miércoles, 18 de diciembre de 2013

CANSANCIO



Tengo cansado el camino
hecho con huellas de ti.
No están tus pies.
Sólo tu rastro, como un perfume.
Pregunto si vas delante.
Hierba cómplice del silencio
El agua enseña
la virginidad de su piel no tocada.
Nadie besó los árboles,
la brisa desnuda, recostada,
abierta la brisa, pidiendo
que la penetre el almendro,
que la fecunden de flores,
que la derramen los nidos.
Indiferencia es todo.
Pero intuyo que estás.
Siembro tu nombre
como se siembra el trigo.
Mano llena con trozos de ti
para el viento,
para que se hunda y brote,
y aparezcas tú
y seas cosecha
salpicada de amapolas.
Verde primero
como si el mar naciera de los surcos.
Rubia después,
pan recién hecho.
Necesito beberte,
asumirte,
tener la certeza de tu sangre,
la seguridad de tu carne
para este cansancio gris,
para el camino agotado.
Huellas de ti,
pero no tú.
Pregunto,
pero silencio tú
Todo es nada.
Nada es respuesta.
Nadie me dijo que tú

te parecías a la vida.

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