martes, 30 de diciembre de 2014

EL INFINITO


Comienza en ti el infinito,
la redondez del mundo,
el esférico beso que conforma el todo.
Amo el barro que destila tu alma
que constituye  atmósferas y lluvias,
que fabrica el cuerpo horizontal de los ríos.
A tus ojos revierte el universo
cuando acaba la luna su jornada
y tú vuelves a ser el comienzo de todo.
De ti brota incluso
lo que no será nunca,
lo que nunca nombrará la palabra,
el ser no invocado por el olvido de dios.
Se mantiene en tus ojos la existencia,
en el pedestal que pronuncia la luz,
en las espaldas de una luna tallada
a golpes de besos y piel.
La eternidad es volumen de ti,
vientre lleno de gritos y de cuerpos
que acomodan su postura
en el líquido amniótico del mar.
Me desprendo de ti
como sudor de tus manos creadoras.
Expiran tus labios el tiempo que humaniza,
que educa mi muerte
para cuando el viento sea el preludio
de mi nada absoluta y rotunda.
Entonces regresaré a tus ojos
y haré del infinito
la más bella costumbre de existir



lunes, 29 de diciembre de 2014

ES DIFICIL



Difícil llegar hasta el brocal de tu costado, 
hasta la cicatriz izquierda
a donde me lleva el oscuro rio de tus huellas.
Duro asomarse al vértigo
de agua honda,
al fondo de ti.
Difícil ese campanario
que rodea tu carne,
caracola de piedra
cercando la sangre.
Difícil asomarse a tus ojos
con la voz guardada en tus pupilas.
Difícil sostener tus pestañas en los hombros.
Pesan cuando cierras la luz
y me aíslan de todas las primaveras.
Me pesa tu cintura
y la media luna de tu sexo
cuando busco caminos
por los jardines de tus ingles.
Pero eres de repente
un puñado de aire.
Te respiro
para seguir existiendo.


sábado, 27 de diciembre de 2014

ABREME


Abre de par en par tu cuerpo.
Necesito respirarte.
Me aprieta la noche la garganta,
esta luz apagada
y este tiempo llagado de recuerdos.
Quiero explicarte las grietas
de mis ojos abiertos,
esta boca sajada en mi costado izquierdo,
como una lanzada previa
al descenso de mi sangre.
Abreme de par en par tu cuerpo.
Necesito un refugio
para tanta huida acumulada.
Me persigo y a punto de alcanzarme
tropiezo con la luna
y el viento denuncia
la evasión apátrida
de mí mismo.
Sólo me queda tu piel,
tierra última
para reposar

el cansancio de existir.

viernes, 26 de diciembre de 2014

CINISMO REAL




Cuando este año se acercaba la Noche Buena, los medios de comunicación alimentaban la curiosidad de los ciudadanos en torno al primer discurso de Felipe VI como rey. Durante muchos años habíamos sentido la voz gutural de Juan Carlos I. Ahora la prensa escrita, la radio, las diversas cadenas de televisión apostaban por ser los videntes que adivinaban los temas preferidos por el nuevo monarca.  Y sobre todo animaban a percibir entre líneas alusiones a su hermana Cristina como candidata a un banquillo ante el juez Castro. Entre líneas, se aseguraba, porque era evidente que no iba a mostrar sus regocijo o su pena al ver a la esposa de Urdangarín sentados ante la justicia hasta que la muerte, o la cárcel, los separe.

Las redes sociales y la calle en general se mostraban indiferentes, o en el mejor de los casos, escépticos, ante las palabras del rey recién nacido como rey (me refiero al Palacio de la Zarzuela, no al portal de Belén). El pueblo está cansado de palabras. Pesan sobre las espaldas promesas, análisis, aseveraciones vacías de contenido. Pero entre el hambre de muchos estómagos vacíos y el caviar de otros se colaba el sonido de la televisión.

Dicen que tardó dos minutos en arremeter contra la corrupción. Es un tema que ocupa  el segundo lugar entre las preocupaciones de los ciudadanos, después del paro. Un 63% viven preocupados por ella y de esa preocupación se desprende el alejamiento de una gran mayoría de la política y la condena de los políticos medidos todos de forma injusta por el mismo rasero. Todos son iguales. Todos son corruptos y en consecuencia es lo mismo que gobiernen unos que otros. Y el rey exigió una voluntad decidida para extirpar de raíz esa corrupción.

Habló a continuación de Cataluña, del amor que todos sentimos por esa herida sangrante en el costado noreste de la península. El amor infinito hacia esa comunidad de todos, incluso de los que en su día pidieron el boicot de sus productos y montaron mesas por todo el país para demostrar precisamente un desamor, un despecho, un rechazo. Son los mismos que hoy cortejan a esa próspera región y que desean llevarla por la cintura y besar sus labios pisando la espuma mediterránea. El amor es voluble. Va y viene como las olas del mar. Y  aquellos que la maltrataron, retiran las denuncias de la comisaría y juran amor eterno.

Felipe VI debía sentirse cansado al final de su discurso, cuando abordó la preocupación primera de los españoles: el paro. Y cuando decimos paro, decimos desesperación, hambre, desahucios, imposibilidad de pagar medicamentos, necesidad de vivir separadas las parejas, comer a costa de los quinientos euros de pensión de los abuelos, emigración, juventud sin futuro, angustia hasta el suicidio. Pero el rey debía estar ya cansado y pronto pasó a hablar de la economía.

