Ser políticamente de derechas debe ser tan serio como ser políticamente de izquierdas. Y en consecuencia tan respetable Pero tanto la derecha como la izquierda tienen que ganarse la respetabilidad en base a la seriedad. Y la seriedad prohíbe los mensajes absurdos, la falsedad, la calumnia, el desprecio y cualquier actitud que lleve a la ciudadanía a la desafección, a pensar que los políticos son el tercer problema más importante que tiene la democracia, al desinterés más absoluto como si la marcha de un país fuera una tarea de unos pocos que permite a la mayoría desentenderse de su responsabilidad en el quehacer común.
Cuántos se dejaron las uñas para llegar a una vida en democracia. Costó mucha cárcel, mucha muerte, mucha dignidad pisoteada, mucha libertad yugulada. Guardamos en la memoria la factura de muertos, de olvidos, de orfandades, de viudas de pañuelo y pena negra. Llevamos también en el alma la alegría de aquel día que nos puso la anchura del aire en la palabra, el mar abierto en los pies y la luna infinita en la solapa. Habíamos llegado y ahí estábamos, “guardando miedos e iras porque hay libertad”. La Constitución, las primeras elecciones, la tranquilidad de que el otro ya no era un confidente, sino un compañero de viaje para hacer caminos y sembrar esperanzas. Era posible Alberti rimando hemiciclo con suspiro. Tomamos café don Federico, Celaya, Semprúm. Se leía a Sartre y la Populorum Progresio. Fue hermoso porque todo se hizo futuro entre las manos.
Hace unos días, un parlamento plenamente democrático, aunque algunos lo pongan en duda, tomó una decisión sobre la celebración de las corridas de toros. Hubo lágrimas de pena y de alegría, verónicas de temblor y puertas grandes para sacar a hombros la ternura. Creo que había que tomarse esta decisión con serenidad, con grandeza de espíritu, con el equilibrio que da la vivencia en democracia. Cabe disentir. Cabe el aplauso. Pero hay posturas inadmisibles por poco serias.
“Prohibidos bollos y chucherías en los colegios. Prohibida la venta de tabaco y alcohol a menores de 16 años. Que aborten a discreción, que para eso se ha elevado la aniquilación de niños indefensos a la categoría de derecho inalienable de la mujer, pero nada de tomarse un mojito” Lo afirma Isabel San Sebastián. Y mezcla lo anterior con la prostitución” Cuando Zapatero muestra su deseo de prohibir los anuncios de prostitución en la prensa lo que realmente desea es eliminar la prensa misma, atentando contra la libertad de expresión.
Esperanza Aguirre tacha de “casposa y liberticida” la decisión del Parlamento catalán culpando a Zapatero como responsable último. Y su valido David Pérez afirma que el socialismo español es idéntico al comunismo soviético. “Persigue a quienes comen golosinas mientras permite que las niñas tomen la píldora abortiva como si fuera eso, una golosina”
Jaime Mayor Oreja, al que nunca hemos oído hablar de economía, de infraestructuras, de vivienda, de educación, de sanidad, de empleo y sí de extrañas coaliciones entre Zapatero y ETA, de absurdas colaboraciones entre terroristas y Gobierno para destruir España, asegura con la claridad mental que le caracteriza que la prohibición de los toros en Cataluña es “una venganza por el éxito de la selección nacional de fútbol”
¿Por qué serán los políticos el tercer problema en orden de importancia para los ciudadanos?
1 comentario:
Cuánta razón tienes.
Claro que el problema del Partido Prehistórico es que no se encuentra nada cómodo en nuestro ordenamiento político y sigue presa de su nacional-catolicismo propio de otra época.
Por no hacer más largo el comentario, me centraré sólo en el último sujeto de los que citas, el prócer Mayor Oreja, según el cual, en tiempos del general de voz atiplada se vivía con "extraordinaria placidez".
Cómo necesita el país una derecha civilizada y qué lejos está de tenerla.
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