Dicen que es muy importante. Lo escribe José García Abad en este mismo periódico: “Es el momento de resaltar la importancia del acuerdo de los sindicatos, la patronal y el Gobierno que descarga incertidumbres” ”Que se haya podido pergeñar un amplio acuerdo social introduciendo reformas necesarias pero dolorosas en el sistema de pensiones es un gran hito.” “Guste más o menos, y está claro que al Partido Popular ni a Izquierda Unida no les ha gustado un pelo, hay que reconocer que el Gobierno se ha apuntado un tanto. Y si no lo vemos claro hagamos el ejercicio de imaginar lo que hubieran dicho unos y otros si se hubiera roto la baraja.”
Felipe González en El País asegura que sin necesidad de comparar el acuerdo con los Pactos de la Moncloa, es tan necesario o más que aquellos. Y la Canciller alemana alaba el pacto porque nos acerca a Europa, realza la confianza en España y hace patente que hemos cumplido los deberes.
Gobierno, Patronal y Sindicatos. Foto. En el mundo actual parece que sólo existe lo que vemos. Por eso algunos no estuvieron. Izquierda Unida por coherencia con su propia postura expuesta y mantenida repetidamente. No estuvo el Partido Popular, tan defensor de los parados, de los mayores, tan reformador no se sabe exactamente de qué. ¿Fue por miedo a revelar su programa? En realidad no estuvo porque le daba vergüenza el beso. Ana Pastor, dirigiendo Los Desayunos de TVE, parecía un torito suave y peludo como Platero, pero decidida en su interrogatorio. Le preguntaba a Pons por la presencia o ausencia del Partido en el acto de la firma del tratado. Y Pons con la acritud de sus respuesta daba la impresión de que le faltaba valor para estar frente a la inocencia de una simple pregunta. Habló del recorte de derechos de los españoles, de la minusvaloración de las pensiones, de los cuatro millones de parados, del Presidente, los sindicatos y la patronal en salones con alfombras y oropeles (salones, alfombras y oropeles a los que aspiran y que por tanto no deben merecer tanto desplante). Pons sentía una profunda pena por lo que ese acuerdo representaba. Pero sobre todo no podía estar de acuerdo con un gobierno que en ese momento no hacía más que besarse a sí mismo. A Pons le daba vergüenza el beso.
A Rajoy le preocupa más investigar el 11-M, aunque el Gobierno de Aznar mintió a España y al mundo aquel día triste y ensangrentado. Le preocupan las autonomías tal vez porque su “progenitor” nunca fue un defensor de la Constitución. Le preocupan el aborto y el matrimonio homosexual porque todavía no se ha acostumbrado a vivir en un estado aconfesional y depende de órdenes mitradas. Le preocupa la inmigración porque instiga y participa de la visión xenófoba de Alicia Sánchez Camacho. ¿Le preocupa el paro, los jóvenes, los emprendedores? Le preguntó una chica por sus proyectos para este colectivo en VO7 ante la mirada ahora santificante de Pedro J. Y la respuesta la tuvo que buscar en un papelito escrito. No le salió del esquema interior, intelectual, diseñado meditadamente, Y como demostró que no tenía nada por dentro y no entendía lo escrito en la chuleta, terminó por no responder a la interrogante.
Al día siguiente del réquiem plañidero de Pons, D. Mariano manifestó que el acuerdo le parecía bueno, pero que había que hacer pedagogía para que lo entendiéramos todos. Tal vez por eso no estuvieron presentes, porque Gabilondo-Metafísico-Ministro (qué lujo) no hubiera sabido explicarlo.
González Pons acude a actos de exaltación de Camps, de Fabra. Es amigo de Bárcenas. Paco es el mejor candidato. Lo absolverán –dice Rajoy- los tribunales y si lo condenan será una injusticia. Lo dice así de claro el aspirante a Presidente del Gobierno.
Es cierto que el acuerdo es amargo, que duele por los adentros y más viniendo de unos sindicatos de clase y un gobierno de izquierdas. Pero dicen los entendidos que era inaplazable y que ayuda al presente y futuro. Pons lo sabe. Ellos lo hubieran hecho más tajante. D. Esteban lloroso y despechado, pedía en la puerta de una iglesia votos suficientes para proteger a los pobres, a los pensionistas, a los parados.
El Gobierno empeñado en besarse a sí mismo. A D. Esteban, pudoroso penitente de Rouco, le dan miedo los besos. Nunca se sabe a dónde te llevan. Porque la española cuando besa…
1 comentario:
Hola, amigo. He estado ocupada este fin de semana con obligaciones familiares, y sólo anoche pude entrar en internet y "dedicarle" una palabras al analfabeto alcalde de mi querida Xàtiva. No es que se merezca que hablemos de él, pero hacía ya mucho que no aparecía en mi blog, y también me sabía mal.
Respecto a tu artículo, "La española...." y el siguiente, "Mi adorable dictador", me obligas a repetirme en elogios hacia ti, tu certera visión de la realidad (que comparto totalmente) y la brillante forma que sólo tú sabes darle.
Te puedo asegurar que tampoco sé nada de macroeconomía. Lo único que percibo es que tan sólo en comida y otros productos básicos, se me escapan los euros como si estuvieran untados de aceite. El poder adquisitivo nos ha sido reducido una barbaridad. Pero, al ver que los sindicatos de clase -después de tanto tiempo y amenazas- llegan a un acuerdo con la patronal mediando el Gobierno de Zapatero, y que esto produce un enorme fastidio en el PP, intuyo que debe de ser bueno, aunque a los mortales de a pie no nos guste.
En cuanto al útimo de tus escritos, he de decirte que lo comparto plenamente. Sólo tengo una duda, y es que el pueblo consiga alguna vez imponerse a los poderosos del dinero. En esto hay una maldición bíblica, y nosotros somos como Sísifo:alcanzamos la meta deseada, pero la piedra vuelve a rodar hasta el suelo. Y vuelta a empezar. Quizá la vida consista en esto, en una lucha perenne, donde se nos aparece fugazmente el final para insuflarnos de la suficiente fuerza para continuar la lucha. No sé...
Bonico mío, Rafael. te mando un beso. No soy tan casposamente casta como estos del PP.
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