lunes, 8 de diciembre de 2014

AGUA




Tal vez debiera detener el paso
para pensar el agua,
para preguntarle, aunque no me responda.
Pedirle que me indique
el camino hacia ninguna parte.
Ella no sabe de ti.
Nunca le hablé de nuestros besos.
Los intuyó una tarde,
pero fue discreta el agua
y no preguntó a mis labios.
Si no sabe el camino de tus ojos
tal vez no tiene sentido
contarle que soy  tan sólo
un puñado de ausencia.
Pensar el agua es ponerle
nombre a la distancia
porque ella siempre va
desde el ayer al mañana,
pero nunca viceversa.
El agua no es tiempo,
duración o eternidad.
No sé si vale la pena
detener el paso
para no encontrarte,
para no resolver
el misterio de tu piel.
Le daré la espalda al gua.
No quiero que me mienta
de frente.
Tal vez nunca me perdone
que no le hablara de ti.


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