La economía va bien. Somos el asombro del mundo. Vamos ganando por más de medio cuerpo en esa hípica europea. La crisis es historia.  Nadie lo hubiera pensado hace dos años. Pero Rajoy es el milagro económico, como en su momento lo fue Aznar o la mismísima Alemania de posguerra. Y ahí están las pruebas: una mejor sanidad, más universal, una mejor educación, una grandiosa creación de empleo,  un estado de bienestar infinitamente más brillante que el  que le dejó la maldita herencia recibida

Si los discursos del rey los escribe el gobierno de turno o al menos los supervisa para que Zarzuela no clave un rejón a Moncloa, uno se pregunta por qué ese discurso no lo lee el presidente del gobierno o en su defecto Rafael Hernando, ese portavoz  equilibrado, sereno, gran orador como lo denomina Eduardo Inda. Aunque en realidad quien sería un defensor puro, limpio e imparcial sería Marhuenda.

Pero lo que realmente me preocupa es que si los discursos del rey los escribe o supervisa el gobierno, las palabras reales de este año pertenecen al género del cinismo más absoluto. Que el gobierno sustentado por un partido hundido hasta el cuello en la corrupción hable de la urgencia de erradicarla mientras pone zancadillas a la investigación judicial, mientras nos miente sobre Bárcenas  y destruye discos duros de ordenador, mientras el fantasma de Aguirre está ahogada por la púnica y aspira al mismo tiempo a  la alcaldía de Madrid, mientras miente sobre su conocimiento de alcaldes a los que afirma no conocer y posteriormente tiene que reconocer que fue ella quien los puso como candidatos, mientras se niegan a investigar a Rato y sus aventuras en Bankia, a uno le suena a cinismo.

Balduino de Bélgica renunció al trono durante un día para no tener que firmar una ley sobre el aborto. Felipe VI debería haber renunciado a la jefatura del estado por un día para no ser cómplice del más putrefacto cinismo.

Demasiado pedir. En  las mismas exigencias sobre la corrupción se esconde el cinismo de consentirlas como un estilo de gobernar. Nadie tiene las manos limpias, ni siquiera en Navidad.


jueves, 25 de diciembre de 2014

SOMBRA DE TI





Se instalan las sombras,
una a una,
por orden estricto de tristeza.
Tu sombra sin ti,
hueca de ti,
sin que la llene tu carne,
pero tu sombra.
La oigo como una caracola de tu voz,
sonido de tu piel,
como un salmo,
cuando la rozaba
la suave piel de mi serpiente
reptando en la selva
oscura de tu yedra.
Regálame tu sombra,
la espalda de tu luna.
Quiero naufragar
allí donde rompe el vértice

de tu mar interior.

martes, 23 de diciembre de 2014

ALIENTO



Vamos a tocarnos el aliento
con estos labios recién hechos,
con besos creados
para tu boca concreta.
Vamos a rozarnos la piel,
a divisar tu silueta dibujada
como un arco iris
de lluvia fundida con el sol.
Quiero nombrarte,
llamarte encuentro,
y acariciarte los ojos
como quien descubre el infinito.
Pretendo la palabra
a tu palabra abrazada.
Pero no me pronuncias
y escuece el silencio,
y cuando digo tu cuerpo
hay una sombra infinita,
quieta, escondida
para que no toque tu aliento.
Busco las señas de tus manos
en el  desorden de los armarios.
A lo mejor no existes
porque no está el perfume de tus ingles
en la cama enamorada,
A  la almohada le duele
el hueco de tu nuca
y tu pelo olvidado.
Quiero andarte el aliento,
descalzo para no lastimar
las huellas grabadas en la ausencia.
 Moldear tu aliento
como cuando hacíamos besos artesanos
y pegábamos las astillas de las lenguas
con saliva bendita.
Como cuando creábamos tu aliento
y el mundo adquiría el sentido necesario
para seguir siendo mundo.
Quiero encontrar tu aliento
y llevármelo allí,
donde el recuerdo
es tan sólo recuerdo.


lunes, 22 de diciembre de 2014

NECESITO UNA PRIMAVERA


A veces se caen las primaveras.
Las barre el viento
como hojas descolgadas de uno mismo.
No llega el verano
porque los ríos están despreocupados,
persiguiendo horizontes de mares disecados
para un museo posterior,
cuando no sea mundo el mundo.
A la primavera le duelen las primaveras
de tantas flores hundidas,
destinadas a tumbas sin nombre,
a esqueletos anónimos
de muertos que nunca existieron.
Duelen las primaveras envueltas en invierno,
atadas con inviernos.
Primaveras con cenizas de  agua
ahogadas en un pozo sin lunas.
Necesito encontrar una primavera
para saber que existes,
para que me demuestre que coincide
con la mirada azul de tu mirada
que me sostiene el alma en la existencia



AMENAZAS


La vida se encuadra en una organización. Lo seres vivos nos desarrollamos en ella. La evolución viene dada tal vez desde un caos que poco a poco se va reglando a sí mismo.

Los pueblos necesitan de esa vida reglada para que su desarrollo sea armonía como es hermosa armonía la vida cósmica. El día es una cosecha de luz procreada entre lunas y ríos. La belleza de las estrellas engendra la hermosura del sol. Y así, rodando por el tiempo, vamos madurando hasta que la muerte nos reclama como un fruto que lleva dentro la ternura de lo vivido.

