Esperanza Oña es alcaldesa de Fuengirola y portavoz parlamentaria del PP. en la Comunidad de Andalucía. Pertenece, por suerte para ella, al Partido Popular. Digo por suerte porque “ser socialista en Andalucía es ser peor andaluz” como repite la señora alcaldesa-parlamentaria
Los votantes del bello pueblo malagueño la han elegido. Seguramente tenía un buen programa y una capacidad de convicción de la que no disfrutaban sus contrincantes políticos. Los electores vieron en ella un futuro abierto, prometedor, brillante como las olas sureñas.
La dirección del Partido Popular la incluyó en sus listas al Parlamento de Sevilla porque pensaron muy seriamente que estaba capacitada para defender los intereses andaluces frente al PSOE y otras fuerzas minoritarias. Y los andaluces “buenos” dieron su voto a una lista de diputados “buenos” frente a los andaluces “malos” que votaron un partido “perverso”
Doy por supuesta la rectitud de esos votos conseguidos por méritos políticos y no por ninguna otra circunstancia ajena a los valores de la democracia. Conozco Andalucía y me enorgullezco de mi cuna sevillana. El amor que hoy me acompaña se paseó por Placentines y Sierpes y se arrimó el cariño en el Trajano de arte y ensayo. Viví y me salió caro defender las aspiraciones democráticas de Andalucía durante el franquismo. Por eso creo firmemente en la democracia sureña.
No conozco personalmente a Esperanza Oña. En las fotos aparecidas en el plural.com se aprecia la serena belleza que llena el sillón parlamentario. Pero en ningún momento he pensado que precisamente esa belleza haya sido el motivo por el cual ha llegado a una alcaldía y ha formado parte de la predilección de un número importante de ciudadanos. Por demócrata y por votante (aunque no del PP.) muestro mi convencimiento de que Esperanza Oña es una mujer-política y jamás he pensado, porque no me lo perdonaría, que sea por su apariencia de mujer-florero.
¿Por qué entonces Esperanza Oña convierte a Carme Chacón en una imagen “vendible” por su barriga y vestidos premamá? Argumenta Esperanza Oña con respecto a Bibiana Aido que “como es mujer y utilizable” puede llegar a ejercer un ministerio. Duele esta ecuación de mujer igual a utilizable, como objeto de usar y tirar. Y escuece más todavía viniendo de otra mujer que ha llegado sin duda a sus puestos de alcaldesa y parlamentaria sin que haya permitido en ningún momento que nadie la haya utilizado por su sexo y su belleza. ¿Por qué la dignidad que por mujer hay que reconocerle a Esperanza Oña la pisotea ella cuando de otras mujeres se trata?
A Leire Patín la convierte es mercancía del jueves sevillano por la C/ Feria: “es joven y mujer, productos ambos vendibles” La reducción de la mujer a categoría de utilizable o de vendible es repugnante, miserable, rastrera en boca de otra mujer que ciertamente se rebaja a sí misma al pisotear a otras.
Esperanza Oña nos ha mostrado su interioridad: le da vergüenza ser mujer porque no es capaz de ser demócrata. En esa andamos cuando llevamos treinta y tantos años de democracia y de una lucha cuyo triunfo siempre está por llegar.
Este artículo no tiene aspiración de bestseller. Sólo lamenta que haya “mujeres que no aman a las mujeres”
Los votantes del bello pueblo malagueño la han elegido. Seguramente tenía un buen programa y una capacidad de convicción de la que no disfrutaban sus contrincantes políticos. Los electores vieron en ella un futuro abierto, prometedor, brillante como las olas sureñas.
La dirección del Partido Popular la incluyó en sus listas al Parlamento de Sevilla porque pensaron muy seriamente que estaba capacitada para defender los intereses andaluces frente al PSOE y otras fuerzas minoritarias. Y los andaluces “buenos” dieron su voto a una lista de diputados “buenos” frente a los andaluces “malos” que votaron un partido “perverso”
Doy por supuesta la rectitud de esos votos conseguidos por méritos políticos y no por ninguna otra circunstancia ajena a los valores de la democracia. Conozco Andalucía y me enorgullezco de mi cuna sevillana. El amor que hoy me acompaña se paseó por Placentines y Sierpes y se arrimó el cariño en el Trajano de arte y ensayo. Viví y me salió caro defender las aspiraciones democráticas de Andalucía durante el franquismo. Por eso creo firmemente en la democracia sureña.
No conozco personalmente a Esperanza Oña. En las fotos aparecidas en el plural.com se aprecia la serena belleza que llena el sillón parlamentario. Pero en ningún momento he pensado que precisamente esa belleza haya sido el motivo por el cual ha llegado a una alcaldía y ha formado parte de la predilección de un número importante de ciudadanos. Por demócrata y por votante (aunque no del PP.) muestro mi convencimiento de que Esperanza Oña es una mujer-política y jamás he pensado, porque no me lo perdonaría, que sea por su apariencia de mujer-florero.
¿Por qué entonces Esperanza Oña convierte a Carme Chacón en una imagen “vendible” por su barriga y vestidos premamá? Argumenta Esperanza Oña con respecto a Bibiana Aido que “como es mujer y utilizable” puede llegar a ejercer un ministerio. Duele esta ecuación de mujer igual a utilizable, como objeto de usar y tirar. Y escuece más todavía viniendo de otra mujer que ha llegado sin duda a sus puestos de alcaldesa y parlamentaria sin que haya permitido en ningún momento que nadie la haya utilizado por su sexo y su belleza. ¿Por qué la dignidad que por mujer hay que reconocerle a Esperanza Oña la pisotea ella cuando de otras mujeres se trata?
A Leire Patín la convierte es mercancía del jueves sevillano por la C/ Feria: “es joven y mujer, productos ambos vendibles” La reducción de la mujer a categoría de utilizable o de vendible es repugnante, miserable, rastrera en boca de otra mujer que ciertamente se rebaja a sí misma al pisotear a otras.
Esperanza Oña nos ha mostrado su interioridad: le da vergüenza ser mujer porque no es capaz de ser demócrata. En esa andamos cuando llevamos treinta y tantos años de democracia y de una lucha cuyo triunfo siempre está por llegar.
Este artículo no tiene aspiración de bestseller. Sólo lamenta que haya “mujeres que no aman a las mujeres”
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