sábado, 14 de mayo de 2011

EUROPA YA NO ES EUROPA

Fue mercado en un principio. El ser mercantil se unía para ser más mercantil. Esa unión produjo beneficios. Vinieron otros atraídos por el olor a dinero. El dinero siempre es sucio, maloliente, pero alegra el corazón, el estómago y sabe a Vega Sicilia convirtiendo en gran reserva todo lo que toca. Y distingue a los ricos de los pobres. El dinero coloca a cada uno en su sitio. El pobre con el pobre revolcándose en su pobreza, creando más pobreza para que el rico sea más rico y camine por la vida con su dinero en alto, pavoneándose de su capacidad económica conseguida a base de pisar alfombras y butacones, jugando con caviar mientras otros disfrutan con pelotas de trapo,

Funcionó el mercado. Dividió, distinguió, situó en cada estantería sus productos. Importó a bajo precio de los países necesitados y los puso en el gran mercado con un plus.

Algunos buscaron una unidad más amplia, más solidaria, más preocupada por los derechos ciudadanos, más política. Pretendieron una ciudadanía abierta. Todos los europeos podíamos ser europeos. No crean que sea una tautología. Significaba más bien que todos éramos responsables de todos. Y desaparecieron las fronteras.

Necesitábamos más mano de obra. Permitimos entonces entrar a “los extranjeros” Los convertimos en inmigrantes. Distintos a nosotros, dueños absolutos de Europa. Y les presentamos unas condiciones: Los que pertenecemos al mundo rico, tenemos un problema y en vuestra mano de obra está la solución. Permitiremos la entrada exclusiva que se adecue a nuestras necesidades y seremos nosotros, los poderosos, los que fijemos las condiciones de vuestra venida. Ellos no vienen porque quieran venir, sino porque nosotros, los mercaderes ricos, se lo permitimos.

Una ley concebida sobre esta base corresponde a una visión endogámica, narcisista, que contempla su propio ombligo como centro del universo. En el fondo subyace el capitalismo que marca la dignidad humana en el más acá o más allá del dinero. Los ricos siempre tienden a aprovecharse de la esclavitud porque así disfrutan de su propio complejo de superioridad. Aceptamos a los ejecutivos de Arabia Saudí, de los Emiratos Arabes, a los sudamericanos (que no sudacas) que hacen filigranas con un balón. Pero los peruanos, los del cayuco, los de la patera que traen anudada el hambre a las venas, esos deben entrar con una previa legalidad contractual.

Ahora la extrema derecha europea y española (piensen en Alberto Fernández, en Albiol, en Alicia Sánchez) quiere nuevamente regresar a las fronteras. Volvemos todos a ser extraños en esa patria grande que era Europa. Nos asusta la pobreza de la inmigración, las enfermedades que nos contagian, el pan que nos quitan. Florece nuevamente el nazismo. Vienen a robar, a delinquir, a quitarnos trabajo y sanidad. Mezclan su sangre y su amor con hombres y mujeres españolas y europeas. Se nos deprecia la raza. Hacen falta fronteras. Que no puedan traspasarlas ni siquiera para morirse. Que se mueran a las afueras de nuestra riqueza.

Lo ha dicho Zapatero y parece una invocación a la esperanza: “Quiero proclamar que este país democrático, europeo, moderno, que conoció la emigración, es un país llamado y obligado a respetar a todos los ciudadanos que estén trabajando aquí –ha dicho Zapatero-, vengan de donde vengan, tengan el color de piel que tengan. El respeto a los inmigrantes es lo que hace a un país más cívico…”.

El amor es el espacio abierto donde se hace más hombre el hombre.






4 comentarios:

pcjamilena dijo...

Esta, como todas sus reflexiones Rafael, es la voz que muchos necesitamos escuchar. Y que usted, por su hombría de bien, se siente obligado a dar. En nuestras limitaciones. ¿Qué podemos hacer? Sólo desear que alguna vez se produzca el “milagro” y, que la Jerarquía Eclesiástica de este país, como hombres de bien obligados, convoque una manifestación a favor de los inmigrantes, donde le seguirían los creyentes y los demás. Algo es algo, cuando menos, estaría bien visto por Dios.
Un saludo amigo.

Jaume Pubill dijo...

Conforme en todo. Pero todavía sigue confiando en las palabras de Zapatero después del montón de mentiras que lleva en su haber?

Justino dijo...

Excelente, querido y antiguo (que no "viejo"!!!) AMIGO

Red Kite dijo...

Comparto el escepticismo de Jaume. ZP ha demostrado ya con creces que en el aspecto retórico se maneja bastante bien, pero a la hora de la verdad… Por sus obras los conoceréis.