Son los gobiernos legítimamente elegidos los que reciben el mandato emanado del pueblo para legislar, orientando necesaria y escrupulosamente esa legislación a la vida mejor de la ciudadanía. Nunca puede ser por tanto capricho de los legisladores desvinculado de esa exigencia de colaboración al bienestar del pueblo. El pueblo encomienda, supervisa y exige porque de él dimana la concesión temporal de gobernar. Y cuando alguien, dejando al margen al pueblo, gobierna sin esa donación popular y contra  el horizonte del bien común, se convierte en un dictador al que hay que derrocar cuanto antes denunciando la usurpación de funciones que no pueden pertenecerle. Los dictadores tienen también conciencia de ser instrumentos. Pero sólo reconocen una designación divina. Son los escogidos por dios y de ese voto único de la deidad les llega el poder. El caudillo lo fue por la gracia de dios. El dictador por tanto ignora al pueblo y convierte a los ciudadanos en súbditos.

Las democracias por el contrario otorgan la dimensión de ciudadanía a los que bajo la dictadura eran relegados al despreciable estado de súbditos. Por eso en las dictaduras no hay libertad. En realidad los súbditos no la necesitan porque no pueden ejercerla. Todo les viene dado desde la podredumbre que las dictaduras ostentan

Los dictadores esgrimen continuamente el arma del miedo. Los españoles sabemos mucho de eso. Hay incluso un exceso de legislación porque hay que tapar todos los huecos por donde pueda respirar la libertad. Un fusil en cada posible espacio de libertad hará explotar la nuca de quien se atreva a correr la aventura de constituirse en decisión sobre sí mismo. El miedo paraliza y consigue que el silencio sea el alimento de la represión más atroz. El dictador teme a la palabra porque ella es un arma de poder.  Se legisla para asustar. La advertencia es siempre una amenaza. Y quien no sea consciente de esa equivalencia entre ley y amenaza expone sus sienes a la rotundidad de la muerte física o existencial.

Después de años de opresión ejercida por un dictador puesto en la historia por la gracia de dios y bendecido por una jerarquía católica prostituida, despertamos a la libertad conquistada con la sangre y muerte de muchos. Y es responsabilidad de cada ciudadano ejercer conscientemente su derecho a ser libre con la exigencia ineludible de exigir a los poderes el respeto a esa libertad. Y cada día corremos el peligro de que se nos robe esa libertad porque todo poder tiende a engrandecerse a sí mismo y a instalarse en el autoritarismo.

Parece que hay intereses manifiestos a deslizar una democracia que tanto nos ha costado hacia estercoleros de dictaduras subrepticiamente inoculadas. El exceso de legislación y la legislación en sí misma concebida como amenaza es prueba de ello. Las leyes deben ser los raíles sobre los que rodar la vida ciudadana sin estridencias. Cuando esas leyes llevan  aparejada la amenaza de castigos, cárceles o sanciones de todo tipo, se convierten en la antesala de ataduras de manos, de palabra tapada por peligrosa, de iniciativas tachadas de destrucción, terrorismo, radicalismo. Y se argumenta que los ciudadanos quieren romper la democracia, cuando en realidad es la legislación la que   quiere amparar al poder sancionador.  Amamos la democracia porque sabemos lo que significa carecer de ella. La astucia de los poderosos no empieza rompiéndola, sino  amenazando a la ciudadanía, tratando de convencerla de que la libertad de expresión, de reunión, de información es un propósito de destrucción. Y ellos, albaceas y vigías de esa democracia, deben amputar derechos, porque de lo contrario el ejercicio de esos derechos nos llevará a un precipicio que despeña a la democracia.

La Ley de Seguridad Ciudadana no tiene por objeto preservar la democracia, ni garantizar la tranquilidad de la libertad democrática. Es más bien un chaleco de fuerzas para que no ejerzamos una libertad de movimientos que puede costarle el poder a los que habiéndolo recibido de las urnas, pretenden construir una sociedad de espaldas a los derechos ciudadanos y a la apropiación indebida de la auténtica democracia. Esta es la más obscena corrupción.

No siempre la autoridad elegida democráticamente persevera en un devenir democrático. Cuando se ciegan los derechos con amenazas continuas, hay que sentir en lo más hondo el acecho de fuerzas destructoras.


Cuesta mucho levantar la libertad. Cuesta muy poco fusilarla contra la una pared y dejarla caer en una cuneta.
COMO AQUELLA TARDE


Toco lo intocable de ti,
el hueco del volumen que fuiste.
Tiempo sin tiempo, vacío.
Sombra sin cuerpo que haga sombra
sin sol que fortalezca
el músculo oscuro,
gris de la inexistencia.
Eres tú como eras tú
aquella tarde,
cuando  el nunca estaba
bajo tu nuca.
Yo me acercaba por la espalda
para sorprender tus labios
y darle una alegría a la alegría.
Toco lo que serás siempre,
el innombrable misterio
que encontré detrás de la luz  aquella tarde.
Recuerda.
Guarda el perfil del cuerpo
que olvidé en ti, dentro de ti,
cuando empecé el camino de tu ausencia
hasta la infinita distancia
que nos une para siempre.


domingo, 21 de diciembre de 2014

ESE PUENTE



Hago un puente
para que cuelguen los ríos
su pena,
para que suiciden
su soledad los peces.
A veces la tristeza se vuelve líquida
y evapora sus colores
como un grito de auxilio
que camina por los árboles
hasta dejar sus huellas digitales
en los horizontes
Llámame.
Imanta mi voz con tus labios.
Atame al eco de tus besos.
Quiero como los peces
desprenderme del tiempo
y reposar mi muerte

en el cielo de tu boca

sábado, 20 de diciembre de 2014

TU ERES POEMA




Escribo un poema porque no  sé pronunciar
la palabra exacta que te define.
No sé cómo bajar
a los sótanos donde guardas
los ríos que coleccionas.
Escribo un poema como forma de ser definitiva
desde donde conspiras
contra la oquedad de la palabra,
contra la nada que se anuda a mis pies
cuando acudo a tu infinitud estática,
sin principio ni fin,
en sí misma conclusa.
Escribo, interrogo,
y me sorprende el abismo
que va de la nada al todo.
Escribir un poema
es reconocer
que eres pura esencia
lejana como un dios diminuto
que me expulsó
del jardín de tu nombre y de tu piel.


