor de los almendros,
el testimonio del trigo,
la legitimidad de las cerezas.
Toco tu nombre
y es tu cuerpo,
tu carne,
tu olvido,
tu memoria.
Nombrarte,
tocarte,
hacerte

con la irracionalidad concreta del amor.

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