domingo, 22 de diciembre de 2013


IGNORO


No sé si estaba el mundo antes que tú
o si nació de ti,
si te brotó aquella tarde de domingo,
boca arriba,
en un sofá sin besos.
Ignoro si nos precede la existencia
o si la engendramos en el tiempo
y se muere cualquier día
cuando cumplimos
la obligación de vivir.
Soy consciente de las coordenadas
espacio-temporales
que encuadran la historia.
Y ahí, tú y yo, atrapados
sin un callejón abierto
que desemboque en el mar.
Teníamos las manos llenas de ríos,
de pinares la sangre,
de lluvias oscuras las pupilas.
Le poníamos nombre a la hierba,
caricias, besos, tacto.
Quiero instalar el mundo entre tus pechos
y respirar el aire de tus ingles.
Vamos a rehacernos con semen y saliva,
a clavarnos la vida en las esferas
que definen las espaldas
Ahora no hay distancia entre los cuerpos.
Tus caderas gritando como gritan las tormentas
por los montes de la piel.
Existimos.
Tú y yo estamos seguros
de esta provisionalidad muscular
derrocada por un golpe de tu boca.
Cuando salga de ti
y no sepa dónde ir,
dónde tirar los restos de la vida,
el sobrante de amor,
los escombros de una soledad de plomo,
buscaré los ríos que tuve entre los dedos,
preguntaré a la hierba por su nombre.
Si nadie me responde
desandaré el camino
convencido de que nunca estuvo el mundo,
ni brotó aquella tarde de domingo,
boca arriba,
en un sofá sin besos.


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