jueves, 18 de diciembre de 2014

SE CANSAN A VECES



Llevo un otoño en los labios.
Caen los besos
y forman una alfombra de caricias
que cruje si caminas,
si te empeñas en crear distancias grises.
Tal vez quieres que tome conciencia de que eres lejanía
y fabrique olvidos sentado al borde de la distancia.
Lo entiendo. No es fácil soportar un otoño
en los labios que fueron un ramo de magnolias.
Sé que tengo suscrito un pacto con tu piel,
que me obliga el amor  como en tantas noches de luna.
Sé que tienen testigos las sábanas mojadas,
que guardan memoria de tus pechos y de tu vientre abierto
pidiendo que penetre tu  silencio
hasta hacer de tu cuerpo una carpa de amapolas.
Lo entiendo. Pero no me acostumbro
a ver sólo tu espalda
a clasificarte como un horizonte inalcanzable.
Yo también invoco cada cláusula del pacto
para  que cumplas tu firma con mi boca

y entre los dos fundemos  una nueva primavera.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

LE DIRE



Le diré al mar que escribes versos,
que cada mañana me despiertas con un aliento de luz,
que anochezco en ti y duermo en tu palabra,
que hacemos el amor como un poema
con la serenidad de quien llega a una playa
y la violencia que desgarra una alegría.
Le diré al mar que nos abrimos de par en par
para que nos penetren  horizontes azules
y nos llenen la sangre de flores líquidas,
de sonetos seminales,
de romances y nanas de Federico y Miguel.
Le diré que escribes versos tiernos como  trigales,
furiosos como montes románicos de piedra.
Le diré que así rozamos nuestros ojos
para que no se rompa la luz si la tocamos.
Le contaré los besos uno a uno,
suaves como Panero,
sangrantes de rebeldía como Blas de Otero.
Hablaré con el mar cuando no estés
y haré una playa de recuerdos,
de arenas y pisadas
para que tú las conviertas en palabras.
A lo mejor dios te pregunta por los jardines olvidados
donde el pecado fue la forma de besarnos
el estilo de ser árboles que se abrazan.
Tendrás que recordarle
que fecundé tu boca y derramé las sílabas
que hacen de la vida un poema
para que lo recite el mar.


martes, 16 de diciembre de 2014

TU ORILLA



A orillas de tus caderas
nace una primavera azul
con pájaros colgados
en las ramas del aire.
Tengo tu piel en las manos,
y mis palmas son palmeras
para esa luna vertical que me regalas
si tu carne me nombra y me pronuncia.
A orillas de tus caderas
los ríos atan tu cintura
a mis piernas imantadas
y el peso de tu cuerpo me cabalga
con el equilibrio de un grito clavado en los ijares.
Allí, con la primavera azul entre las alas,
sueñan los pájaros dormidos

en la cálida plaza de tu vientre.

lunes, 15 de diciembre de 2014

LA MUERTE NO ES NOTICIA





Mi muerte no será noticia,
sólo preludio de un aniversario
hasta que el olvido la convierta
en una fecha aproximada.
Dirán…  debió morir alrededor de mayo.
Nadie recordará con exactitud
el último beso.
Me perdieron
como se pierde un paraguas en el metro
y se repone en la tienda de la esquina
para que no les sorprenda la vida a la intemperie.
Y todo será como fue antes.
Beberán tres botellas de Rioja
hasta la borrachera,
no para olvidar
sino para evitar que su fecha  sea
el preludio de un aniversario.
Pero cuando el alcohol se ausente del cerebro
tendrán que asumir
que no son noticia sus muertes,
sino simplemente  paraguas que se olvidan

en un asiento del metro.

domingo, 14 de diciembre de 2014

BUENAS NOCHES


Buenas noches.
He dejado los besos debajo de tu almohada
y trocitos de luna entre tu pelo.
Buenas noches.
Busca entre tus sueños la ternura
que reclama tu piel cuando mi ausencia
te sabe a olvido entre los labios.
Buenas noches.
No quiero que ascienda por tus piernas
ese frío de sábanas que se arrepiente
del relieve de tu calor radiante
donde resuelves el rio que me brota
si convocas la verticalidad que me define.
Buenas noches.
Te dejo una herencia de temblores,
de pulsos que laten dentro de tu herida.
Buenas noches.
Sálvame de la intemperie
que tirita en la sangre sorprendida
cuando me susurras la urgencia

de ser tus buenas noches para siempre

sábado, 13 de diciembre de 2014

AYER A LA VISTA



Pretendo escribir un artículo. Pero ignoro si puedo ampararlo en mi derecho a la libertad de opinión o va a ser juzgado por un Tribunal de Orden Público de este neo franquismo gubernamental llamado Ley de Seguridad Ciudadana. Sabía a qué atenerme entonces, cuando todo en mi país estaba bajo la bota de un caudillo de España por la gracia de Dios. Su muerte me devolvió la libertad y pude dar mi visión sobre la realidad nacional desde la resurrección de mis derechos. Hoy es posible que alguien me pida mi identificación y que estas líneas puedan ser maldecidas por un uniforme policial sin que haga falta la sentencia de un juez para condenar mis palabras, porque este régimen de mayoría absoluta ha decidido que mis derechos no emanan de la propia esencia de mi humanidad, sino de la concesión graciosa de un ministerio del interior Opus-Dei por la gracia de un dios idéntico al de entonces que reivindica un nacional catolicismo rancio que habita en las afueras de la historia.

