sábado, 21 de mayo de 2011

LOS SUBURBIOS DEL SOL

El kilómetro cero de España es el centro del mundo. La hipérbole siempre encierra una verdad escondida en su vientre. Muchas plazas del mundo se están mirando en la Puerta del Sol. Cuatro mil, ocho mil, veinte mil. Y un solo ideal verdadero. “No somos antisistema, el sistema es anti-nosotros” Me gusta, pero no me llena, porque si el sistema está contra el hombre (y lo está) tenemos, en defensa de éste, que estar contra el sistema. Ser antisistema es una urgencia.

En 2.008 estalló la crisis. Las hipotecas basura, la especulación, la avaricia de unos cuantos arrastró a la humanidad a una crisis profunda. Los pobres se quedaron en el camino. Sin casa y sin trabajo, lo mejor que hacían era morirse de pena. Y en esa estamos: enterrando diariamente humanidad truncada. La aportación millonaria de los gobiernos a los bancos llevó consigo los recortes subsiguientes: recortes de pensiones, aumento de la edad de jubilación, derrumbe del estado de bienestar, de la sanidad, de la investigación. Pequeñas empresas arruinadas, incapacidad para refundar la destrucción, eres pagados con dinero público para que los grandes se repartan suculentos beneficios. Despidos de trabajadores con cincuenta años convertidos en muertos de larga duración. Jóvenes sin perspectivas de futuro, de independencia, de autogestión. Y algunos todavía se sienten en el derecho de condenar a los reunidos en la Puerta del Sol. “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir” Vigilia que tiene que ser fecunda, creadora de un mundo nuevo, con sol vigente para todos porque todos estamos en este mundo convertido en kilómetro cero de sí mismo.

Refundar el capitalismo. Eso nos dijeron con cara seria y como muy preocupados los dirigentes del mundo. Daban a entender que hasta que se produjo la crisis el capitalismo era bueno. Pero no. El capitalismo engendra de por sí pobreza de la inmensa mayoría para que sea posible la riqueza de unos pocos. Necesita para funcionar de la miseria de un tercer mundo sin agua potable, sin pan que llevarse a la tristeza, sin asistencia médica, sin acceso a escuelas. ¿Qué ha hecho el capitalismo con los pobres? Fabricarlos, exprimirlos y esperar impacientemente a que se mueran. “El hombre es un ser para la muerte”, decían los existencialistas. “El hombre pobre es un ser-para-la-muerte-cuanto-antes” exige el capitalismo. ¿Refundar el capitalismo para qué?

Algunos han “intentado” desviar la realidad de esta gran plaza del mundo y llevarla a los suburbios. La juventud indignada no es una izquierda contra una derecha. Es una juventud contra el sistema en que estamos metidos y que da los frutos que tenemos delante. La maldad de no querer ver esta actitud hace que algunos pretendan manchar esta brillante indignación y llevarla a los suburbios de Sol. En las afueras es más fácil eliminar el grito, la conciencia limpia, la exigencia luminosa de los que han iniciado generosamente un pulso a la realidad. Declaran algunos a las televisiones: “Está bien si consiguen algo. De lo contrario, no vale para nada” Pobre valoración. Se consiga o no, ha valido para mucho. Para que todos sepamos que hay una multitud pensante, enamorada de un mañana hermoso, que quiere que el mundo se ponga de acuerdo consigo mismo.

Y además están los miserables. Losantos, Vidal, Intereconomía. Se limitan a vomitar. Es lo que siempre han hecho. Los indignados son delegados de ETA, muchedumbre cochambrosa, adictos a porros y botellones. Son los comandos-Rubalcaba. Sus ojos sucios no dan para más.

Me siento incapaz de refutar los argumentos de estos miserables. Me repugna su vómito caliente de odio, de desprecio, de superioridad. Tal vez se sienten interpelados por la luz que nace en Sol. Tal vez tienen miedo a que el mundo sea más bello, más humano, más igualitario..

Amar al mundo es enamorarse de las estrellas. Imposible, pero vale la pena. Que nadie nos arranque de la humanidad abrazada. Que nadie nos manche una noche de amor, tal vez sólo una noche.

4 comentarios:

dolmonamor/ María Dolores Amorós dijo...

Preciosísimo, como siempre, mi querido Rafael. ¡Qué palabra la tuya!. Con esa elegancia, esa cadencia que regala a oídos y ojos.
Insuperable para mí, inigualable para muchos. Grandes verdades, grandes denuncias. Sin una palabra bronca, pero de eficacia fulminante.

Gracias, querido amigo.

Mi admiración con besos de primavera y revolución pacífica.

pcjamilena dijo...

“Intereconomía, Vidal, Losantos y algunos miserables más…”Que creen, desde sus púlpitos tenerlo todo controlado. Hoy, han visto salir el Sol de la Democracia Real Ya. Ellos inventan y manipulan realidades. Ya que son incapaces de ver más allá de sus propias narices.

José Miguel dijo...

Es un placer leerte una vez más, Rafael. Una auténtica gozada. Un cordial saludo.

Red Kite dijo...

«Amar al mundo es enamorarse de las estrellas». No es un imposible, Rafael. Usted lo convierte en fuente cercana, porque fuente de estrellas son sus palabras. Ni la voz es más voz por ser más joven ni el grito es menos grito por ser silencioso.

España y el mundo necesitaban encauzar su indignación, y esta revolución necesitaba verbos como el suyo. El mundo nos mira asombrado y hasta envidioso. Hemos recuperado humanidad y orgullo de ser españoles. Hemos perdido miedo. La historia ya no es historia, porque empieza a escribirse a partir de ahora con otra tinta, que ya no es roja de sangre.

No sabemos cómo será el lunes, pero será distinto. Ya no será otro lunes al sol, sino en la Puerta del Sol. Será tal vez el principio de una semana nueva y eterna, rebosante de sol y de puertas. Estaremos menos tristes. Porque nosotros, los de entonces, seguimos siendo los mismos.