Aznar escaló hasta la cumbre de sí mismo y se encontró de frente con el mundo. El mundo no era redondo, ni cuadrado ni romboide. Era pluriforme y andaba enemistado consigo mismo. Mundo, demonio y carne. Lo decía ya su catecismo de católico defensor de los valores de occidente frente a toda la inmigración sin valor alguno que aportar. Según este visionario de la historia, el mundo árabe no puede contribuir con un plus de conocimientos. No reconoce las aportaciones médicas, filosóficas, gastronómicas, arquitectónicas que nos recorren la sangre. Aznar es sencillamente un ignorante lleno de atrevimiento para evangelizar al mundo al margen del mundo y su devenir.
AZNAR PRIMERO el sabio se reía de todo aquel que nos pusiera delante de los ojos las consecuencias del cambio climático. Gracias a un cambio económico defiende hoy, con un cinismo absoluto, que el cambio climático es una evidencia. La conversión originada por un conversión de euros a dólares significa que ni antes ni después ha tenido conocimiento alguno sobre esta materia. Aznar es sencillamente un ignorante.
Cuando Aznar explica que Europa surge del cristianismo y desarrolla esta tesis, pone en evidencia que confunde cristianismo con cristiandad. Desconoce la existencia de Constantino y el giro copernicano que los jerarcas eclesiásticos del momento dieron al evangelio. De la cruz nació la espada y de la espada una cruz bélica hasta el punto de engendrar la Inquisición, las cruzadas esclavizantes, pero bendecidas por Su Santidad. Aznar es sencillamente un ignorante.
Aznar se atreve a condenar a EE.UU, Inglaterra y Francia por su unión contra Gadaffi. Porque si bien reconoce su extravagancia, es un amigo de Europa. Es verdad que los propios que hoy atacan al líder de Libia lo honraron en su momento como aliado y amigo. Hoy a Gadaffi sólo le queda la amistad inquebrantable de Aznar. “Aznar –ha dicho Elena Valenciano- no se cansa de hacer un ridículo internacional” A este revisionista de la historia sólo le interesa que Gadaffi, después de su conversión, luchó contra el terrorismo. No tiene en cuenta su carácter de dictador y opresor de un pueblo que hasta concibe la perpetuación de su dictadura dándola en herencia a sus hijos como una dinastía monárquica. Tal vez este amor le brote de su juvenil mentalidad franquista. Aznar es un ignoranteinternacional.
Aznar niega períodos de su propia existencia presidencial. “España no estuvo en absoluto involucrada en la guerra de Irak” La intervención en Irak fue necesaria por la existencia de armas de destrucción masiva, pero fue cosa de otros. El disfrutaba del clima de las Azores y se fotografió con Bush y Tony Blair creyendo que eran coleccionista de autógrafos.
Aznar, con un cinismo propio del mismísimo Camps, asegura sin sonrojo alguno, que su gobierno jamás negoció con el ejército de liberación vasco. Niega la evidencia de las hemerotecas y videotecas y obliga a repetirlo a su hijo predilecto –no tan predilecto- Rajoy. Aznar por ignorar ignora su propia historia. Es un ignorante de sí mismo.
Aznar personifica física y mentalmente la amargura. Figura entre los cinco expresidentes más nefastos del mundo. Y eso imprime carácter y deja en el alma un rictus de dolor permanente. Y para remate fue presidente de un país que es el cúmulo de todos los males sin mezcla de bien alguno. Lo decía un miembro del patrimonio nacional: No he conocido a ningún expresidente que vaya hablando mal de su país. Sólo Aznar es capaz de semejante maldad. Aznar ignora a España, su presente, su padao y su futuro.
Aznar vive enfrentado al mundo porque en el fondo está a enfrentado consigo mismo.
4 comentarios:
En mi mente, siempre que oigo hablar de Aznar, aparece, sin poder evitarlo, la imagen del día en que relevó, en la dirección de su partido, a Antonio Hernández Mancha. En su cara tenía marcado la prepotencia y el desprecio y, como era el momento de la sustitución, supuse, a quien iba dirigida. Nunca más he vuelto a ver, aunque lo he deseado, dicho video o lo que sea., al menos, para saber si estaba equivocado en mi apreciación.
Hoy después de leer su articulo, donde aparece el calificativo de “ignorante”, en todos los sentidos, me ha quedado claro el por qué ese rostro de Aznar cuando accedió a la presidencia de su partido.
Rafael, magnifico artículo y, lo que es mejor, asequible para cualquier lector que pase la vista por el y quiera ver y entender.
Como siempre, mi querido Rafael, elegante, sin perder la compostura, con la palabra precisa y exquisita, y diciendo verdades como puños.
Sabes que tienes un estilo único y magnífico, y que nos hipnotiza tu verbo. Eres grande, amigo mío.
¡Qué suerte haberte conocido a través de El Plural!
Y sí, vuelves a acertar -como siempre. Aznar es un ignorante superlativo. Engreído, rencoroso y traidor. Envejece mal, muy mal. Su horripilante cara es la expresión de su alma resentida.
Un beso, amigo. Y, por favor, cuídate y deja que la familia te cuide. Ahora una tacita de paciencia es preciso tomar cada día. ¿Te la tendré que llevar personalmente?.
Otro beso, bonico.
Suscribo esas palabras punto por punto. Y aun creo que cabría pedir disculpas a muchos millones de ignorantes que en el mundo son y han sido. Ignorantes sin maldad, sin resentimiento, sin ganas de hacer daño, sin rasgos antisociales, sin cara ni gestos de chincharrabiña.
El personaje --a persona no llega-- es un oprobio para España y una vergüenza para la raza humana. Y lo que es peor: en su supina ignorancia, él se encuentra a sí mismo cautivador y ocurrente. Si no fuera por el hedor de su mala baba, daría hasta lástima.
muy ilustrado articulo mi enhorabuena
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