El paso de una dictadura a una democracia viene dado por la libertad que se ejerce como derecho inalienable o por su  supresión. Las dictaduras son una corrupción en sí mismas porque se apoderan de la palabra como vientre fecundo en el que se gesta la democracia. Y cuanto más se coarta esa libertad en un gobierno que se dice democrático, más dictatorial se va volviendo, hasta el punto de que el gobierno se convierte en un crujiente celofán que envuelve el hedor que emana de su putrefacción real. La democracia y los derechos que la constituyen están siempre amenazados. Hay gobiernos teñidos de estados de derecho que espían la oportunidad para dar un golpe de 23-F y erigirse en ametralladoras que disparan cada amanecer contra las tapias un  cementerio cualquiera. Hay Tejeros vestidos de Armani y perfumados de loewe. Están mal vistos los sables y las polainas. Hoy se dispara de otra forma, pero se mata como siempre. Hoy no se buscan las nucas. Se asesina con más elegancia, pero terminan hediendo los cadáveres. Hoy se sajan los derechos con bisturí eléctrico o se cercenan los derechos con laparoscopia. Se ahorra la sangre y la visión nauseabunda de antiguos quirófanos. Pero el resultado es el mismo. Los derechos se amputan y se tiran en cloacas biodegradables para que no contaminen el ambiente perfumado de los asientos de diputados.

Estamos regresando a la época del hambre, del pan con aceite, de la sopa de cubitos, a los hospitales de caridad, al pan de las parroquias para los niños pobres, al ropero de Cáritas. Los jubilados han vuelto a ser simplemente viejos, los enfermos mercancía que vende la administración a médicos privados, a seguros de pensiones porque el dinero que fuimos ahorrando se marchó a los bolsillos de señores importantes. El trabajo se ha devuelto al foso de la esclavitud, se pierden los derechos laborales, se desprestigia a los que gritan contra la corrupción porque estropean el banquete de unos pocos, se inyecta un miedo disimulado, se vuelven a apropiar de la calle como cuando Fraga, se amenaza  con multas, con cárcel, con despidos.

La crisis ha sido la gran coartada para recortar sanidad, enseñanza, promulgar leyes laborales que dejan a la intemperie al obrero. Se les niega ayuda a los dependientes, se les congela la pensión a quien ha estado toda la vida cotizando para tener la tranquilidad de un tute en el bar o una petanca en el parque. Ahora tienen que pensar en cómo alimentar a los hijos en paro y a los nietos con el estómago vacío. Al auxilio social le llaman ahora comedor social y a las casas de socorro ambulatorios. A la limosna la nombran como solidaridad. Y no regateo méritos a todos esos voluntarios que entregan su tiempo, sus fuerzas, sus vidas al servicio de los más pobres. Lo que me escuece es que haya pobres a millones para que unos pocos hayan conseguido ser más ricos. Y lo que duele es que algunos se tengan que ocupar de la chavalería que sueña con una tortilla porque los gobiernos prefieren disminuir el déficit y se empeñan en crear un abismo entre los que más tienen y los que tienen sólo hambre.

Y como prueba definitiva del regreso a un neo franquismo dictatorial, este aplastamiento de la libertad que prohibe exigir derechos,  reclamar dignidad,  pedir pan y libertad.

Muchos me llamarán demagogo y populista. El ministro del interior, cuando termine sus oraciones y pida perdón a dios porque miró los muslos de una diputada, me tachará de filo etarra, radical y terrorista. Debí pensarlo antes de ponerme a escribir.



TUS PUNTOS CARDINALES


Voy desde el norte de tu boca
hasta el centro vital
donde se funde la vida con la vida.
Llego hasta la frontera de la piel que prohibía
el tiempo cuando era tiempo
y nos esclavizaba el entonces
sin un aquí y ahora
que nos proclamara vencedores de los a atardeceres.
Bajo a tus sótanos,
donde reside la ternura del silencio,
las manos de la última caricia,
los besos del último beso.
Allí habita el agua
que se hace mirada
en el tacto azul de tus ojos
cuando la realidad desordena
el parque de pestañas de tu sexo.
Voy a domiciliarme en ti,
a residir en ti,
a pedirte que me vivas
para que no sepa la muerte
el apellido de mi sangre
y equivoquen sus pistolas el camino de la nada.
Al norte de ti anidan los mares
con peces dibujados,
con sirenas talladas en tus pechos.
Quiero aprender a andarte
para no perderme
cuando la vida borre tus puntos cardinales


REGRESO A MI






Vengo de un largo camino
hasta llegar a mí
Duelen los andares,
las huellas dejadas
en las piedras del tiempo.
Llego, si he llegado,
con el cansancio envuelto
en despedidas saladas
en saliva de recuerdo
que escuecen en el paladar,
en el cielo de la boca,
en los labios sin besos.
Enroscado el camino
como una enredadera en los huesos
con células de sombra.
Camino con las huellas borradas
para que no haya signos
que me delaten
y no sepa el amor
el nombre que me nombra.
Soy un horizonte
para que no me alcance,
y cargo la condena
de perseguirme sin éxito.
Necesito colgarme de tus ojos,
del andamio de tu luz
para pisar tu piel y renacer de nuevo
en la cuna de tus manos.


