jueves, 4 de diciembre de 2014

ESTAR EN TI




Quiero estar en ti
como la primavera en los almendros,
decorando la savia que te aflora en tu boca
cuando la alegría
se pone de pie sobre los hombros del mundo.
Estar en ti,
sosteniendo las raíces de tu sangre,
de tus óvulos como cerezas de fuego
que alimentan mi piel
y el deseo de fecundar tus lunas.
Estar en ti,
en la plaza de tu vientre,
de tu monte de venus con ecos de otros tiempos
cuando ayer era ayer
tú y yo nosotros
y sembrábamos besos y amapolas
en los trigales rubios de tu pelo.
Estar en ti,
sustituyendo la risa por sonrisa,
permitiendo los nidos de los pájaros
colgados de la luz
secándose al calor de tus gemidos.
Estar en ti
como el olor de la madera quemada
en los inviernos íntimos de una soledad oscura.
En ti porque no estás,
porque a lo mejor no vuelves,
porque trituraste los caminos
con los mismos dientes
que me mordieron el alma.
Estoy aquí,
al final de la distancia,
la que separa y une.
Estoy esperando el turno de la primavera
para florecer en tus almendros.


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