viernes, 12 de diciembre de 2014

CONJUGACION


Somos el tiempo indefinido
de un verbo no conjugado.
Lo inconcreto somos
como  ángeles que fabrican
horizontes inaccesibles.
No puedo definir te.
Inabarcable eres,
como el amor
como el agua que se filtra
entre las manos enlazadas.
No son equivalentes
tu ser y mi ser.
Son lunas  paralelas,
raíles por donde avanzan los ríos.
Pregunto a quién beso si te beso?
De quién es la voz
cuando sólo es eco?
Piel de oquedad eres,
vacío y plenitud insostenible.
Estoy de regreso

hacia donde no estarás nunca.

jueves, 11 de diciembre de 2014

MATERIA DE TI


Soy materia de olvido,
de llanto,
de caricias,
de besos.
Soy materia de ti.
Nazco de tu piel,
de tus labios,
de tus pechos.
Surjo de tu carne,
de tu vientre,
de tu sexo.
Me incorporo en tus piernas,
en tus brazos,
en tu cintura de arco iris.
Soy barro de tu barro,
arena de tu mar,
hueco de tus manos
donde se bebe el agua.
Soy sed que pide
el chorro de tu lengua,
la lluvia de tu saliva azul
para empapar las rosas de mis ojos,
las cataratas despeñadas de mi luz.
De ti estoy hecho.
Me sorprende tu aliento
insuflando en mi boca
la vocación que me identifica
y me asigna un destino.
Fruto maduro de ti
hasta que la muerte
recolecte mi historia
y me haga eternidad

en tu último esfuerzo.

martes, 9 de diciembre de 2014

NO TE LLAMAS



No te llamas como te llaman.
Está lejos tu nombre.
Lejos como los amaneceres
que nacen entre los dedos del mar.
Allí está la palabra
que abarca tu cuerpo,
que engendra las venas del alma
y convierte tu piel
en el vientre donde nace el mundo.
Está tu nombre donde gira la vida
sobre el propio eje de sus labios,
marcando la órbita planetaria de tu sexo,
la luna  de tus jardines oscuros.
Allí estás tú,
llamándote a ti misma
con el nombre que te sueño en cada sueño,
dos sílabas apenas
donde  cabes entera
como yo en ti,
cuando me configuras
en tu llamada nocturna

dormido en la almohada de tus manos.
AQUEL DIA 18





Pongo en duda  la lluvia.
Desconfío del interior de cada gota.
Necesitaría abrirlas una a una
y tocarlas por dentro,
para saber si guardan amapolas
o soles diminutos,
si llevan escrito el remite de tus labios
porque te rozaron una tarde de mayo.
¿Recuerdas aquel día 18?
Nos presentó la lluvia.
Besamos el encuentro
como quien se bebe el mundo
y pisamos las huellas del agua
con el cuidado de quien pisa los recuerdos.
Pero hoy  dudo de la lluvia.
A lo mejor eran gotas huecas
sin la sangre urgente
que circula por el tacto
en busca de jardines
para enredar la vida.
Sombras con relieve de agua,
agua sin nombre,
sin denominación de origen.
A lo mejor no existes.
A lo mejor no nos besamos
aquella tarde de lluvia falsa

de mayo, día 18

lunes, 8 de diciembre de 2014

AGUA




Tal vez debiera detener el paso
para pensar el agua,
para preguntarle, aunque no me responda.
Pedirle que me indique
el camino hacia ninguna parte.
Ella no sabe de ti.
Nunca le hablé de nuestros besos.
Los intuyó una tarde,
pero fue discreta el agua
y no preguntó a mis labios.
Si no sabe el camino de tus ojos
tal vez no tiene sentido
contarle que soy  tan sólo
un puñado de ausencia.
Pensar el agua es ponerle
nombre a la distancia
porque ella siempre va
desde el ayer al mañana,
pero nunca viceversa.
El agua no es tiempo,
duración o eternidad.
No sé si vale la pena
detener el paso
para no encontrarte,
para no resolver
el misterio de tu piel.
Le daré la espalda al gua.
No quiero que me mienta
de frente.
Tal vez nunca me perdone
que no le hablara de ti.


domingo, 7 de diciembre de 2014

DIGAME



La duda metódica constituyó un método dialéctico y filosófico. El ser humano es una duda en sí mismo y tiene la conciencia clara de que cuando responde a una pregunta existencial la propia respuesta se convierte en pregunta. Y así anda, persiguiendo la obscura noticia que es para sí mismo. El ser humano no es evidencia ni constatación empírica. Es el misterio que gira sobre sí mismo. Y ahí radica su grandeza.

En tiempos de la dictadura fuimos preguntas sin respuestas. Nos cegaban la vocación de búsqueda porque las respuestas no convenían al dictador. Nos estaba vedado leer a ciertos filósofos extranjeros. Todos los días se fusilaba la libertad como se fusilaban nucas en las paredes blancas de los cementerios. Los derechos yacían en las cunetas con paletadas de tierra encima. La huelga era siempre una conspiración judeo masónica. Las comunicaciones estaban vigiladas porque podían ser aprovechadas como armas contra la bota que nos aplastaba.

Hace treinta y tantos años. La alegría se ponía de pie sobre la sangre derramada, sobre el dolor de viudas para siempre con pañuelo negro, sobre la orfandad de niños que nunca supieron lo que era un padre, chavales con pelotas de trapo y chocolate de tierra los domingos. Y misa para las criadas a las siete y de doce para los señoritos.

No existía la intimidad porque el dictador ocupaba todo el campo de lo humano. Era su dueño y destruía lo que le estorbaba a sus andares de paquidermo con galones.

Hace treinta y tantos años. Tuvimos que organizar la vida, hacer del país una apertura al mundo, inaugurar la convivencia nacional e internacional, gritarle al universo que éramos libres, que Cuelgamuros era un lugar seguro, que ciertos muertos no serán partícipes de la resurrección de los muertos, que ciertos cadáveres serán siempre cadáveres.

España se apoyó en el trípode de la democracia. Tres poderes que aupaban la serenidad de quienes hemos llegado hasta aquí después de dejarnos las entrañas en el entonces fúnebre del ayer.

El poder judicial nos garantiza que ningún otro poder puede pisar nuestro terreno. Vela por la legitimidad de todo lo humano y da la cara en defensa de tentaciones dictatoriales de mayorías absolutas. Y sólo cuando ese poder sospecha de intromisiones absolutistas, corruptas o asesinas permite la intromisión en la palabra corrompida de alguien.

Pero la tentación está ahí. En el ministerio-opus del interior. E imitando al dios que todo lo sabe, hay un ministro que lo quiere saber todo plagiando a la divinidad por mandato de Escrivá de Balaguer. Y Rajoy, el que juró la constitución por encima de sus posibilidades, accede. Y el sustituto de Gallardón, que dios tenga en su gloria, Rafael Catalá asegura que el gobierno tiene derecho a oír nuestras conversaciones. Lo mismo da que le digamos a nuestra pareja que deseamos sus labios, que si alguien trama una concentración en defensa de los derechos a una vivienda digna, a un salario justo, a una sanidad preocupada por la salud y no por los beneficios empresariales.

Estábamos tranquilos. Los jueces eran garantes de una equidad, de una libertad de expresión en voz baja a través de un móvil. Y sólo permitían captar la palabra cuando estaban seguros de que esa palabra era profanada o mantenía metralla para hacer explotar la nuca de la democracia. Y las togas han sido siempre escrupulosas defensoras de esa libertad de expresión garantizada por una constitución a la que todos alaban pero que muchos prostituyen.

Estamos en la época de las comunicaciones. Las redes sociales nos proporcionan contactos y hacen de la apertura al mundo un hecho recién estrenado.. Es un gozo que alguien te comente desde Japón un artículo o que alguien te mande el perfume de un beso.

Y en esta época de comunicaciones, el ministerio del interior se apropia del derecho a entrometerse, a espiar, a almacenar  comentarios y  besos. Ya no podemos entregarnos a nadie a través de la palabra. Regresamos a la dictadura. Franco tenía en exclusividad la potestad de oírnos. El gobierno, supuestamente democrático, se atribuye una facultad propia de dictadores.

Nos han recortado el derecho a la sanidad, a la enseñanza. Han destruido derechos laborales, derechos de jubilación, de dependencia, de justicia gratuita. Están construyendo una sociedad donde los ricos sean más ricos a costa de que los pobres sean más pobres. Se da por bueno el chantaje laboral, se promueve la “movilidad exterior”, se cargan de impuestos las espaldas del obrero y se libera a los grandes capitales. ¿Seguimos?

Ahora se apropia esta libertad de comunicación y espían nuestras conversaciones bajo el farisaico argumento de la seguridad.

La libertad es un riesgo que debemos asumir. La dictadura es un regreso a los tiempos en que no había que meterse en política porque el pensamiento único y dictatorial lo encubría todo.


Ahí estamos. De regreso. Hacia una ayer infame. Y lo que más escuece es que se haga desde parámetros democráticos. 

sábado, 6 de diciembre de 2014

ALLI DONDE LIMITAS,





Donde acaba el calor de tu presencia,
donde el amor deja de ser un precipicio
y se desboca la palabra que me nombra.
Donde termina la frontera de tu sangre
y se justifica el vacío de tu piel,
donde la nada es el todo
compacta como un puñado de arena
Allí donde dejas de ser tú
e ignoras si es vertical tu muerte,
si es un poste la luz que peregrina
desde tus raíces al vértice de tus huesos
Quiero detenerme allí donde terminas,
descender por la luz que desprenden tus ojos
hasta unir la tierra de mi carne
al barro que perfumas cuando lloras mi ausencia.


ALGUN DÍA




Algún día tendré que definirte.
buscar el núcleo
que te configura,
sin el cual podría confundirte
con una casualidad sin sentido.
Tendré que saberte
para incorporarte
a la responsabilidad de existir,
y que sean conscientes las rosas
de que nuestros jardines
son un mismo paraíso terrenal.
Tendré que ponerte nombre,
Eva, tal vez,
porque tienes pechos piel de manzana
y sexo de sudor como las madres.
Arrastro mi orfandad
y se hacen surcos en la tierra
con gérmenes de ríos y de mares
y perfiles de lunas desangradas.
Algún día tendré que definirte
para que los ángeles sientan la derrota
y sus espadas ardan entre plumas.
Quiero saber quién eres
para saber quién soy,
para amarnos con odio,
para odiarnos mientras nos enamoramos,
para mordernos como perros
y lamernos como cachorros.
Entonces seremos lo que somos,
una contradicción de relámpagos con luz


viernes, 5 de diciembre de 2014

SESENTA Y TRES




Ni siquiera llega a la plenitud erótica matemático-sexual. No alcanza esa hondura. Se queda en un sesenta y tres. Pero es una cifra lo suficientemente alta como para que estemos preocupados por la supervivencia de una democracia que es responsabilidad de todos.

Según la encuesta del CIS esa es la cifra de españoles preocupados por la corrupción en nuestro país. Hubo tiempos para el terrorismo. En cualquier esquina se escondía una ametralladora. Todos nosotros teníamos nucas de cristal para balas que se alimentaban de sangre.

Ahora figura en primer lugar el paro. Y cuando digo paro digo hambre, angustia, desesperación, vértigo. Digo niños con estómagos vacíos, viejos sin la alegría de la jubilación estirando quinientos euros para repartir céntimos de sopa entre siete de familia. Digo albañiles sin andamio, taxistas sin volante, agricultores sin migas y tocino a media mañana.

El paro viene siendo desde hace tiempo ese atraco a la alegría, a las ganas de vivir, a veces incluso al gozo de ser padres. Porque no hay ganas de besos, de caricias, de encuentros en plenitud. Porque maldita la hora del amor,  la luz de las estrellas, la luna que nos enamoró una noche y que hoy se llama María, Paco o Rafa. Maldita la hora en que los pusimos en el mundo par no poder regalarles un caballo de cartón, un balón o ese sueño que nos dejaron en la carta más hermosa cuando él era un Melchor de nieve y ella un emperatriz con lunas en el pecho. Eran sus reyes magos, su navidad, la belleza encerrada en cuatro letras: Papá-Mamá.

Y detrás de esa frustración vital de la falta de trabajo, de la conciencia de esclavitud que algunos quieren imponer, de la indignidad chantajista de trabajar doce horas y percibir un sueldo minimizado de cuatro y a la que pretenden que se esté agradecido porque más cornás da el hambre, la visión en tres dimensiones de la corrupción que crea una abismo de separación cada vez mayor entre pobres que no pueden serlo más y ricos que siempre aspiran a alcanzar mayores metas de riqueza. Y la visión de que los segundo la alcanzan a costa de los primeros.


La corrupción maldita de la palabra, de la promesa hecha por quien sabe que no va a cumplirla porque su meta es un cambio del orden social, con un liberalismo a cuestas que proclama que hay que entregar a los poderosos la riqueza de la tierra para que la administren, para que se sirvan de ella y dejen migajas, sólo migajas suficientes para que el obrero mantenga su capacidad productiva sin que se le suba a la cabeza su destino de creador del mundo. Los pobres sólo tienen un derecho y hay que ayudarlos a que los desarrollen. Es el derecho a ser para siempre pobres.

Y esta visión del mundo, de la historia, de los valores es lo que conduce inevitablemente a la corrupción económica. Se roba porque se tiene derecho, oportunidad, conciencia clara de impunidad. Porque no se roban unas naranjas, porque no se esconde debajo de la falda o el pantalón un chorizo, porque no se disimulan unos yogures en el sujetador para que el rubio mame la vida como mama la teta hermosa de la madre. Esos no son corruptos. Son ladrones y deben pagarlo con cárcel, con antecedentes policiales que adviertan de su perversión cuando vayan a solicitar un trabajo.

Los corruptos son una categoría respetable. Desfalcan bancos como presidentes honorables que desayunan con ministros y con el Ibex treinta y tantos en el Palace. Se auto indemnizan con millones porque sus méritos alcanzan la gloria de Bernini, porque los gemelos, las corbatas, los trajes, los coches con conductor. Estos no son ladrones. Son corruptos respetables, porque tienen carrera, porque un ministerio, una empresa importante, el Fondo Monetario Internacional, la presidencia de…los méritos por…la vinculación con…

Pero los pobres no son ciegos. Y el sesenta y tres por ciento es consciente de que tanta miseria, tanta hambre, tanto cajero-dormitorio, tanto desahucio, tanta cola de estómagos vacíos, tanta vergüenza de pedir una limosna en el banco de alimentos. Y nace la angustia, y crece la desesperanza, el hermetismo de un futuro degollado. Y puede crecer el odio, y azuzar la necesidad de la propia dignidad, y aullar la falta de derechos, la carencia de sanidad, de docencia, de desilusión de viejos frustrados, de muchachos sin esperanza. Y no quiero imaginar las consecuencias. No animo a nada, no hago apología de nada, no incito a nada. Sólo soy consciente de que las circunstancias frecuentemente desembocan en un delta peligroso donde no importa lo que a muchos les suceda porque no será peor de lo que les está sucediendo.

Muchos logros se nos pueden romper entre las manos.


jueves, 4 de diciembre de 2014

ESTAR EN TI




Quiero estar en ti
como la primavera en los almendros,
decorando la savia que te aflora en tu boca
cuando la alegría
se pone de pie sobre los hombros del mundo.
Estar en ti,
sosteniendo las raíces de tu sangre,
de tus óvulos como cerezas de fuego
que alimentan mi piel
y el deseo de fecundar tus lunas.
Estar en ti,
en la plaza de tu vientre,
de tu monte de venus con ecos de otros tiempos
cuando ayer era ayer
tú y yo nosotros
y sembrábamos besos y amapolas
en los trigales rubios de tu pelo.
Estar en ti,
sustituyendo la risa por sonrisa,
permitiendo los nidos de los pájaros
colgados de la luz
secándose al calor de tus gemidos.
Estar en ti
como el olor de la madera quemada
en los inviernos íntimos de una soledad oscura.
En ti porque no estás,
porque a lo mejor no vuelves,
porque trituraste los caminos
con los mismos dientes
que me mordieron el alma.
Estoy aquí,
al final de la distancia,
la que separa y une.
Estoy esperando el turno de la primavera
para florecer en tus almendros.